viernes, marzo 27, 2009

Obscured by clouds

Me desperté sintiendo y pensando el calor. El reloj titilaba, lo que me indicaba un nuevo corte de luz en algún momento de la noche, pero no la hora, por lo que recurrí a lo que tuviese a mano y no me obligara a levantarme: el control remoto del televisor. Lo encendí y antes de ver la hora me enfrenté a la cara de Alfredo De Ángeli diciendo "cómo nos mienten". Mi reacción inmediata fue estornudar, lo que me llevó a sospechar que estoy desarrollando algún tipo de alergia.
Eran las 4:32, apagué antes de seguir escuchando las mismas frases que se repiten hace demasiado tiempo y decidí que aún podía seguir durmiendo. Mi mente, por su lado, decidió seguir pensando sin que le importase un catzo mi intención onírica.
Que estoy a años luz de ser una mujer K y a la misma distancia de estar con la oligarquía campestre es algo que cualquiera que me conozca y/o haya leído algún viejo post (mío o de Cinzcéu, es la misma base) ya sabe, así que no necesito repetirlo, pero ahí estaba, con mi hemisferio izquierdo pensando en la realidad fragmentada en flashes mientras el derecho me repetía que me durmiese, que en unas horas tendría que trabajar. Obviamente ganó el izquierdo.
Quien me conoce también sabe que no creo en la casualidad, pero no puedo evitar ver cómo, casualmente, suceden algunas cosas. Por ejemplo, cuando casualmente se habla del "clima enrarecido" (¿será el calentamiento global?) algunos ¿ruralistas? denuncian amenazas, al mismo tiempo que protestan por la ausencia de gendarmería en las cortadas rutas que no iban a cortar (casualmente antes se quejaban por la presencia de gendarmería, pero ese es otro capítulo). No sé cómo gendarmería en las rutas impediría las supuestas amenazas, pero ese también es otro tema. Lo que cuenta es que las amenazas huelen mal, y no vienen solas, vienen con interferencia en la señal de TN. Otra gran casualidad.
Obviamente la gran lectura no dicha pero sugerida hasta el hartazgo es que dicha interferencia proviene del oficialismo que se queja amargamente de la obsesión del Grupo Clarín en su contra. Una lectura supuestamente inteligente dice que no son tan idiotas, que no harían algo tan obvio. Pero también se puede pensar que, apoyados en la obviedad de esa lectura, podrían hacerlo porque nadie los acusaría de algo tan burdo. Sin embargo, escuchando y leyendo los discursos de la oposición hay que reconocer que lo burdo, lo insostenible, la estupidez, es lo que abunda. Pero eso también es moneda corriente en el oficialismo.
Escuché mil veces a Lilita Carrió gritando enardecida que estamos en manos de mafiosos (los K), lo cual seguramente son, tanto como muchos opositores con los cuales busca aliarse, aunque contra ellos no despotrica (ahora), pero no la escuché decir (ya lo debe haber dicho) "este es el accionar mafioso del gobierno" acusando directamente a Cristina y/o su marido de firmar la orden de interferir las señales. Tampoco escuché aún discursos de repudio oficialista y lamentos por las acusaciones, pero seguramente también ya lo hayan dicho.
Los más moderados no acusan directamente al gobierno, sino a alguna facción partidaria que podría estar actuando por su cuenta, lo cual, dentro de la estupidez colectiva, no deja de ser coherente, aunque no conozco a quienes tengan la capacidad y tecnología necesarias para hacer algo así sin tener la inteligencia para ver las consecuencias (o quizás, casualmente, sí la tienen, y son las que buscan, pero no desde el oficialismo).
La interferencia a la señal de algunos medios del Grupo Clarín es un hecho, y, más allá del beneficio publicitario, soporta y acrecienta la polaridad nuestra de cada día. Al mejor estilo Maradona-Riquelme, campo-gobierno (o su versión Cobos-Cristina), Coca-Pepsi, EEUU-resto del mundo, parece que seguimos creyendo que sólo hay dos caminos. Hay una tercera posición que se opone activamente a ambos polos, también hay una cuarta, que ni se opone ni apoya, lo mira de afuera como si no tuviese nada que ver con ellos, y una quinta, a la que le conviene que se maten entre ellos.
A veces los leo o escucho y me pregunto si soy yo o realmente son tan torpes, tan obvios, otras trato de verlo como la gran jugada, pero no de ajedrez, sino de truco (en el cual nunca se llega a las buenas).
Mientras escribía este post escuché la noticia del hackeo al sitio del FPV, poniendo una foto trucada bastante ridícula de Cristina con Chávez, por un supuesto grupo ADT (¿serán los de la empresa de seguridad privada?). Algunos dirán "a nosotros también nos atacan", otros "cualquiera puede hacer eso", ambas cosas son ciertas. A mí me recordó que algunos adolescentes tontos e inconcientes en el año 75 y principios del 76, cuando tenían examen o simplemente ganas de irse, llamaban a la escuela y decían que había una bomba. Después miles decían que "ponían bombas en las escuelas" justificando el golpe de hace 33 años.
Pero volviendo al "clima enrarecido", hace unos días escuchaba a la madre de un alumno que decía "está todo podrido, en cualquier momento empiezan a poner bombas de nuevo". No queriendo meterme en la conversación, pero no pudiendo evitarlo le pregunté "¿quiénes?" a lo que respondió con un guiño que debe haber creído inteligentísimo "y...¿Cristina no era montonera?". ¿¿??. Preferí callarme y por alguna extraña asociación me acordé de Susana Gimenez. Increíble de dónde vienen los estímulos a ese "enrarecimiento".
Pobre Susana, mujer incomprendida, ella había escuchado que algunos dinosaurios aún están vivos y libres, ¿por qué no iba a preguntar si uno de ellos era el encontrado en la patagonia?. Que ese referente de un gran espectro social pidiera la pena de muerte y el retorno de la colimba porque mataron a su florista (del cual, en su momento de pena, dijo "vivía para mí", como la gran virtud del pobre hombre), y que no quede como otra típica pelotudez propia, sino que se convierta en una masiva marcha, dice mucho, demasiado, respecto del fascismo.
Me siento completamente superada por la realidad, incapaz de encontrarle sentido, nada cierra. Los sectores que se benefician, que casi siempre me resultaron claros, hoy no lo son. Oposición, kirchnerismo, sectores del PJ, todos pueden entrar en la categoría, y ninguno. Supongo que para muchos hay una única lectura y es muy clara, pero yo lo logro hacerla, cada vez que llego a algún punto yo misma me lo retruco.
Recuerdo que cuando empezaron a bombardearnos con la "inseguridad" me resultaba casi graciosa la cosificación, el tratarla como un ente con vida propia. Ahora admito que la elección del término fue jodidamente acertada, se logró lo que se buscaba, que nadie se sienta seguro, y que se golpée cualquier puerta buscando estarlo. Y todo sigue sonándome a fascismo puro.
Ahora soy parte del "clima enrarecido", porque no tengo la inteligencia necesaria como para responderme tantas preguntas, porque me siento "rara", porque no importa desde dónde empiece a pensar, siempre llego al mismo punto, a la misma palabra: fachos. E, inevitablemente, escucho venir un diluvio.