lunes, octubre 31, 2005

Vencedores vencidos

Hace unos días me topé con uno de esos blogs que agradecería nunca haber conocido. No daré su dirección por una cuestión de principios, no deseo ser vehículo de ningún posible lector de su basura.
Como encabezado a la noticia de los festejos en Irán en apoyo a Palestina (y por ende en oposición al Estado de Israel) decía: "Este tipo de comportamientos (y quienes los provocan) son justamente los que denunciamos en este blog. Cuando nos negamos a creer en la efectividad de una Alianza de Civilizaciones, lo hacemos desde el convencimiento de que una de las partes no es una civilización". Sin entrar a detallar la suprema ignorancia puesta de manifiesto respecto al significado del término "civilización", no pude menos que sentir vergüenza ajena mezclada con mucha bronca.
La soberbia al juzgar una cultura, una civilización, que nos es completamente ajena, desde nuestra acotada visión occidental, es una constante. No dudo que del otro lado, desde aquella cultura inaccesible, el juicio hacia la nuestra sea similar, pero yo no he visto que la invasión, religiosa, cultural, social, económica y bélica sea doble mano, sino siempre en una misma dirección.
El criterio de conversión es judeocristiano. No hay más dios que mi dios dicen unos y otros, pero unos aceptaron por milenios que el otro tenga su dios, mientras que otros salieron a captar al mundo a sus filas, y el fin justificó todo medio. Así las "no civilizaciones" de lo que hoy es América fueron "convertidas" (usurpadas), la tierra prometida fue "liberada" (ídem), y a medida que la religión se convertía en una empresa, los gobiernos, que también se fueron convirtiendo en una, unificaron criterios.
El mundo se horrorizó ante la caída de las torres y la palabra "fundamentalismo" se hizo vox populi, aunque no se supiera su significado. Fundamentalismo pasó a ser la reacción de una civilización harta del manoseo. No lo es la mano del violador que se jacta de hablar con algún dios, no lo es la mano de quien construye ghettos usando la misma metodología sufrida y denunciada para aprisionar a un pueblo en sus propias tierras. No lo es porque el occidental no se suicida al matar al enemigo, sólo lo mata. No lo es porque occidente no pone una bomba en un tren, lo bombardea ante las cámaras de CNN. No lo es porque no atenta contra la vida pacífica de una sociedad, simplemente la invade. No lo es porque mientras por décadas se violaron todos los derechos y se usó a esa no civilización, ningún medio le dio prensa, y estábamos occidental y cómodamente adormecidos, hasta que de la nada, "sin provocación", unos locos (demasiado funcionales a su víctima) estrellaron aviones contra el símbolo del poder, asesinando a miles de inocentes. Tan inocentes como lo fueron sus muertos antes y después.
El juego se convirtió en una ruleta rusa en la cual algunos somos el enemigo de unos y otros, de unos porque atacamos su fundamentalismo, su fascismo, su poder demencial, de otros porque somos parte del invasor aunque no creamos ni queramos serlo.
Nada importa lo que opinemos los enemigos de unos y otros en ambos hemisferios, ninguno encontrará refugio cuando empiece a llover.

domingo, octubre 30, 2005

Yo soy yo y mi marca registrada

Viernes por la noche hago zapping y me detengo a ver Fútbol en vivo: Argentinos Juniors contra Gimnasia y Esgrima de La Plata con relatos de Alejandro Fantino por América TV. Una hora más tarde encuentro a Fantino en la conducción de Mar de Fondo por TyC Sports. Sábado a las ocho de la noche hago zapping y me detengo en Alejandro Lerner invitado a cantar a dúo con Fabiana Cantilo en Badía en concierto por Canal 7. Una hora más tarde descubro a Romina Gaetani invitada a actuar un sketch cómico con Dady Brieva en Agrandadytos por Canal 13. Una hora más tarde vuelvo a hallar a Fantino en la conducción del buen programa que es Tvo por América TV.
Hasta acá nada sorprendente: encontré a Fantino en tres de los habituales espacios en los cuales se desempeña. Pero he aquí que entre los siempre contados invitados al living de Tvo están sentados Lerner y Gaetani que, digamos, no son las figuritas más repetidas de la pantalla de TV. ¿Qué pasará? ¿Hoy será San Lerner o San Gaetani? ¿Será coincidencia o tendrán esforzados e insistentes agentes de prensa?
Mientras me hago estas inútiles preguntas el programa llega a su penúltimo bloque y Lerner se sienta al piano y canta con Fena della Maggiora, Silvina Chediek, Jean Pierre Noher y todos los que se juntan alrededor del instrumento como a fogata playera en una vieja noche de Villa Gesell. Lerner canta ahora porque tiene que irse antes del final.
Y mientras me pregunto adónde irá Lerner sobreviene el anunciado fin y Fantino agradece a todos los sponsors comerciales y a una serie de productoras discográficas y televisivas que han autorizado o facilitado -no recuerdo qué verbo utilizó- la presencia de varios de los invitados. En el caso de Noher menciona "Ideas", supongo que en referencia a Ideas del Sur, productora de Los Roldán, tira en la cual trabaja. Noher acota que no sabía que se precisara permiso pero es evidente que ése no era un tema autorizado porque el programa terminó sin habilitar su desarrollo.
Tvo, como casi todos los programas de TV, está plagado de chivos publicitarios. Ya no son chivos sino una modalidad de pauta tan habitual y extendida como la tanda que separa los bloques. Entonces comprendí: en televisión -y no sólo en televisión- los invitados no son invitados sino pautas y sus nombres no son nombres sino marcas que son producidas, compradas, vendidas y negociadas como cualquier marca. Así como Fantino interrumpe las charlas para nombrar y mostrar productos Mistral, Sica, Paddle Watch o Biferdil, retoma las charlas para nombrar y mostrar productos Lerner, Gaetani, della Maggiora o Noher. Y si bien resultan menos interesantes las interrupciones de los primeros que las conversaciones de los segundos, ése no es el punto.
El punto es que Fantino es una marca que junto a la de Tvo opera -en lenguaje del marketing- como marca paraguas bajo la cual se guarecen, sábado a sábado y durante un par de horas, otras marcas que, a su vez, funcionan bajo otras marcas paraguas.
A propósito: Cinzcéu es marca registrada y artista exclusivo de Antes de la lluvia así que si alguien pensaba invitarme a algún lado diríjase a la productora y veremos qué paraguas podemos negociar antes de que se largue a llover.

jueves, octubre 27, 2005

Riesgo constante de desenlace trágico

De un tiempo a esta parte, el fútbol mediatizado -¿hay otro?- se ha transformado en un rosario de estadísticas a cual menos relevante. Hay que precisar que el mundillo del fútbol entiende por estadística cualquier dato que incluya al menos un número.
Así nos enteramos de que el Club X lleva 235 minutos sin convertir como local, que el Club Y no gana en el Estadio A desde hace 18 meses o que de los últimos 3 goles en contra del Club Z, 2 fueron de pelota parada. Como se ve, todos datos de una relevancia, al menos, dudosa.
Subsisten los números históricos, por ejemplo, los que hacen del paraguayo Arsenio Erico el máximo goleador del fútbol argentino y del Gringo Héctor Scotta el máximo goleador en un solo año. Pero suena exagerado afirmar, en la segunda o tercera fecha de un torneo, que Mengano tiene la posibilidad concreta de destronar a Zutano que encabeza la tabla con... 2 goles.
Las estadísticas de fútbol existen desde siempre pero hoy en día tienden a la focalización del muy corto plazo y producen la impresión de que todo el tiempo se pone en juego algo crucial. El mismo servicio brindan los complejos mecanismos numéricos que definen el acceso a copas internacionales y los ascensos y descensos de categoría que la magia de la aritmética hace variar en cuestión de minutos.
Durante una jornada futbolera, un equipo mantiene la categoría, se va al descenso directo, clasifica para la promoción y mantiene la categoría... todo en escasos 90 minutos de tensión. El objetivo de máxima parece ser que no haya un solo minuto de fútbol en que no esté por definirse un lugar, una posición y un destino.
Es el discurso del riesgo constante de desenlace trágico, rasgo que el periodismo deportivo comparte, por ejemplo, con la medicina dominante para la cual siempre suele haber alguien -con frecuencia uno mismo- a punto de morir.
De allí esos planos cortos televisivos sobre el rostro descompuesto del goleador fallido, el volante humillado o el arquero vencido. Y el hábil y fugaz montaje en paralelo con los respectivos primeros planos del goleador, el volante o el arquero relegados al banco de los suplentes o incluso a la platea baja. Y el último plano de la secuencia, dramático y conclusivo: el desesperado y negligente entrenador que mandó a la cancha a esos pusilánimes derrotistas que ya han sufrido tres goles de pelota parada en los últimos 165 minutos, los dos últimos -aclara el asistente estadístico, como si la localización fuera determinante- en el arco de allá.
Señores periodistas: dejensé de joder, nadie está por morir, se trata de un juego de pelota.
Hace poco, el camerunés Samuel Eto'o declaró que no le afectaba que los hinchas adversarios le arrojaran bananas y lo tildaran de mono: gracias a que ellos abonan su entrada -dijo- él cobra como un blanco por correr como un negro. Y hace ya cuatro décadas, el brasileño Osvaldo Brandao supo consolar a un futbolista quebrado tras la derrota diciéndole que no había sido más que un partido de fútbol y que una tragedia consiste en que se muera un chico.
El mismo circo, otra mirada, otro discurso y la pequeña sabiduría de quienes quizás sepan qué es llover.

miércoles, octubre 26, 2005

Juego de seducción

Ir a tomar un café, o a sentarse a una plaza, para una mujer sola suele ser una incursión en un coto de caza. Las reglas de ese juego son tan poco claras y ambiguas que no hay posibilidades de evitarlo, excepto explicitando una y otra vez que sólo estamos tomando un café, o sentándonos en una plaza, solas, sin estar esperando a nadie, sin estar cuidando hijos, sin estar comprometidas, sin ser unas castradas amargadas y frígidas, sólo teníamos ganas de estar solas un rato. Un rato de una hora, un mes, un año o diez, hasta que decidamos lo contrario. Es nuestro derecho, aunque la sociedad de encargue de exigirnos a cada paso el deber de estar en pareja.
He conocido algunos hombres interesantes, pero pocos, demasiado pocos, despertaron asombro, sugestiva incertidumbre.
Lunes. 4:30 p.m. Observé el lugar rápidamente buscando una mesa aislada pero luminosa. La encontré junto a una pequeña ventana, pedí un café y puse sobre la mesita mi libro y los cigarrillos. Extrañamente para la hora y el lugar, había paz, música apenas perceptible, voces suaves, una suerte de quietud contagiosa.
Leí varias páginas cuando sentí a mi lado un movimiento y una presencia que se imponía en mi campo visual. Un hombre, no mayor de los 45 años, acercó una silla a mi mesa y se sentó.
"¿Qué lees?" preguntó. "Un libro" respondí volviendo a mi lectura con la esperanza de que la cortedad de la respuesta le explicara que tenía intenciones de estar sola y leer. Mientras decía "perfecto" sacaba de su bolso un libro, lo ponía sobre la mesa y comenzaba a leer.
No demostré el asombro que me había producido, y pocos minutos después estaba tan absorta en mi lectura como antes que él llegara.
Leímos por casi una hora, en un silencio sólo quebrado por un masculino "¿querés otro café?" y un femenino "¿me das fuego?".
Miré la hora, dije "me voy", me levanté buscando mi billetera. Dijo "dejá que yo pago", "no, gracias" respondí, pagué y comencé a irme.
Tres pasos más cerca de la puerta escuché a mi espalda un "flaca". Me di vuelta y lo miré. Con voz suave y profunda dijo "gracias". Lo miré interrogante. "No me gusta leer solo" agregó con una sonrisa. Sonreí y me fui.
Definitivamente ese día no iba a llover.

lunes, octubre 24, 2005

No hay más patria que la infancia

Desde hace tiempo, cuando concurro a simular mi sufragio, recolecto una boleta de cada partido y las meto al bolsillo. En general llego a mi casa, las desparramo sobre la mesa, las observo un buen rato, descubro viejos conocidos mediáticos y no mediáticos o antiguos imputados por delitos comunes -siempre hay alguno-, las organizo de izquierda a derecha en términos de política, me divierto como un niño frente a sus figuritas y después las tiro a la mierda.
Esta vez son 32 listas de candidatos a diputados nacionales y 42 a legisladores de la Ciudad de Buenos Aires. Demasiadas. Según el afiche que siempre cuelga en los comicios, lo que hago está penado con uno a tres años de prisión. Si esto sigue así, el día que me detengan cargaré con tal volumen de papel que no voy a poder alegar "uso personal". Mejor publico un informe analítico por si mañana sirviera a mi defensa. Por ejemplo, acerca de los dibujitos que incluye el diseño de algunas boletas.
- Unión Cívica Radical (3): El mismo escudo de siempre con toda esa iconografía decimonónica del sol que asoma, las espigas de trigo, el martillo y la pluma: un posicionamiento anacrónico pero claro.
- Democracia Cristiana (5): También es viejo pero de un gran modernismo: un trapecio regular apoyado sobre su base menor y dentro una flecha vertical que apunta hacia arriba. Es decir, subamos hacia lo ancho o algo así.
- Partido Humanista (22): El famoso símbolo del infinito inclinado de tal modo que algún pavote podría confundir con la lista 8.
- Política Abierta para la Integridad Social- PAIS (42): Tras el PAIS (= país, ¿se entiende?) va una banderita cuadrada con un sol negro y grande cuyos rayos apuntan para todas partes.
- Afirmación para una República Igualitaria- ARI (47): Una figura irregular en color gris que recuerda, con esfuerzo, el mapa del territorio argentino.
- Partido Socialista (50): El puño obrero apretado que se ha horizontalizado para sostener una tierna rosa. Por supuesto, se horizontalizó hace un siglo cuando la socialdemocracia abandonó su postura erguida.
- Partido de la Ciudad (185): Un tosco obelisco desde un ángulo picado sobre una bandera nacional hecha de brochazos; por detrás, el sol. Una suerte de logo turístico de la porteñidad.
- Red por Buenos Aires (234): Todo el encabezado de la boleta se encierra en un filete porteño con cintas argentinas que rematan el borde superior. Haría buena alianza con el Partido de la Ciudad para poner un puesto en la feria de San Telmo.
- Espacio Abierto (243): Una ¿mariposa? muy estilizada o bien dos bumerang que podrían sugerir alguna componenda australiana.
- Frente para la Victoria (501): Enorme bandera y solcito multirradial que constituye la simpática letra O de la palabra VICTORIA. Demasiado triunfalismo argentino para un diseño muy visto y de pocas luces.
- Propuesta Republicana- PRO (502): Un triángulo isósceles blanco acostado sobre un cuadrado gris. Evoca la tecla play de algunos equipos y parece pedir: dame play que yo canto mi canción. Le acaban de dar play... y no se ve la tecla pause.
- Encuentro Amplio ¿Alba? (507). Esta es "la izquierda que une y crece", es decir, el PC aliado a dos o tres sujetos sin rumbo. Una estrella de cinco puntas sobre una... ¿mancha? que se parece un poco a la boina combatiente del Che y otro poco al gorro frigio de la Libertad.
- Movimiento por la Recuperación de la República- MORERA (213). ¿Morera? ¿Será porque se la comen los gusanos? Otro mapa del territorio nacional pero esta vez de contornos fieles. Y las Malvinas... ¡y el Sector Antártico Argentino! Una clase de geografía nacionalista.
- Movimiento de Integración y Desarrollo- MID (1). Sí, señores, el MID, el partido que el desarrollismo supo inscribir como lista 1 allá por 1982 y que defiende su numeración aún sin votos. Acá no hay dibujo sino foto: un retrato de hace medio siglo del Dr. Don Arturo Frondizi con su banda albiceleste, un moñito blanco (sí, un moñito blanco) y unas solapas anchas cual prócer de la independencia.
Dicen que no hay más patria que la infancia. Para el MID, entonces, el "Premio Cinzcéu al Diseño de Boleta 2005", porque estos viejos pelandrunes y oportunistas me han hecho rememorar por un minuto aquellos retratos de gentes extrañas, acartonadas y ceremoniales que aparecían en los diarios y revistas de mi niñez, cuando el mundo era nuevo y sorprendente y desconocido y ajeno y yo aún no sabía que se iba a largar a llover.

domingo, octubre 23, 2005

Inconciente colectivo

La historia deberá encontrar un lugar especial para el periodismo afectado a la cobertura permanente de una elección.
Las calles se inundaron con miles de noteros liberados a su suerte con un único mandato: llenar tiempo, las 10 horas previas al cierre del comicio.
Se los puede ver, cargando cámaras, micrófonos y celulares, persiguiendo cualquier rostro mínimamente conocido para ofrecernos la sugestiva imagen del momento en que introduce el sobre en la urna, con tomas que admiraría el mejor productor de cine porno.
Después de horas de montar guardia en las diferentes mesas logran arremolinarse en torno a algún candidato, y las preguntas que evidentemente pensaron minuciosamente se superponen a los gritos pidiendo silencio, preguntas tan trascendentes como ¿qué piensa? o un inteligente ¿adónde se va ahora?.
Mención especial merecen los que olfatean hurgando en los rincones cualquier posible contratiempo, un fiscal que llegó tarde, una silla que se rompió.
Si no encuentran, inventar es lícito. El dato extraoficial y los condicionales toman la palabra, a lo largo del día nos informan dónde irían y qué dirían, harían o pensarían personajes que luego no van, dicen, hacen ni piensan, pero no tiene importancia, es periodismo.
Ya cierran las urnas, ya es hora de empezar a escuchar quien ganó, aunque aún no hayan empezado el recuento. Y de escuchar las denuncias de fraude por parte de los vencidos.
Menos mal que no llueve.

viernes, octubre 21, 2005

Don't cry for me, Argentina

Jueves. 23:45 hs. Desde la ventanita del MSN un conocido de Mar del Plata dice: viene nomás...me voy a mudar.
Algunas personas provocan rechazo sólo con mencionar su existencia, Bush es una de ellas. Es inútil puntualizar las razones de ese rechazo, casi todos las conocen, o quizás no tantos, después de todo sigue en la Casa Blanca. "Tócala de nuevo, George", le dijo la mitad del país.
Su cara de marioneta estúpida y su comitiva de seguridad van pisar suelo argentino en noviembre. Nuestro gobierno ya le aseguró que la Constitución es un papel tan respetado como las directivas de la ONU al aceptar el préstamo de unos cuantos misiles "inteligentes" para derribar a cualquier avión que viole el área de seguridad. Casualmente días después EEUU nos recalificó en el 1er lugar de seguridad aérea, y, como todos sabemos, la política es una sucesión de casualidades.
"Aquí el clima está pesado, hay hombres de negro por todos lados", protestaba con resignación mi MSN, "no te cuento más porque vigilan a todos".
Agregué la frase a mi colección. Pocas cosas tienen tan poco en cuenta la lógica como la paranoia. En un mundo donde la vigilancia del Big Brother no nos sorprende, lo verosímil no tiene importancia.
"Están construyendo un túnel por abajo del Atlántico, Bush viene en submarino y por ese túnel llega al hotel, el avión es para despistar" me decía con absoluta seriedad un kiosquero, agregando con complicidad "lo sé por una tía que vive allá". Tener una tía que vive allá es una fuente inobjetable.
"El que viene no es Bush, es un doble, saben que van a volar el hotel así que mandan un doble para que caiga el resto de la Cumbre" sentenciaba una mujer en un chat. "Están contratando gente de la zona para que pruebe la comida" le respondía otro. Ambos aseguraban con vehemencia la veracidad de lo que decían, y el resto leía silencioso acotando algunos "ohhhh" respetuosos ante esos dos nicks que tenían la precisa.
"Van a evacuar la ciudad (de Mar del Plata) 10 km a la redonda del hotel", "Van a cerrar todos los negocios y hoteles de Mardel desde 15 días antes que llegue", "En realidad ya vino, y hacen este circo para despistar". La presencia de Bush incentiva la imaginación de miles, siempre en un mismo sentido.
Suelo escuchar, tomar nota mental, y callar. "No tenés que ir a ninguna marcha contra Bush" me dijo una colega preocupada, "sacan fotos y filman a todos". Aterrizaje forzoso pero aterrizaje al fin, me dije, y respondí: "claro, como siempre". Consideré una salida digna hablarle de la planificación del trimestre pero continuó, efervescente: "después los yanquis te fabrican alguna causa y te meten en cana por años". La imagen de un Guantánamo argentino me superó. Y no porque no lo crea posible.
Y mientras pensamos en túneles suboceánicos y dobles, Bush viene. No escuché a nadie preguntarse por qué y para qué.
Se sigue nublando, aunque aún no llueva.

Che, pibe, vení, votá

Por si no se sabía, vivimos en democracia y somos responsables. Así que cada tanto debemos ejercer el derecho al sufragio: debemos, porque ha de ser uno de los pocos derechos sobre los cuales no tenemos opción de ejercicio.
Hace unos cuantos años, una demócrata decidida me explicaba que las instituciones políticas, la estructura macroeconómica, la política cambiaria y financiera, los planes de inversión productiva, en síntesis, las decisiones que rigen los destinos del país no dependen del gobierno de uno u otro partido: gane quien gane una elección, la baraja ya ha sido repartida y por lo tanto la suerte está echada. Coincidí (y coincido) pero diferimos en nuestras conclusiones prácticas. Ella iba a votar a los radicales porque juraba que organizarían más conciertos públicos en las plazas; yo, en cambio, asumo que el sufragio nunca cambia nada importante y prefiero que no se me consulte acerca de pelotudeces menores.
Pero hay que ir a votar. El Director Nacional Electoral, Alejandro Tullo (mío no) ha lanzado sus amenazas y ejemplificó para Crónica: "un docente, supongamos un profesor de educación física, que no sufrague, si intenta concursar un cargo para entrar en una escuela no tendrá posibilidades de hacerlo porque no cumplió con su deber cívico". Más allá de que no justifico tal ensañamiento con los maestros de gimnasia (¿y qué si suponemos que es profesor de álgebra o tesorero de banco o mucamo de hospital?) está muy bien porque no sea cosa que cualquier ácrata pueda hacer dar vueltas de carnero a nuestros hijos al son de un silbato.
Ahora bien, parece que el propio Tullo no ha cumplido muy bien con ciertos deberes ya que confiesa: "hay cerca de esa cantidad [quinientos] chicos menores de edad habilitados para votar en todo el país debido a un error de tipeo en la fecha de nacimiento pero, fuera de esos errores, están previstas todas las condiciones para que la elección del domingo se realice normalmente". Incluso supongo que se habrá previsto que los presidentes de mesa dispongan de pañales por si tuvieran que cambiar in situ a algún votante demasiado menor.
Parece que no se ha tratado de un error de tipeo sino de cerca de quinientos, pero lo preocupante es que el Director Nacional Electoral ratifica la habilitación al sufragio de esos infantes. Es decir, si por un error de tipeo le extendieran un título de neurocirujano a un ingeniero mecánico, Tullo lo dejaría trepanar cráneos por doquier. Eso sí, aclararía que, fuera de ese error, están previstas todas las condiciones para que la cirugía se realice normalmente.
Los comicios marcan un hito nacional, organizan la vida social y ritman la lucha de clases. Reynaldo Hermoso, por ejemplo, dirigente sindical de los trabajadores químicos y petroquímicos, ha denunciado que muchas empresas del sector aún se niegan a abonar la escala salarial homologada en el mes de junio y que, para colmo de males, ICI Argentina acaba de producir cien despidos. Por lo tanto, el gremio impulsará medidas de fuerza... después de las elecciones del domingo. Supongo que en tanto las patronales se resistan a pagar según el convenio e insistan en despedir trabajadores en masa, Hermoso llamará a una huelga nacional... después de los comicios de 2007.
Entre tanto, los candidatos y sus cónyuges cerraron a los gritos sus previsibles campañas. Néstor Kirchner salió de gira electoral y visitó la capital riojana. En referencia a supuestos agravios menemistas sentenció: "en mí no van a encontrar una sola respuesta". Y es verdad: como mínimo encontrarán dos, una para la rosca interna y otra para la gran gilada. Y Lilita Carrió denunció que en la campaña oficialista "se usaron todos los recursos ilícitos del Estado". De ser así, muy mal hecho, porque los recursos ilícitos del Estado no están para dilapidar en propaganda electoral sino para otras cosas más importantes.
Yo me quedo con el sano optimismo de Matías, un joven de Monte Grande que debió soportar largas horas de cola para tramitar su documento y así poder sufragar por primera vez. Interpelado por Crónica, confesó: "no me puedo quejar porque hay chicas que, cansadas de esperar, te dan bola".
Qué tierno: no sabe que va a llover.

martes, octubre 18, 2005

No se banca más

Esta campaña tiene un marcado protagonismo femenino, lo cual en la práctica proselitista no representa nada especial, excepto más gastos en peluquería y ropa, y una cierta tendencia discursiva.
También ofrece un notable aumento de consumo de papel, lo que demuestra que el país avanza, al menos hacia la papelera. Cientos de panfletos, carteles, pasacalles, sobres y más sobres, con carta de Kirchner incluida, nos informan dónde votaremos ofreciéndonos generosamente las boletas que esperan depositemos en las urnas.
Capítulo aparte merecen ciertas encuestas. El encuestador promedio es un muchacho de entre 25 y 30 años, vestido acorde al partido que representa, corbatas a la derecha, barbita Che a la izquierda. Todos ellos acompañan al repetido saludo “buenos días, estamos haciendo una encuesta, sólo te robaremos un minuto“ una expresión de contenida ansiedad, un “por favor respondeme”. Algunos casos puntuales salieron de libreto, como aquel que detrás de su impecable saco negro recitó “¿podría hablar con el jefe de la familia?”, y tardó unos 30’’ en procesar mi respuesta (“imposible, somos una cooperativa”). Estar 30’’ con cara de nada manteniendo la impecable presencia, mientras el cerebro quema neuronas intentando encajar la respuesta en la estructura aprendida, no es poco.
El cuestionario es similar en unos y otros: qué opinamos de la gestión de fulano, o del candidato mengano, si ya tenemos decidido a quién votar y si cortaremos boleta. Las opciones repiten los “Muy bueno-bueno- regular-malo y muy malo”, algunos incluyen un notable “no opino” y otras un surrealista “ninguno”. Es fácil detectar a los profesionales y los amateur, sólo preguntarles, ante la mención de un perdido concejal en una de las tantas listas sábana, “¿y ese quién es?” es suficiente. Los primeros responden de inmediato a qué partido pertenece, mientras los segundos empiezan a revolver papeles de la infaltable carpeta que portan hasta dar con la respuesta, mientras balbucean “ya te digo…yo sabía…”.
No se libera del clima de campaña el criterio de buena vecindad.
Martes, 10:30 am, timbrazo largo y contundente. Abro la puerta dispuesta a repetir “Muy malo, muy malo, no, no”, cuando me enfrento al sonriente rostro de una vecina, una antigua vecina de hola y chau (como todos mis vecinos). Sin permitir que la sonrisa se desdibujase ni por un instante me besa efusiva, ponderando lo largo de mi pelo (quizás un mm más largo que la semana pasada cuando nos cruzamos en la panadería). Candidata a concejal por el ARI, se posiciona de inmediato. Comienza un discurso en el cual mi ser mujer, su ser mujer y el ser mujer de Carrió se presentan como una política, cuando surge en la escena otra vecina, quien sin mediar saludo pero con la sonrisa ya instalada me mira diciendo “no te habrá convencido ¿no?”. Ambas ríen aún no sé de qué y preparan las armas. Candidata a concejal suplente por el Frente, se apura en explicar la intrusa. Mi ser mujer, su ser mujer y el ser mujer de Cristina toman la palabra. Mi vecina-ARI no resigna el protagonismo, sobre todo cuando descubre que una pareja a pocos metros se había sentado en el umbral de su departamento, escuchando ostensiblemente el debate. Pocos minutos después el público había aumentado considerablemente, y mis vecinas discutían de modo de ser escuchadas al menos en 100 metros a la redonda, como si el destino de la patria dependiese de ellas. Decidí entonces que ya era suficiente para mí y simplemente me despedí. Sus rostros se transformaron de inmediato, ambas me besaron como a una hermana que no volverán a ver, augurándome un futuro de amor, paz y trabajo, mientras depositaban sus sobres en mis manos.
Cerré la puerta escuchando como retomaban el debate. Busqué los auriculares y me refugié en La grasa de las capitales.
Al menos aún no llueve.

domingo, octubre 16, 2005

Nadie se atreva a tocar a mi vieja

Porque mi vieja es lo más grande que hay, cantaba el gran Carpo.
¿Cómo separar la conciencia de días creados con mero fin mercantilista del mandato social de no olvidarnos de esos Día de...? Los almanaques hace varias décadas informaban el santo del día, hoy muchos lo hacen mencionando a qué o quién debemos celebrar, pasando de los días tradicionales de Madre, Padre, Niño, etc. a otros tan extraños como el día del enfermero oncológico o de la secretaria ejecutiva.
Pueden rebatirme que el Día de la Madre surge de la antigua Grecia, en honor a la madre de Júpiter, Neptuno y Plutón, Rhea (ser la madre de un dios sin ser un dios debe haber sido una tarea complicada, digna de ser honrada) pero hace décadas que se convirtió en un día más de shopping.
El Día de la Madre intentó infructuosamente convertirse en Día de la Familia bajo el argumento de que muchos niños carecen de madre. Criterio un tanto absurdo, nadie carece de madre, en ausencia o presencia, la figura de Madre existe en todos, aún cuando, paradójicamente, su ausencia cree carencias. Pero no todos los hijos tienen a su madre presente, por lo tanto en las escuelas hablan de días de la familia mientras construyen regalitos para sus madres. Fuera de la institución el Día continúa en poder maternal.
Las más de 30 entradas que la RAE reconoce del término "madre" no abarcan, claro, el universo de sentido que implica. No hay creencia, mito o leyenda que no incluya una madre entre sus textos. Abnegada, dulce, desinteresada, suma de virtudes. La madre post-freudiana se hizo también merecedora de otras cualidades, creadora de neurosis varias, castradora y/o manipuladora. La madre humana se debate entre las distintas acepciones de “buena madre” que interactúan en el siglo XXI.
¿Qué tienen en común las madres de Bagdad, Buenos Aires, Londres o Tokio? ¿qué las de 2005 y 1005? Según muchos expertos, la teta. Visión sesgada que reduce a una mera cuestión animal la maternidad humana, la cual, si así fuese, sería más simple, sólo las madres humanas nos cuestionamos/cuestionan (hasta donde sabemos). Sin mencionar que deja afuera un universo de madres que no engendraron a sus hijos. Posicionarse como Madre es quizás lo único que comparten, un posicionamiento por demás complejo, sólo comparable en complejidad al de Padre. Más aún cuando todas llegamos después de haber sido hijas por años, y teniendo que mantener muchas veces ambos roles cuando llegamos.
El amor de madre es incondicional, reza la vox populi, y lo es, cuando es. Y en esa vox populi la Madre, unida insoslayablemente a toda idea de vida, sostiene el sentido de lo virtuoso, de la dignidad puesta de manifiesto en maternidades puntuales, como las de aquellas catorce Madres que el 30 de abril de 1977 decidieron reunirse en una plaza por las vidas de sus hijos.
Mandato social, día de shopping, flores o postales virtuales, seguirá siendo el Día de la Madre.
Aún si llueve.

sábado, octubre 15, 2005

No pasarán

Desde hace varios años, Buenos Aires está obstruída por vallas. Primero fueron las rejas que poco a poco rodearon estatuas, fuentes, plazas, parques. Suerte de vallas inmuebles que algunos ladrones supieron movilizar y se robaron completas generando así la necesidad de su restitución y un nuevo agosto para ciertos fabricantes y colocadores de rejas que, quién sabe, estuvieran asociados con los chorros.
Después, hacia fines de 2001, el Gobierno Nacional entendió que el venturoso destino del país dependía de mantener la crisis lo más lejos posible de la Casa Rosada. El rubro de la herrería industrial, de parabienes, porque por entonces aparecieron cientos, quizás miles, de férreas vallas móviles que impidieron por todo el centro porteño el derecho de libre tránsito que aún consagra la Constitución Nacional y siempre derogan los usos y costumbres gubernamentales. Era la época en que Eduardo Duhalde hablaba de "un país condenado al éxito" mientras evitaba que sus ciudadanos se acercaran con éxito a los despachos del poder.
También florecieron centenares de efectivos de la Polícia Federal armados hasta los dientes y apostados de modo permanente en los alrededores, supongo yo que para vigilar que no se roben los vallados. Hasta el día de hoy, la Plaza de Mayo quedó cortada en dos, la calle Balcarce reducida a un pasaje y la Casa de Gobierno rodeada por los cuatro costados por un exagerado dispositivo de rejas. Son vallas móviles que se movilizan bien poco porque permanecen allí desde hace cuatro años, inútiles y pesadas en su función preventiva, ominosas e imponentes en su dimensión significante.
Al calor de los discursos mediáticos y no mediáticos acerca de la inseguridad -que involucra un ladrón de gallinas, un violador serial, un joven bebido, un semáforo roto, un accidente vial, un obrero en huelga y cualquier otro argumento funcional a la ampliación del concepto- las rejas y las vallas se multiplican como conejos en celo desaforado y devienen paisaje y monumento urbano: los turistas se fotografían contra un fondo de vallas menos por opción que por obligación porque el represivo enrejado ya es telón ciudadano. Y donde aún no lo es, lo será: es un problema de financiación y presupuesto y no de polémicas respecto de su necesidad.
El Parque Rivadavia, entre otros, era frecuentado por paseantes y ladrones y, como era de esperar, algunos ladrones asaltaban a algunos paseantes. Ahora el problema quedó resuelto porque el solar está rodeado de rejas y al atardecer se clausuran sus accesos bajo siete llaves. Ahora paseantes y ladrones circulan del lado exterior del vallado y, como era de esperar... Ya nadie es asaltado por las noches dentro del Parque Rivadavia del mismo modo que ya nadie es explotado en las fábricas vaciadas y clausuradas. Curioso modo de no resolver nada exhibiendo las señales de una falsa solución que, además, promete más límites y más cierres y más metáfora de la prisión.
Hace unas horas -madrugada, ciudad desierta, calma chicha- pasé por la Jefatura del Gobierno de la Ciudad y pude observar el siguiente espectáculo: una cadena de vallas de hierro apoyadas en la calzada alrededor del edificio; detrás, en el borde de la acera, una extensa reja destinada a impedir el cruce peatonal; detrás, otra larga secuencia de vallas paradas en el centro de la vereda. Tres firmes líneas de hierro contra ¿la inseguridad?, ¿de quiénes?.
Las vallas y las rejas son un componente insoslayable de la comunicación oficial. Néstor Kirchner y Aníbal Ibarra dicen a diario que sin muros de hierro impidiendo el desplazamiento de los peatones a través de la ciudad no se puede o no se quiere gobernar. Son gobiernos -se dice- democráticos y de centroizquierda: no quisiera enterarme qué proponen en su lugar quienes critican su izquierdismo permisivo.
Desubicado, exagerado y alegórico, me acordé de Bethlehem en Palestina, de Melilla en Marruecos, de Guantánamo en Cuba y de otras cuantas vallas, rejas y muros no muy distintas que aquellas que la nobleza alzaba en torno a sus castillos para decir lo mismo: no pasarán.
Y me acordé de otros demócratas que están a la izquierda, según cómo uno se perfile respecto de la valla que ellos levantan y sostienen.
Y me acordé que va a llover.

jueves, octubre 13, 2005

¿Quién parará la lluvia?

En abril de 2004 leí en algunos medios que Berlusconi había prohibido que en las escuelas del Estado se enseñase la "Teoría de la Evolución" de Darwin, y en su lugar enseñarían la creacionista de la Biblia. Supuse que se trataría de una joda, pura parodia de lo retrógrado. Pero la noticia estaba en el diario Clarín, que nada sabe de parodias. Fue uno de esos momentos "no puede ser" con los que vamos creciendo. Ingenuamente imaginé una reacción masiva contra semejante abuso, pero me equivoqué. La noticia se diluyó y la supervivencia del más apto volvió a confirmarse.
Ayer, gracias a la deriva por la blogósfera, me enteré que el benemérito FBI creó una brigada especial anti-obscenidad que dedicará su esfuerzo a protegernos de la pornografía. No pornografía infantil, sólo eso que algunos adultos producen y otros adultos consumen.
La excusa dada esta vez no pasa por las armas de destrucción masivas, se trata de un descubrimiento digno de mentes brillantes: los que se dedican a la trata de blancas, abuso de menores y/o prostitución forzosa consumen pornografía. Mi solidaridad despertó de inmediato. ¿Por qué no existe aún la brigada anti-violencia en cine y TV? ¿por qué no la anti-alcohol? Está comprobado que casi todos los asesinos consumen cine violento, y que un gran porcentaje de criminales hace lo propio con bebidas alcohólicas. Y ni hablar del azúcar, el FBI debería combatirlo, es de público conocimiento que el azúcar de refinería altera el sistema nervioso.
¿No sabemos acaso que primero fue la pornografía y luego los violadores? Antes que se inventase la triple x no existía el delito sexual. ¿Por qué no se prohibieron aún las becarias en la Casa Blanca? Debemos estar agradecidos por la existencia de los hombres de negro, ayer vi "The bone collector" y temí convertirme en asesina serial.
Como plus a esta información leo que muchos detractores a la nueva brigada argumentan que "el FBI debería dedicarse a cosas más importantes, como el terrorismo o la criminalidad". Se reduce a una simple cuestión cuantificable que en sí misma avala el hecho. No le pegues a tu mujer, dedícate a algo más importante, como arreglar la canilla que pierde.
De algo no hay dudas: el 100 % del fascismo creciente consume vidas ajenas.
Y, sí, va a llover.

Algunas cosas inconcebibles

Un pastor religioso interrumpe la exhibición de un film cualquiera en un cine cualquiera y solicita un minuto para propagar la palabra de su dios; un candidato político interrumpe un partido cualquiera en una cancha cualquiera y solicita un minuto para promocionar su plataforma electoral; un locutor publicitario interrumpe una conferencia cualquiera en un salón cualquiera y solicita un minuto para anunciar las bondades de su yogur, su gaseosa o su champú.
Lo dicho: algunas cosas inconcebibles. ¿Entonces por qué resulta normal y habitual que unos sujetos cualesquiera interrumpan una y otra vez las clases universitarias para "pasar un aviso"?
Aviso que suele abarcar los más diversos contenidos: a veces es la denuncia abstracta y militante de algo que debería importar, a veces es la invitación a una charla de interés para unos pocos iniciados, a veces es el reclamo de solidaridad con carentes de la más diversa índole -algunos, profesionales de la mendicidad-, a veces es la directa promoción de una fiesta con birra, música y danza, a veces es la publicidad de alguna empresa económica con disfraz de compromiso social.
Demasiados docentes suelen ser sensibles, demagógicos y permisivos y entonces el anunciante se pone el cassette y, cual vendedor de subte, repite sin pasión ni atención lo que ha memorizado a fuerza de insistencia para un público que no escucha. Porque he aquí la cuestión nodal: el público no es una cosa previa, el público es algo a producirse.
Los interruptores de clases creen que pueden usufructuar un supuesto público cautivo. Su concepción de público es formalista, superficial y estúpida: consideran que se trata de un conjunto de personas sentadas y quietas, todas mirando al frente y guardando respetuoso silencio; no son capaces de evaluar que esas personas están allí reunidas y convocadas por otros intereses y razones y que, por esos mismos intereses y razones, se obligan a soportar con cara de nada el tedioso monólogo del locutor de turno.
Por supuesto, la necedad atraviesa soportes, lenguajes y formatos y del mismo modo que confía en una comunicación basada en el speech memorizado y reiterado ante quienes no han sido seducidos para su escucha, apuesta a la saturación del espacio público para comunicar más y mejor. Así las agrupaciones estudiantiles copan desde siempre los pasillos de circulación con inmensas mesas pintarrajeadas y miden su penetración política en términos de quién la tiene más grande. Y colocan enormes pancartas del tamaño de puertas obstaculizando las puertas y fijan carteles en lugares increíbles de modo que cuelguen justo delante de los ojos del incomodado transeúnte. Exhiben una concepción de la comunicación que reduce su complejidad al emplazamiento físico de su soporte y consideran que cualquier cosa que se ponga por delante del eje de la mirada y del recorrido corporal de un ser humano argumenta con aceptable eficacia.
Pero, claro, no sólo las agrupaciones estudiantiles: también una caterva de psicoterapeutas baratos, radioaficionados de FM, difusores de la ideología zen, militantes documentalistas, vendedores de sánguches artesanales, asambleístas del conurbano, defensores de pobres y ausentes y otros especímenes agrupados alrededor de la idea de que la cosa consiste en imponerse por delante de un trayecto.
El edificio desde el cual se generan estos comentarios alberga dos carreras: Ciencias Políticas y Ciencias de la Comunicación. Nada más y nada menos. Por lo tanto, señores cientistas de la comunicación y la política, pónganse un cuarto de pila, resístanse a la propia necedad y dejen de joder con sus avisos porque "cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato que edificó su casa sobre la arena; y descendió la lluvia..." y la casa se la llevó el carajo (Mateo 7, 26-27).
Y de cierto os digo que va a llover.

martes, octubre 11, 2005

Pajarillo verde en la noche sin dios

Hay quienes opinan que La noche del 10 es un show televisivo liviano y frívolo, un pastiche de lugares comunes, un collage de emociones baratas y una expresión estética de lo feo. Pero ojo al piojo, señores observadores de superficie: cuando se trata de temas que nos comprometen a todos, el programa se juega entero y planta la bandera de la justicia social con la misma energía y seriedad que un Punto doc, un Código o un Informe central.
Ayer no fue el Día de la Raza pero casi, a juzgar por el oportuno feriado nacional. Por lo tanto, La noche de 10 se hizo cargo de la tragedia indigenista y expuso en su lujoso piso a unos cuantos sujetos con vinchas de colores. Porque ésa es la construcción contemporánea prevalente del aborigen: un tipo demasiado parecido al que se cruza a diario en el bondi, en el subte, en la fábrica, en la oficina, en el aula, en cualquier esquina de la ciudad de Buenos Aires o de cualquier otra ciudad del continente pero con una vincha, un poncho y un reclamo étnico a flor de labios. Las diferencias relevantes con la construcción que hacían los libros de lectura de hace unas décadas -después zafé de leerlos- son dos: a) aparecían casi en pelotas y no pedían ni siquiera pantalones porque b) eran parte de una Historia suturada por el tipo que hoy retratan los billetes de cien mangos. Era un verosímil de lo que alguna vez había sido el indígena que hoy ha vuelto maquillado de indígena contemporáneo. El verosímil, porque el "indígena" nunca se ha ido a ninguna parte.
La pantalla gigante que se despliega en el piso de La noche del 10 -en la cual suele corretear ese enano infantilizado menos parecido a Maradona que a Astroboy- dio entonces cabida a quien, presumo, debe ser una autoridad en materia de indigenismo: Eduardo de la Puente. De la Puente denunció la tala de bosques, dijo que reducía los árboles a dos maderitas -ejemplificó con dos maderitas que sostenía en sus manos- y comenzó a golpearlas (era una metáfora de algo que no me quedó muy claro). Entonces, la solidaridad, el despertar conciente, la unión en la lucha y la magia de lo espontáneo: todos en el piso tenían preparadas sus maderitas y comenzaron a golpearlas. Es cierto, sin ton ni son, una música colectiva y carente de toda rítmica que, supongo, simbolizaba la diversidad y literal desconcierto de lo social o algo por el estilo.
Después Diego (Maradona, que no parece tener ancestros de origen danés ni sajón) y Sergio (Goycochea) presentaron rápidamente a los invitados, un puñado de mapuches, wichis, tobas, diaguitas, mocovíes y después habló un "indígena" (lo siento, no recuerdo su etnia) que, entendí, vive en una "reserva": no me pareció que cuestionara esa noción de ghetto sino todo lo contrario. Más allá de los bosques y maderitas de de la Puente, el reclamo básico y central de estos aborígenes parece ser la tierra: quieren que se les dé tierra. ¿Por qué merecerían tierra? Porque son "indios" y han sido despojados. De esto último no hay dudas, pero el programa político suena un tanto regresivo. Y un poco racista, porque supone que el origen étnico o el color de piel otorgaría algún derecho distintivo: un racismo "a favor" de comunidades relativamente marginadas, de acuerdo, pero racismo al fin.
Luego los aplausos y los besos que en La noche del 10 jamás pueden faltar y unas artesanías idénticas a las de cualquier feria artesanal que los aborígenes obsequiaron a Diego. Todo con la gracia y la fluidez de un acto escolar improvisado minutos antes por la maestra de tercero debido a unas repentinas anginas de la señora directora.
Y después el regreso a las charlas anodinas y forzadas de un dream team que ayer formó con Cecilia Bolocco, Mariano Martínez, Hernán Crespo y Alfredo Casero (la figura de la cancha, muy por debajo de lo que puede rendir mejor acompañado). Y después creo que ingresó Joaquín Sabina pero el partido y yo habíamos entrado en un pozo de sopor.
Cambié de canal y, no sé por qué, me quedé pensando en aquel motivo popular del folklore venezolano que pinta una aldea demasiado ancha y triste y canta como los dioses la señora Cecilia Todd: "Pajarillo verde ¿qué te puede dar un indio?/ pajarillo verde por mucho que tú lo quieras/ Ay, ay, ay, ay, una ensarta de cangrejos/ pajarillo verde y eso será cuando llueva".
Y vaya si lloverá.

domingo, octubre 09, 2005

La prensa de dios lleva póster central

A las 7 a.m admití que ya estaba despierta, un domingo y habiéndome acostado a las 5 a.m, no tenía mucho sentido. Pero el hecho es que estaba despierta, inevitablemente despierta y sin posibilidades, por lo tanto me levanté a leer los diarios (online).
"Veinte mil muertos por terremoto en Pakistán" fue lo primero que llegó a mí, y muy detrás de la angustia descubrí que no había asombro, una lectura de los últimos meses permitía inferir y predecir el movimiento del planeta en algún lugar. Encendí por inercia el televisor buscando más información, pero no encontré, sólo menciones aisladas en uno u otro canal. TN lo consideró en 2do lugar en sus Títulos, detrás de la seguridad para la cumbre (horas después lo trasladó al 5to lugar), CNN estaba ocupada con el precio del petróleo post Katrina, Crónica había encontrado el choque nuestro de cada día. No es algo novedoso, no se trata de muertos VIP, no ameritan cobertura permanente, ni programas especiales, ni entrevistas a geólogos que expliquen por qué la Tierra sigue sacudiéndonos como pulgas indeseables. Y sinceramente no quería ver nada de eso. Sólo quería tener una idea concreta de la magnitud, y no encontré siquiera expertos explicando que EEUU se negó a firmar el protocolo de Kioto, si hay algún argentino en el hecho o las condolencias de Ratzinger (las cuales llegaron luego, un bloque condolido por los muertos en el terremoto asiático y en las inundaciones en centroamérica, dos condolencias al precio de una es negocio).
El 26 de diciembre de 2004 un tsumani arrasó las costas de Asia, más de medio millón de víctimas. La cobertura periodística de ese hecho fue apenas un 10% de lo que lo fue poco después por el incendio de Cromagnon. El 1 de septiembre de 2005 cientos murieron en Bagdad por una avalancha humana y caída de un puente, la cobertura fue apenas un 1% de la que merecieron las víctimas de Katrina. El mundo se detuvo en tres ocasiones: 11 de septiembre de 2001, 11 de marzo de 2004 y 7 de julio de 2005. Que la suma de las víctimas de esos 3 hechos no alcancen a superar las de la invasión a Irak no tiene importancia, la cobertura del ataque a Bagdad fue limpia, distante, aséptica, como debe ser un acto de justicia. Unos cuantos miles de muertos en Pakistán o Cachemira no califican.
Dijo Blair a los medios que dedicaron 48 horas ininterrumpidas al atentado en Londres: "es un ataque a las naciones civilizadas", y bien sabemos que nuestros objetivos, imparciales, independientes y occidentales medios son civilizados.

sábado, octubre 08, 2005

¿Qué es un blog?

"Come in," she said,
"I'll give you shelter from the storm."
Bob Dylan

Si se consulta a Google respecto de qué es un blog o weblog se obtienen, en conjunto, cerca de doscientas mil entradas. Si se consulta en inglés jugando las combinaciones posibles -what is, what's, weblog, blog- las entradas superan con holgura el millón. Si se consulta en mandarín, hindi o árabe, no sabemos (no sabemos consultar).
Estadística primitiva y quizás poco fiable pero que contribuye a una hipótesis plausible: la pregunta por el blog está más de moda que otras que dominaron las inquietudes intelectuales en otras épocas. Cualquiera puede intentar el mismo tipo de búsqueda en referencia a inquisiciones de muy larga data -¿qué es la vida?, ¿qué es el alma?, ¿qué es el arte?- o a otras más modernas -¿qué es un libro?, ¿qué es un fractal?- y descubrir que en materia de dudas radicales de la especie, hoy parece ser tiempo de blog.
Entonces, si bien puede no resultar original, tampoco es inadecuado inaugurar un blog con esa pregunta: ¿qué es un blog?.
Hemos investigado el tema y sintetizado algunas conclusiones:
a] Un blog es un block de apuntes, un cuaderno de bitácora, un derrotero de notas sobre uno o varios temas de interés general o no.
b] Un blog es un diario personal o colectivo, un espacio público para el testimonio privado, la confesión íntima, la experiencia vivida o la banalidad cotidiana.
c] Un blog es una tribuna periodística desde la cual mostrar el lado oscuro de la realidad, develar verdades obliteradas y narrar los episodios de la otra Historia.
d] Un blog es un lugar para el despliegue literario donde se publican poemas, cuentos, novelas o ensayos, mejores o peores, propios o ajenos.
e] Un blog es un medio de difusión y debate de posturas políticas, filosóficas, científicas o religiosas, ardientes pasiones, afectos recientes u odios ancestrales.
f] Un blog es una plataforma de testeo y lanzamiento de proyectos comerciales desde la cual pueden emerger nuevas estrellas del periodismo, la literatura o el show business.
g] Un blog es un espacio terapéutico flexible, económico y de dudosa eficacia en el cual leerse a sí mismo ante un número indefinido de eventuales y desprevenidos falsos terapeutas.
h] Un blog es un fragmento de la blogósfera, esa novedosa, sorprendente e incluso inverosímil comunidad mundial de todos los seres humanos que participan de un blog.
i] Un blog es un website alojado en un server que, además del hosting, ofrece el puñado de herramientas que facilitan su operación tanto al profano en materia de programación cuanto al neófito que confunde HTML con el nombre de un banco de Hong Kong.
Debido a todas estas definiciones y a otras que ya se nos olvidaron, abrigamos serias dudas respecto de que esto sea en rigor un blog.
No obstante, como está anunciada flor de tormenta, decidimos guarecernos acá.