martes, septiembre 05, 2006

Los dinosaurios van a desaparecer

Murió Francisco Angel Ludusid, más conocido como Fernando Siro.
Cuando escuché la noticia dije “qué bien”. Quienes me escucharon se horrorizaron, no se dice que esté bien que alguien muera. Callé el pensamiento inmediato: “lástima que su mujer aún no”.
¿Por qué está tan mal decir que la muerte de alguien no produce ningún sentimiento de pesar, y algunas veces incluso es bienvenida? Que desaparezcan de mi mundo los cómplices y defensores de los genocidas del Proceso es una buena noticia. Cuantos menos existan más a salvo estaremos.
“La muerte nos hermana a todos” decía por la radio una mujer intentando minimizar las palabras y actos de Ludusid para que sólo se recuerde y honre a Siro, el actor.
Siro, el actor, no es quien murió, él seguirá siempre “vivo” en sus películas. Murió Ludusid, el defensor de torturadores y asesinos.
La muerte no hermana más que por ser lo único en común que tenemos todos los seres vivos, pero la muerte no convierte a un asesino más que en un asesino muerto y a un fascista en un fascista muerto.
Ludusid tuvo el derecho y la libertad de expresar sus opiniones, con toda su bajeza, derecho y libertad que enérgicamente sostenía que hay que negarle a quienes piensen de otro modo. Nadie lo secuestró, torturó ni asesinó. Nadie le hizo lo que él defendía que se le hiciera a otros. Tuvo una buena vida, o al menos una vida, una vida en apoyo de que a miles se le negase la suya.
No me conmueve el dolor de Elena Cruz, ella y su marido eran para mí, ayer, dos seres humanos despreciables. Hoy lo siguen siendo.
El respeto a la muerte tiene mucho más que ver con los temores, con lo incontrolable, lo inevitable, lo insondable, con nuestra forma de enfrentarla y evitarla, que con la persona. Lo indecible de la muerte no quita una palabra a lo dicho en vida.
No soy religiosa ni creo en Juicios Finales. Veo finales sin juicio.
No soy hipócrita ni diré que ante la muerte hay que tener un respetuoso silencio.
No tengo flores para esas tumbas, esas flores ofenden. Sólo tengo rabias, rabia cuando veo que intentan olvidar, que desvían la mirada de quien es cada cual sólo porque murió, rabia cuando “el grito se lo lleva el viento”.
Nada podrá evitar que sienta que es bueno que hoy haya una nube menos en este cielo que pronto se dejará llover.

9 comentarios:

Anónimo

se puede disentir en paz?

yo creo que la muerte nos iguala. creo que la muerte es la linea de llegada de este juego que es la vida: del otro lado de la linea somos todos "intocables".
nadie va a poder hacer justicia con un muerto: ya está del otro lado de la linea.
a todos los injustos le resulta insoportable la idea de ser juzgados: no me alegraría al enterarme la muerte de fortabat o de maria julia: en cambio festejaría cuando los despojen de todo aquello que han robado.
me explico?

a los saqueadores, torturadores, asesinos, habría que hacerles sentir las secuelas que han dejado tras su paso por esta tierra: el dolor que han sembrado.

muertos, ya no sienten nada: ya dejaron de ser; están como yabrán en isla caiman: intocables.

prefiero imaginarlos vivos, enjuiciados, humillados, y mostrados como ejemplo de lo que no se debe hacer.

muertos, solo son abono de las plantas.

Grismar

Peperina: por supuesto que podemos disentir en paz, pero no veo que exista demasiado disenso. Obviamente lo ideal es que paguen todos y cada uno de sus actos, ya lo dije en el post "veo finales sin juicio". El caso de Ludusid tiene sus propias connotaciones, no se le puede imputar un delito, jurídicamente hablando, tampoco a su mujer (eso ya estuvo en debate cuando estaba por asumir)pero es un fascista. Y como todo fascista que no puedan meter preso, lo prefiero muerto. Muertos, como decís, son abono para plantas, vivos son peligrosos, no los quiero en el mismo planeta que yo, y no dudo en decirlo. Ojalá todos recibiesen el castigo en vida, y no ese ofensivo placebo de cárceles VIP o prisiones domiciliarias, pero, parafraseando a Benedetti, un fascista no se redime muriéndose, pero algo es algo.
Maun: de acuerdo, y yo tampoco creo que la muerte nos iguale, la muerte se iguala a la muerte, pero cada muerto es quien fue en vida. En la tumba de Galtieri yo también escupiría, no deberían siquiera tenerlas, como se las negaron a tantos, si estuviese en mis manos los echaría a todos en una fosa común. Quizás suene a venganza, pero lo consideraría sólo justicia.
besos a ambos.

Anónimo

Beligerancia activa contra los que no quieren el sitio más que para ellos, pero cuidado no nos transformemos en lo que criticamos...
Dicho con toda la simpatia y el aprecio que sabes que te tengo...

Anónimo

Uno menos. El problema no son los que mueren sino los que aún continúan naciendo. Y crecen fascistas quizás cada vez más en nuestros torturados países, entre otras causas porque perdura el mensaje siniestro que tipos como Fernando Siro se han encargado de difundir, dirigir y actuar. Mientras miles de técnicos, realizadores y estudiantes de cine eran secuestrados por la dictadura, Don Fernando filmaba tranquilamente financiado, en pleno centro de Buenos Aires y con Graciela Alfano, "La carpa del amor" o cualquiera de esas porquerías que ahora sabemos que no eran simples películas pasatistas sino enmascarados mensajes del terrorismo de Estado.
Uno menos. ¡Y andá a filmar los rabanitos desde abajo! ¡Y que la muerte te hermane con las bacterias y los gusanos!

Vitore

Yo estoy de acuerdo en que no hay que minimizar los horrores que haya cometido el personaje u otros como él que mueren poco a poco. Así como estoy en contra de la pena de muerte y acabo prefiriendo o imaginando el que un fascista o un asesino se pudran en la cárcel (cosa que no suele suceder pues las cárceles para estos sujetos suelen ser pequeños palacetes) cuando ésta; la muerte; sucede en la cárcel o en su casa, siento una especie de agradecimiento por que ninguno de nosotros (por suerte ni siquiera ellos) seamos inmortales.
Besos.

Anónimo

Cuando escuché la noticia no dije "qué bien" sino "uno menos". Say no more.

7/9/06 10:34 PM

Grismar

Pálpitos: con el mismo aprecio y simpatía, más de 30 mil voces que él negó a los gritos y de cuyo silencio forzado fue cómplice no aceptan mantos grises, ser blandos, y permitirles diluirse en el olvido.
El país bananero: la basura que filmó lo era en todos los aspectos. No sé si siguen "naciendo", pero los siguen haciendo, los Siros del mundo.
Vitore: por suerte, ni siquiera ellos.
Cinzcéu: entre esos tipos y yo...
besos a todos.

9/9/06 12:43 PM

Anónimo

Grismar , me acabás de dar la alegría del sábado , porque a decir verdad no sabía que este viejo se fue para el otro mundo.La verdad? Como cuando se murió Primatesta, "Uno menos" es lo que me sale decir.Gente de mierda sobra en este mundo.Y no me considero simpatizante de los amigos de "Jorgito".
Saludos

9/9/06 6:22 PM

Grismar

Gaby: la noticia se diluyó en un prontísimo olvido, de hecho apenas si lo mencionó algún medio. Hay cosas que prefieren meterlas debajo de la alfombra. Besos.

12/9/06 8:01 AM