El planeta de l@s ñoñ@s
Hace poco más de un mes, en su número 125 del 4 de enero, la revista Barcelona puso en tapa uno de sus más agudos y salvajes comentarios agudos y salvajes: "QUÉ VA 'CER. Confirman que las expresiones 'afro', 'pueblo originario' y 'persona con otras capacidades' no han modificado la situación de negros, indios y mogólicos".
Soy el primer convencido de que los lenguajes construyen los mundos en los que vivimos pero, claro, tal relación no es directa ni sencilla. Antes bien, la significación se articula con otras dimensiones de lo social y en esa articulación se producen unos efectos diversos que, en general, no me gustan nada. Ya se sabe: una cosa es el análisis y otra distinta la opinión, por más que la segunda suela tender a disfrazarse del primero.
Aquí hemos hablado innumerables veces (podría enumerarlas, pero estoy vago) del lenguaje verbal, sus hábitos, sus cambios y sus pérdidas. Por ejemplo, sin pretensión de exhaustividad, parodiamos esa manía estúpida que ataca a candidatos y funcionarios políticos que ahora dicen "porteñas y porteños" o "vecinas y vecinos" y también hicimos un obituario de la coma vocativa que nos ha abandonado para siempre. Y la extrañamos mucho, vaya si la extrañamos.
En este marco contextual de cambio, moda y supina pelotudez, recibo el otro día un newsletter de esos que me mandan y no sé por qué leo al menos por encima. Se trata del boletín Cien por cien ciencia y técnica del corriente mes y año que publica la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (si aún no está disponible en el sitio ha de ser porque la ciencia y técnica están un noventa por cien de vacaciones). El envío siempre se organiza alrededor de una breve nota que difunde una investigación en curso. Esta vez la suscribe Noemí Bordoni en nombre del proyecto económicamente subsidiado "Prevención y control de la problemática vinculada con la transición nutricional en escolares con riesgo social" que nuclea a investigadores de cinco facultades. Cito: "El propósito final del proyecto es contribuir a la conformación y desarrollo de un proyecto de ciudadanía, dando soporte activo a los espacios de encuentro de las diversas formas de organización de las comunidades y minorías constituidas a partir de razones de cultura, nacionalidad, etnia o género". A mí no me quedó para nada claro y, como soy medio obtuso, agradeceré cualquier aclaración al respecto.
Lo que me resultó altamente relevante es que el brevísimo abstract utiliza diez veces el supuesto término lingüístico "niñ@s".
Repito: el resumen de un trabajo académico subsidiado por una universidad pública de prestigio; no el mensaje de texto o el mail que se envía a un amigo, no el cartel publicitario o el producto artístico que apuesta a lo otro, sino el resumen de un trabajo académico subsidiado por una universidad pública de prestigio y publicado como la gran cosa en un medio de difusión científica (cien por cien) de la propia institución.
No es que sea devoto de la Real Academia Española (RAE) de la Lengua pero mantengo cierto respeto más bien práctico por el idioma en el cual soy y estoy (I'm, sintetizaría otro idioma en el cual no soy ni estoy). Estos realistas señores de la RAE se me han adelantado (¡coño!) y han publicado advertencias contra la moda del absurdo bisexismo lingüístico que nunca es más que un patético disfraz progresista. En la entrada "Género" del Diccionario panhispánico de dudas se refiere a "razones de corrección política, que no de corrección lingüística" para la necia utilización de expresiones como "compañeros y compañeras" y agrega un necesario parágrafo de llano sentido común:
Me permito ampliar aquí a los beneméritos señores de la RAE: "ha comenzado a usarse en carteles y circulares" y ha continuado usándose en escritos científico- académicos y también en diversos instrumentos de explícita función docente.
Como el artículo se alarga (no es mi culpa, se alarga solo) lo interrumpo acá y, en lo que constituye toda una novedad editorial, prometo una segunda parte (nunca ha sido buena, dice el refrán popular) incluyente de algunos casos relevantes y antes de la lluvia que va a caer.
Soy el primer convencido de que los lenguajes construyen los mundos en los que vivimos pero, claro, tal relación no es directa ni sencilla. Antes bien, la significación se articula con otras dimensiones de lo social y en esa articulación se producen unos efectos diversos que, en general, no me gustan nada. Ya se sabe: una cosa es el análisis y otra distinta la opinión, por más que la segunda suela tender a disfrazarse del primero.
Aquí hemos hablado innumerables veces (podría enumerarlas, pero estoy vago) del lenguaje verbal, sus hábitos, sus cambios y sus pérdidas. Por ejemplo, sin pretensión de exhaustividad, parodiamos esa manía estúpida que ataca a candidatos y funcionarios políticos que ahora dicen "porteñas y porteños" o "vecinas y vecinos" y también hicimos un obituario de la coma vocativa que nos ha abandonado para siempre. Y la extrañamos mucho, vaya si la extrañamos.
En este marco contextual de cambio, moda y supina pelotudez, recibo el otro día un newsletter de esos que me mandan y no sé por qué leo al menos por encima. Se trata del boletín Cien por cien ciencia y técnica del corriente mes y año que publica la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Universidad de Buenos Aires (si aún no está disponible en el sitio ha de ser porque la ciencia y técnica están un noventa por cien de vacaciones). El envío siempre se organiza alrededor de una breve nota que difunde una investigación en curso. Esta vez la suscribe Noemí Bordoni en nombre del proyecto económicamente subsidiado "Prevención y control de la problemática vinculada con la transición nutricional en escolares con riesgo social" que nuclea a investigadores de cinco facultades. Cito: "El propósito final del proyecto es contribuir a la conformación y desarrollo de un proyecto de ciudadanía, dando soporte activo a los espacios de encuentro de las diversas formas de organización de las comunidades y minorías constituidas a partir de razones de cultura, nacionalidad, etnia o género". A mí no me quedó para nada claro y, como soy medio obtuso, agradeceré cualquier aclaración al respecto.
Lo que me resultó altamente relevante es que el brevísimo abstract utiliza diez veces el supuesto término lingüístico "niñ@s".
Repito: el resumen de un trabajo académico subsidiado por una universidad pública de prestigio; no el mensaje de texto o el mail que se envía a un amigo, no el cartel publicitario o el producto artístico que apuesta a lo otro, sino el resumen de un trabajo académico subsidiado por una universidad pública de prestigio y publicado como la gran cosa en un medio de difusión científica (cien por cien) de la propia institución.
No es que sea devoto de la Real Academia Española (RAE) de la Lengua pero mantengo cierto respeto más bien práctico por el idioma en el cual soy y estoy (I'm, sintetizaría otro idioma en el cual no soy ni estoy). Estos realistas señores de la RAE se me han adelantado (¡coño!) y han publicado advertencias contra la moda del absurdo bisexismo lingüístico que nunca es más que un patético disfraz progresista. En la entrada "Género" del Diccionario panhispánico de dudas se refiere a "razones de corrección política, que no de corrección lingüística" para la necia utilización de expresiones como "compañeros y compañeras" y agrega un necesario parágrafo de llano sentido común:
2.2. Para evitar las engorrosas repeticiones a que da lugar la reciente e innecesaria costumbre de hacer siempre explícita la alusión a los dos sexos (los niños y las niñas, los ciudadanos y ciudadanas, etc.) ha comenzado a usarse en carteles y circulares el símbolo de la arroba (@) como recurso gráfico para integrar en una sola palabra las formas masculina y femenina del sustantivo, ya que este signo parece incluir en su trazo las vocales a y o: l@s niñ@s. Debe tenerse en cuenta que la arroba no es un signo lingüístico y, por ello, su uso en estos casos es inadmisible desde el punto de vista normativo; a esto se añade la imposibilidad de aplicar esta fórmula integradora en muchos casos sin dar lugar a graves inconsistencias, como ocurre en Día del niñ@, donde la contracción del solo es válida para el masculino niño.Obvio; tampoco el emoticón es un signo lingüistico y lo admitimos y producimos en cierta escritura informal pero aún no metemos emoticones en un proyecto de ley o en un certificado médico. Creo, no sé: he visto cada cosa que ya no sé.
Me permito ampliar aquí a los beneméritos señores de la RAE: "ha comenzado a usarse en carteles y circulares" y ha continuado usándose en escritos científico- académicos y también en diversos instrumentos de explícita función docente.
Como el artículo se alarga (no es mi culpa, se alarga solo) lo interrumpo acá y, en lo que constituye toda una novedad editorial, prometo una segunda parte (nunca ha sido buena, dice el refrán popular) incluyente de algunos casos relevantes y antes de la lluvia que va a caer.
18 comentarios:
Desde que aquí se utiliza homosexual o gay, en vez de "puto", creció el turismo... (ves por qué no te dejo comentarios?) ABRAZO
Miguel: Prefiero el comentario al metafórico silencio lector. "Homosexual" no sé si rinde mucho; "gay" abre todo un aparente mercado; "puto" es políticamente incorrecto pero habría que probar con un "Puto Hotel" que se confundiría con una pésima prestación. De todos modos, sería conveniente escribir "put@" para no discriminar opciones sexuales ni laborales. Saludos.
Muy interesante porque en un post atacás dos o tres cosas:
El discurso académico, que en muchos casos es engorroso y técnico. Y en otros es tan engorroso y técnico que no lo entienden ni los técnicos ni los engorrosos.
Otro es el uso por parte de los circulos "institucionales" de usos del lenguaje más cercanos al chat y a la informalidad.
Pero me quedo con la responsabilidad que debiera tener un casi funcionario público de no malgastar sus esfuerzos en papers de dudosa factura técnica a costa de los erarios públicos (?).
Por lo demás, no comments.
Natanael: Es verdad que el discurso académico muchas veces es técnico y engorroso pero otras es más bien hueco: tengo la impresión de que ese abstract no es claro porque no dice nada. Excepto lo otro que sí dice: que es "progresista" porque usa arrobas en vez de letras... ¡para no discriminar niñas! En fin.
Un saludo y gracias por tu lectura.
Pues le digo yo a usted, que no tardando mucho, la pobre RAE tendrá que aceptar el símbolo @ como una letra bisexual o hermafrodita, vaya usted a saber. Al igual que ha acabado aceptando el término "almóndiga" por su abuso popular cuando el pobre pedazo de carne picada se ha llamado toda la vida: "albóndiga".
Abrazos.
Almóndig@, Vitore, almóndig@. La diferencia es que la bendita arroba no deviene de su abuso popular sino de una elite de intelectuales gilipollas que consideran políticamente incorrecto escribir en español.
Un abrazo.
La RAE terminará aceptando el símbolo arroba como a/o, del mismo modo que lo reconoce para direcciones de correo electrónico, porque es el uso lo que mueve la lengua. Claro que un documento legal o científico, o sea, formal, debería al menos esperar que sea aceptado. Ahora, cuando un texto "académico" prioriza lo políticamente correcto ya es lisa y llanamente estúpido. De hecho ni siquiera en diarios he leído algo así como "hombre mató a todos sus hij@s" (no me sorprendería de una placa de Crónica). Pero no se puede esperar demasiado cuando desde nuestra prima dama devenida en president@ se incita al sexismo constante.
Al margen, no deberían entonces usar frases como "los niñ@s hambrientos", sino "l@s niñ@s hambrient@s", y así... Espero que los inteligentos e inteligentas académicos no se enganchen demasiado en la boludez.
Un beso.
Grismar: La RAE reconoce que la palabra "arroba" remite al símbolo pero no que el símbolo sea un signo lingüístico. Coincidimos en que el uso mueve la lengua (dicho así suena a un uso grosero o burlón o peor: un uso emoticón...) pero, como señalás, una cosa es el uso popular y dinámico y otra la pavada político- académica. Ni siquiera en diarios, porque hay que ser muy estúpido (y soberbio) para atribuirse ya no un cambio en el uso del idioma sino la revisión del concepto de grafema y su relación con la oralidad. Si mañana me levanto y junto a otro diez giles decido que en lugar de la "s" del plural conviene escribir un 8 (porque remite a la infinitud y no discrimina lo diverso o algo así), soy un imbécil. Y si presento un escrito académico lleno de ochos y en lugar de tirarlo me lo publican con honores... Sobre l@s inteligent@8 académic@8 continuaré en breve.
Un beso.
Me gustó mucho el blog. El problema además es que aquellos intelectuales "políticamente correctos" al introducir una arroba -o debería decir: "@"- no lo serían para nada en el momento del habla porque ¿Cómo pronunciar una palabra como niñ@s?
Saludos!
Desarmándonos: Bienvenido y un placer que te haya gustado el blog. Tu aguda y justa observación es parte de la segunda parte: la corrección política resulta impronunciable.
Saludos.
¡Qué oportuno momento elegí para ponerme a leer el blog! Justo hoy estaba dando mi punto de vista sobre este tema, básicamente coincidiendo con Cinzcéu en calificar la práctica descripta como una pelotudez. El link a la RAE me viene muy bien.
La cita de la tapa de Barcelona es certera. Si yo golpeo a mi mujer porque me contradice y yo soy el hombre de la casa, entonces quién carajo es ella para venirme a discutir, que un pseudointelectual diga que es un gran flagelo comunicarse en una lengua cuyos plurales, cuando abarcan femeninos y masculinos en un mismo grupo, se digan como si fueran todos masculinos, no va a hacer que recapacite y le pegue más despacito o que a ella le duela menos porque ve que, al menos, en otros aspectos, la sociedad va progresando.
En vez de ir a darle de comer a los niños hambrientos nos vamos a quedar discutiendo si no es portadora de un machismo totalitario la expresión que estamos utilizando para decir que no morfan. En el medio se morirán, pero al menos sus tumbas dirán "aquí yacen niñ@s desnutrid@s". Y además nos habremos ahorrado la molesta tarea de terminar con una injusticia de verdad, que para eso hay que resignar privilegios o esforzarse y ése no es nuestro estilo.
Nacho: ¿Ves?, este es un sitio de interés general y servicio público que conviene leer a diario.
Yo no sé si quienes escriben "niñ@s" hacen o no algo por los niños, pero tu ejemplo es contundente: pareciera que para esta gente es importante reformular los epitafios. Saludos.
me parece una tonteria el uso de la arroba, las cosas se nombran segun su genero. aunque es cierto que en castellano hay mas genero masculino que femenino. pero tambien hay terminos de genero femenino, la mayoria animales gaviotas, palomas etc. seria ridiculo emplear el termino arroba en un libro de zoologia. por otro lado no me opongo a que se usen figuras femeninas en cosas como semaforos o señales de trafico. aunque el signo arroba podria beneficiarnos a los hombres, en caso de que las mujeres se hicieran con el control. con el tiempo el movimiento de liberacion masculino podria consegir que, el fuero de las españolas, se llamase : el fuero de l@s españ@les.
Anónimo: No me consta el dato estadístico de que en castellano haya más términos de género masculino y mucho menos que la mayoría del femenino remita a animales (y como en esa sintaxis algo falla, aclaro: tampoco que la mayoría de los nombres de animales sean femeninos). Para ejemplificar brevemente: idea, tecnología, mano, política, razón, vida, poesía, cacerola, música, mesa, solidaridad. Respecto de señales de tráfico, no entiendo bien a qué se refiere: jamás he identificado hombres ni mujeres en sus monigotes sino representaciones esquemáticas del ser humano. Tampoco comprendo cómo se leería ese tal "Fuero de las españolas" en su versión bisexual: el Fuero de los españoles y las... ¿españales?
Por otra parte, y máxime si hablamos de lenguaje y gramática, ayudaría mucho a la lectura el uso de mayúsculas y tildes.
Saludos.
me referia a que la mayoria de los terminos mayoritariamente femeninos son zoologicos, no casi todos los terminos zoologicos lo son.y yo creo que en los plurales si son mayoria los masculinos. ademas apenas se escribir a maquina, es normal que cometa errores
Anónimo: Usted decía: "pero tambien hay terminos de genero femenino, la mayoria animales gaviotas, palomas etc.". Yo le respondía: "No me consta [...] que la mayoría del femenino remita a animales (y como en esa sintaxis algo falla, aclaro: tampoco que la mayoría de los nombres de animales sean femeninos)". Como ve, tras su tropezón sintáctico, refuté ambas lecturas posibles.
Ahora vuelve a la carga y comenta que "la mayoria de los terminos mayoritariamente [?] femeninos son zoologicos, no casi todos los terminos zoologicos lo son". ¿No ejemplifiqué con términos femeninos sin relación alguna con la zoología? Tengo diez mil más si hicieran falta: me basta abrir el diccionario.
Comprendo que apenas sepa "escribir a máquina" pero intuyo problemas que son de criterio y de lectura y van mucho más allá de los de operar un teclado.
Gracias por la insistencia pero punto y aparte.
solo una pregunta¿ se dedica a la enseñanza?. su tono es muy de profesor
Anónimo (¿pero será el mismo Anónimo u otro?: Sí, en parte me dedico a la enseñanza y mi tono "muy de profesor" quizás sea más desviación profesional que enunciación eficiente. Pero si bien todo tono contribuye al tema, ningún tono lo constituye.
Gracias por la lectura pero... vuelva en marzo (ja). Saludos.
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