miércoles, septiembre 16, 2009

Deberías saber por qué

Mientras continúa el circo mediático y legislativo por la Ley de Medios, y se firman acuerdos mafiosos detrás de cámaras, unos pocos recuerdan que pasaron treinta y tres años.
Algunos de los asesinos ya murieron, de muerte natural e impunemente, otros aún esperan juicio. Las Abuelas continúan buscando, nadie ahonda demasiado en Honduras, siguen muriendo palestinos en manos de asesinos intocables, López no aparece, Maradona descansa, Obama se preocupa, Chávez se sigue riendo, los glaciares se derriten, Vocos Canesa habla, Cobos cansa, el campo resigna protagonismo, Del Potro se lo gana, Irak sigue lleno de marines, la gripe A es el enemigo y el guante de Michael Jackson cotiza en Bolsa.
Treinta y tres años después mucho cambió, y nada cambió. Ellos, como tantos más, tendrían hoy una buena vida, o no, pero, en todo caso, debería haber sido su decisión.
Muchos de aquellos que no lo permitieron aún están libres, muchos que los apoyaron aún son figuras públicas o sueñan en privado con volver. Lo que nunca podrán lograr es que olvidemos.






domingo, septiembre 06, 2009

La mano de dios

Anoche, como varios miles, me senté a ver el partido entre Argentina y Brasil, lo que en mí no es extraño, ya que soy básicamente futbolera, pero conozco a muchos que cumplieron con el ritual aunque el fútbol les importe un catzo. Obviamente porque es la selección, es Argentina y es Maradona.
Durante varios meses, in crescendo, asistimos a todos los circos posibles, si juegan en Rosario, quiénes, si Messi sí, si Diego llevará al Benjamín, infinitos análisis de probabilidades, de rendimientos individuales por si acaso, siempre atentos al gesto de Maradona, si estornudó, si dio la formación. Y el Diez jugando de humilde, de papá de sus jugadores, dando apoyo político. Hasta ahí, todo normal, no se podía esperar otra cosa ni de Maradona, ni de los medios. Posiblemente se podía esperar más de los que entraron a la cancha, sobre todo cuando son considerados semidioses (porque dios hay uno sólo y es el DT) y con lo que ganan por patear una pelota se podría evitar la muerte por desnutrición de miles de chicos. Pero, ok, no mezclo los tantos, esto es fútbol.
Y Brasil les pasó por encima, tranquilamente. Los análisis deportivos, tácticos, son miles, de hecho, millones, ya que cada uno tiene el propio, de qué sirvió cambiar el 3-4-3 por 4-4-2, por qué no Palermo, por qué correr a Verón a la derecha, por qué esa ¿defensa?...
Muchos prefieren darle la derecha a Maradona, y aceptar que tan mal no jugaron (verdad), que tuvieron la pelota los primeros 23 minutos (lástima que no hicieron nada con ella), y, de repente, todos se acordaron que era Brasil.

Aunque no hay mucho lugar, ni en mí ni en el blog, para gastar escritura en un análisis futbolístico (para eso está la charla de café) no pude evitar quedarme en una frase de Maradona en su conferencia de prensa post Brasil.
"Yo soy el responsable" dijo enfáticamente cuando se le preguntó si era él o los jugadores. Era un poco difícil responder otra cosa cuando el periodista formuló la pregunta con la introducción "vos siempre te hiciste responsable de todo...", pero aún así seguramente se haría cargo. Conozco muy pocos directores técnicos que se hayan animado a decir "qué voy a hacer con los troncos que tengo en el plantel", pero, además, a estos los eligió él.
De inmediato, como en directa relación con su responsabilidad, continuó diciendo que ya había hablado con Julio (Grondona), con Carlos (Bilardo), y que tenía que hablar con sus hijas. Que tenga que hablar con Grondona es más que obvio, que hable con Bilardo suena extraño, no quiso escucharlo desde el primer día, de hecho le molestó muchísimo tenerlo cerca, pero es miembro del cuerpo técnico, así que suena lógico. Pero ¿hablar con las hijas?. Nunca escuché a Sabella, a Bianchi, a Gareca o a cualquier técnico mencionar la charla con su familia como parte del discurso deportivo. A lo sumo alguna vez agradecen el banque, pero eso es todo.
Sin embargo es parte del ser Maradona, nunca fue él, sino sus padres, Claudia, Dalma y Giannina, el Kun y Benjamín. Siempre fue parte de su discurso, y si bien se mostró muy ofendido por la violación de su privacidad cuando aparecieron hijos, drogas y demás, él fue desde siempre quien se expuso como un clan. No un clan de poder, no un Kennedy, sino un clan que le da humanidad, que lo deja siempre un paso al costado de la crítica brutal.
Lo extraño entonces no es que Maradona diga que tiene que hablar con sus hijas como parte de la derrota sino que todos los demás pongan un manto de respetuoso silencio.
Por mucho menos he visto tribunas reclamando la cabeza de un técnico, pero es el Diego, el mejor jugador del mundo y de la historia (discutible, pero tema aparte), y al mismo tiempo el cebollita que nunca terminó de salir de Villa Fiorito. Es dios, patria y familia, el barrilete cósmico y Fidel. Como dicen algunos en voz baja, un pobre tipo que supo jugar al fútbol y la vida se lo llevó puesto. Como dicen otros, es Maradona, el intocable. Quizás tan intocable como Bianchi, con una diferencia, Bianchi es profesionalmente intocable, y su vida privada es su vida privada. Maradona no es un ex-jugador, técnico de la selección, Maradona es Maradona, y a Maradona siempre hay que darle otra oportunidad. ¿Quién le va a pegar a un tipo que dice que se hace cargo y tiene que enfrentar a sus hijas?.

En algún punto se parece a Charly, ¿qué no se le "perdona" cuando escuchás su música?. En sintonía los medios hablan de desilusión, tristeza, amargura, nadie de bronca, de ineptitud.
En definitiva, Maradona nunca termina de sorprender, pero jamás asombra. Construyó una imagen que siempre le permite caer parado, así nos olvidamos que cayó. Según la mayoría él no construyó esa imagen voluntaria y concientemente, sino que la vida lo fue llevando. Yo no estaría tan segura, al menos no que así sea en un 100%. De hecho en ese respeto al Diez no hay más que hipocresía, ya que se sustenta en creerlo incapaz de ser responsable de su vida.
Con una pequeña ayuda de los amigos es posible que la selección argentina llegue al Mundial, y si no es así, o si llega pero se queda a mitad de camino, no será culpa de Diego, en todo caso será de la vida de Diego, no de él.
Todos los triunfos son de Maradona, todos los fracasos de lo que esos triunfos le provocaron. Y siempre habrá otra oportunidad, porque todo se olvida. Todo menos el gol a los ingleses.
Esperemos que el miércoles no llueva.