martes, agosto 17, 2010

El tiempo, el queso, el libro

Acabo de encontrar un ticket de supermercado de hace diez años en la posición de señalador de un librote que nunca leí pero, se ve, hace diez años abrí.
La cosa es que en esa brevísima compra elemental (pan, queso y una gaseosa para bajar el bocado) identifico el queso port salut a 6,89 pesos el kilo.
Cotejo con mis prolijos registros de aquel año y colijo que entonces yo producía un ingreso promedio de 200 kilos mensuales (precio al público más 21% de IVA) de queso.
Una década más tarde, laburo, carrera, ahorro e inversión mediante, mis ingresos son mayores, a saber: entonces tenía dos trabajos y ahora también, pero en uno de ellos la dedicación y el salario se duplicaron; entonces tenía una pequeña renta inmueble y ahora tengo dos, la segunda más pequeña; entonces no confiaba en los bancos y ahora tampoco pero me he resignado a que la mierda de un plazo fijo es más segura que guardar un puñado de dólares en la media y, a efectos de mis cuentas personales, cuento ese interés miserable como ingreso (y capital potencial a invertir en queso).
Como se ve, he "progresado" mucho en mi libre y franco ascenso pequeño burgués; trabajo más tiempo, percibo más salario, rento otro inmueble e invierto en finanzas. Seguramente hoy pueda comprar unos 300 ó 400 kilos del puto queso.
Pero hoy, casualmente, he ido a un supermercado de segunda (se denomina, creo, "de descuento") y elegido unos 300 gramos de la marca más económica de port salut. Se comprenderá que no soy capaz de decir qué marca de queso compré hace una década pero pongamos que, también entonces, la más barata. Pues no, de ningún modo podría comprar 300 ni 400 kilos de queso pero tampoco los 200 de aquella época ignominiosa en la que tras años de recesión vivíamos en la casi absoluta miseria y al borde de una crisis que estalló en 2001.
Podría preguntarse para qué carajo querría comprar 400, 300, 200 o incluso kilo y medio de queso pero es que esto no trata sobre la economía y el queso sino sobre la falsificación de los números, la declamación de la mentira y la perversión de los argumentos.
Hoy, en un programa ya emitido según avisó la pantalla, Martín Lousteau le decía a Jorge Lanata en Canal 26 que el menemismo fue una fábrica de pobres desamparados mientras que el kirchnerismo es una fábrica de pobres subsidiados. Coincido con la figura (pergeñada por un ex ministro kirchnerista) y me niego a optar entre dos mentirosas fábricas de pobres, que es el mejor planteo político que puede hacer el democratismo capitalista.

***

El librote dentro del cual hallé el ticket de supermercado se llama "Manual de historia de las instituciones argentinas" y su autoría es de Víctor Tau Anzoátegui y Eduardo Mártire. Voy a confesar acá su origen en mi biblioteca, mi sentimiento de culpa y mi decisión última al respecto.
Hace casi tres décadas pretendí ingresar (e ingresé, duré poco) a la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA. Por entonces se debía aprobar un examen de ingreso y una de sus materias era Historia. Recuerdo haberme inscripto en un curso privado y haberlo comentado con una compañera de trabajo, Silvia, estudiante avanzada y/o graduada en Sociología. Silvia me dijo que me ayudaría mucho el "Manual de historia...", que ella lo tenía y me lo podía prestar con todo gusto, pero con la única condición de que se lo devolviera. Me sonó extraña la condición (¡cómo no se lo devolvería!) pero acepté y me quedé con el librote. Nunca lo leí porque, a poco, la UBA cambió sus reglas y trocó el examen filtro por un curso de ingreso (sin inclusión de Historia y que derivaría luego a CBC).
Silvia dejó de laburar en esa empresa y desapareció de los sitios que frecuentaba (vivía a una cuadra y media de mi domicilio). Poco después supe que estaba en París, usufructuando una beca o algo así, estudiando y laburando en ese otro mundo. No había internet ni Google, París... ¿era una fiesta? y un envío genérico a "Silvia (omitiré su muy común apellido); París, France" no avanzaría más allá de un seguro Departamento de Incineración de Boludeces.
He mudado cuidadosamente ese pesado y no leído volumen varias veces porque empeñé mi palabra de devolución allá hace 27 años, de un libro rubricado por Silvia, allá hace 28 años, caramente encomendado en préstamo.
No da para más. Este fin de semana se lo llevaré a mi sobrino por si algún pasaje le sirve para enriquecer una monografía y ofreceré su tenencia definitiva a su padre, mi hermano, mucho mejor y más pasional conocedor e interesado en la historia que yo.
Y Silvia... un día soñaré que te aparecés en la noche (o mandás fantasmas y otros seres horribles) que repetirán: "¡No devolviste el libro, no devolviste el libro, no devolviste el libro!". No, nunca te lo pude devolver.
Llamaré a mi abogado que argumentará que el crimen prescribió o bien argumentaré que poco importa un puto libro cuando toda la lluvia nos está por caer.

14 comentarios:

SirThomas

Bueno, al fin y al cabo, la condición tuvo su sentido (?). De todas maneras, es una "advertencia" que se suele escuchar; aunque aquella haya sucedido décadas atrás; hoy parecería tener aún mayor popularidad. Genera rechazo en uno que acostumbra a devolver aquello que fue prestado. "te lo presto pero me lo devolvés, eh". Y sí, más vale, reacciona uno al igual que el autor del post.

Saludos.

pd: Observar precios de años atrás (sin llegar a los diez) es perjudicial para la salud.

1+

Guillermo Moreno hablaría de sustitución (en vez de port salut comés queso de soja) y Spencer Johnson, autor de aquel increíblemente best seller, diría "Ve en busca del Queso Nuevo". Ambas declaraciones encajarían a la perfección en la conclusión a la llegás en la primera parte de la entrada.
No sería descabellado, si hubiera sindicatos representativos, tratar de imponer el índice- queso en paritarias... Después de todo, alguna vez firmé un contrato de alquiler que incluía una cláusula de ajuste según el precio final del litro de leche (sic) que nunca llegó a aplicarse porque, a la hora de negociar, la locadora y yo acordamos de buena leche.
Abrazo.

migueldao57

Sí, en el 2000 comprabas más queso, pero los señaladores eran mucho más caros que ahora.

Cinzcéu

SirThomas:
Observar precios siempre es perjudicial para la salud; de diez años atrás o de diez días... es perjudicial.
La "advertencia" es atendible y jamás concebí la no devolución, sólo que perdí todo contacto con la "prestadora" y a casi 30 años entiendo que el contrato (y mi múltiple mudanza del libraco) caducó.
Saludos.

1+:
El índice- queso no sería descabellado en un país de fuerte producción lechera y de sus derivados... si hubiera sindicatos representativos, claro.
El contrato de alquiler (¿de un departamento o de un tambo?) ajustable según precio final de la leche no sólo era totalmente ilegal sino claramente absurdo.
Los oasis de buena leche constituyen todo espacio de sana vida social.
Abrazo.

Miguel:
En 2000 podía comprar más queso y los señaladores eran gratuitos, como hoy. Ahora, si consideramos señalador a un ticket de supermercado (ése era el caso), los señaladores eran más baratos, sin lugar a duda. Casi todos los números globales dicen que no estamos mejor que en los '90 kirchneristas (perdón, menemistas) sino más o menos igual... o peor respecto del queso.
Saludos.

migueldao57

Yo no acepto marcadores de ésos que regalan, es cuestión de gustos. De ahí venía el chiste, que ahora ya no tiene gracia.
Pero más allá del queso, que me parece divertido, respecto a los índices globales que mencionás, y sin intentar polemizar con vos ya que en el terreno político me parece infructuoso, no puedo dejar de señalarte -nótese la poca coherencia que guardo, ya que lo hago gratuitamente- que te salteás los costos que hubo que pagar por la década menemista y el desastroso interregno aliancista. Si hoy estamos más o menos igual que en los '90, es un verdadero milagro kirchnerista. No sólo se logró esa recuperación, sino que además se lo hizo -en medio de una crisis mundial- en base a una economía sólida, y no a la ilusión que se vivió con el uno a uno.
Abrazo

Cinzcéu

Miguel:
Decías que "sí, en el 2000 comprabas más queso, pero los señaladores eran mucho más caros que ahora". Repliqué respecto de señaladores gratuitos y me respondés que no aceptás "ésos que regalan". Yo no tengo señaladores regalados. Todos son subproducto de una compra y parte de una acción de marketing; otros son tickets de compra (el ejemplo dado) o boletos de tren y bondi (otra compra). Si te cagué el chiste, perdón.
Creo que no he mencionado índices globales (ya lo han hecho decenas o cientos) sino la casi íntima relación entre mi ingreso y un queso, el port salut.
Coincido con vos en que polemizar conmigo, vos y yo, en el terreno político es absolutamente infructuoso. Y lo digo desde el afecto: te estimo buen tipo... y me esfuerzo, cada vez, para no condenarte definitivamente por kirchnerista.
¡Ah, la década menemista! (al fin de la cual el mismo queso estaba a 6 ó 7 pesos/ dólares y hoy está a 45 pesos/ 11 ó 12 dólares). La década menemista, durante la cual los Kirchner fueron gobierno y los cuadros kirchneristas fueron cuadros menemistas, no tuvo mi apoyo político. El milagro kirchnerista consiste (vos lo decís) en estar igual que hace una o dos décadas, tras casi una década de gobierno. La herencia ha sido tan pesada que tras 7 u 8 años de gobierno es un mérito estar igual que en el peor momento de la era neoliberal.
Miguel, sos un tipo inteligente, no me obligues al exabrubto...
Yo tampoco acepto "marcadores de ésos que regalan". Por eso me patean el hígado casi todas las medidas kirchneristas: subsidios a grandes pulpos empresarios, jubilación sin aportes... a cargo del haber de los giles que aportaron, asignación por hijo... que no es universal (y ennegrece el trabajo en negro que fomenta y aplica el propio Estado Nacional; debo y me debo una entrada al respecto), cooperativas inexistentes que disfrazan subsidios clientelares de puestos de laburo municipales, etc.
El kirchnerismo (ex menemista, cuando no aliancista) ha debido pagar iguales costos que Menem pagó del alfonsinismo y Alfonsín de la dictadura militar. También la dictadura del peronismo (Martínez, López Rega, Rodrigo y Luder no eran milicos, pero eran peronistas) y el peronismo de los 70 de Lanusse, Onganía y Aramburu, etc. ¿Hasta qué fecha remontar las deudas a pagar?, ¿1976, 1966, 1955, 1943, 1930, 1860, 1853, 1810, 1776? ¿o bien 1580?
El milagro y la recuperación que decís consiste en que (dos datos de hoy) una cajera de una muy exitosa cadena comercial percibe $1200 por 36 horas semanales de manejar una caja de este grupo; y una graduada universitaria bilingüe con varios años de experiencia laboral específica en Argentina y en Brasil y un título en idioma portugués es rechazada por no tener acento brasileño (???) para un puesto de... ¡$1700!
Milagrosa recuperación, estamos recontra- joya., viva el club de la buena onda y si alguien puede dar algún dato que no sea la repetición clásica y permanente de la mentira kirchnerista, bienvenido, por ahí me convence de algo. Difícil pero quién sabe.
Saludos.

migueldao57

No entrar en polémica debería significar exactamente eso. Porque una vez que se empieza... Además, ambos coincidimos en la infructuosidad y nos tenemos estima virtual, así que será mi última intervención al respecto, no intentando condicionar con esto tu réplica, aclaro.
El argumento de la continuidad de nombres en distintos procesos históricos no habilita la indiferenciación de las políticas llevadas a cabo en cada uno de ellos. Esa línea de razonamiento termina en el "que se vayan todos" que la clase media voceaba histéricamente al ritmo de las cacerolas, en el 2001.
El menemismo significó el remate del país. No veo que esté pasando eso ahora. La alianza significó incapacidad absoluta de gestionar. No veo que esté pasando eso ahora. Las herencias pesadas que proclamaba el neoliberalismo eran pura retórica. Cada gobierno apuntaba a profundizar lo que venía del anterior, por más que se quejara. Con la tímida excepción de Alfonsín, que bajó los brazos muy pronto. La herencia real aparece cuando se pretende empezar a revertir la orientación (nótese la prudencia con la que me expreso), aplicando recetas distintas.
Y si vamos a hablar de mentiras, con solo recordar que pensaban un tiempo atrás los adalides actuales del 82% móvil, respecto de la vuelta del sistema jubilatorio al Estado, por citar un solo ejemplo, podemos darnos cuenta de quien es más obsceno mintiendo.
Obscenidad que repiten diariamente, ya que hoy mismo puede vérselos defendiendo a los pobres usuarios de Fibertel, cuando en realidad actúan como meros voceros de los intereses de Clarín.
Vos no te tragás la mentira kirchnerista, a mí me resulta más indigerible la de la oposición en conjunto y sin excepciones. Así que si alguien me muestra una alternativa válida, bienvenido, por ahí me convence de algo. Difícil pero quien sabe.
Saludos

Cinzcéu

No entrar en polémica es difícil pero no creerás que, acá, te cederé el cierre. Lo único bueno de esta polémica es que no nos hemos insultado ni descalificado (sea por oficialista, sea por opositor) y eso único... ya está bien.
"El argumento de la continuidad de nombres en distintos procesos históricos no habilita la indiferenciación de las políticas llevadas a cabo en cada uno de ellos". Totalmente de acuerdo en relación a "la continuidad de nombres" y radicalmente en disidencia respecto de "distintos procesos históricos". Para mí y para muchos (algunos, cuadros políticos, investigadores, especialistas y otros mera ciudadanía incalificada) la continuidad de nombres es, fundamentalmente, señal de continuidad del mismo proceso histórico... y no justamente a causa de los nombres.
Por otra parte, "el argumento de la continuidad de nombres" es caballito de batalla (privilegiado y uno de los pocos) del oficialismo. La Bullrich y Morales (y esto creo ya haberlo dicho), a quienes no apoyo ni defiendo, son los mismos que avalaron el 13% de reducción de salarios y jubilaciones pero Timerman ya no sería el mismo que dirigía un panfleto masserista en 1976 ni Aníbal Fernández quien fuera ministro del "asesino" (de Kosteki y Santillán) Duhalde.
¿Cómo sería la cosa? La Bullrich (y no hay duda) fue cómplice de la reducción de salarios y jubilaciones. ¿Eso la inhabilita, hoy, a impulsar el legítimo 82% móvil? Ok, pongámosle provisoriamente que sí, pero: ¿entonces cómo un abnegado gerentito de la dictadura genocida podría manejar hoy las relaciones internacionales del país?
Hay dos mentiras (hay más): vos creés un poco en una y nada en la otra; yo no creo en ninguna pero juzgo tan evidentemente escandalosa la del oficialismo que priorizo la oposición al gobierno (esta también es muy buena: el gobierno no tiene el poder...) sin ninguna obligación de caer en la estúpida dicotomía de, entonces, apoyar a "la oposición" en conjunto y globalmente.
Por último, felicito tu devolución de mi fórmula de cierre. Yo creí en una alterrnativa que me sigue pareciendo válida a nivel teórico pero muy difícilmente practicable. Eso fue hace muchos años y hoy me pregunto: ¿debo proponer una alternativa de gobierno para oponerme al gobierno?, ¿o bastan unos cuantos argumentos para ejercer mi derecho a la expresión política? Hace 30 años que tengo los huevos llenos de opciones dicotómicas, exclusivas y excluyentes (Kirchner o Macri, ¿en serio?, ¡sáquenla un poquito!); y si miro hacia atrás veo un siglo de más o menos lo mismo.
En definitva, Miguel, yo no creo absolutamente nada de lo que dice el gobierno (todos los gobiernos, pero en éste la mentira es centro estratégico de su política). Y ése es el punto: vos sí creés al menos en parte y respecto de la creencia todo argumento en contra suele reforzarla (lo que digo para vos, obviamente, vale para mí... aunque no crea en casi nada).
Saludos.

PS: Y está habilitada, claro, tu posible respuesta acá, si querés: "así que será mi última intervención al respecto, no intentando condicionar con esto tu réplica, aclaro" es tu confesión de intenciones y no un límite que acá se ponga a ningún intercambio.

migueldao57

Bueno, ya que invitás... Sólo dos apuntecitos de "mientras".
Es muy hábil de tu parte el haber encontrado una supuesta contradicción en lo de la continuidad de nombres. Y es supuesta porque mientras que Bullrich y Morales no demuestren -desde el ejercicio real del poder, asumiendo las consecuencias de lo que proclaman, y no desde la irresponsabilidad de una banca en el Congreso- que reniegan de su pasado, éste seguirá pesando sobre sus cabezas, al menos para mí.
Yo también sigo descreyendo del sistema capitalista, pero mientras no podamos recrear una alternativa viable, meto las patas en la realidad -o sea, me ensucio- y apoyo lo que honestamente creo una puntita de transformación dentro del mismo. No se si es mejor o peor que tu opción. A mí, me resulta inevitable.
Abrazo

Cinzcéu

Ya que respondés al convite, otro amable apuntecito (podría decir que "mientras" es anagrama de "mentiras" pero sería una chicana barata y sobre todo injusta porque realmente creo en la honestidad de tu opinión).
Comprendo e incluso puedo compartir tu argumento acerca de Bullrich y Morales. Pese a que yo no reniegue de mi pasado y no porque sea impecable, claro: renegar no es lo mismo que asumir errores y cobardías (los tuve) o mentiras y traiciones (no considero haberlas tenido). Lo que no comprendo ni comparto es la otra cara de la misma moneda: dije Timerman y Aníbal F., podría haber dicho Scioli... o Kirchner, quien hoy dice que en 2003 fundó un modelo opuesto al que rigió los 90 pero no dice por qué durante los 90 fue parte del modelo que hoy refiere como causa de todos los males. Podrá decirse que lo reniega en los hechos pero ya he dicho que, en los hechos, lo que veo es continuidad del mismo modelo con algunos parches; la mayoría discursivos y otros de modalidad (ver desamparados vs. subsidiados según Lousteau con quien, en ese punto, coincido en parte, pues sigue habiendo muchos pobres desamparados).
De "mientras", un detalle: Bullrich y Morales están en el poder porque esta lamentable repúbliqueta articula tres poderes; ser diputado o senador no implica menor responsabilidad que ser ministro de la Corte o secretario de Estado. Ejercer cualesquiera de esos cargos de modo irresponsable (ver, por ejemplo, al canciller Timerman armar escenas de twitt-show con un periodista o cualquier boludo que se cruce) es otro tema, pero "el poder" se halla constitucionalmente partido en tres.
Y por último, el capitalismo y las patas sucias (y ojo que no dije "los patasucias" que constituiría una sustantivada adjetivación discriminatoria). Yo, Miguel, meto las patas pero no me ensucio: no allí. Entiendo cabalmente lo que decís y confío (ya lo dije) en que creés honestamente pero meto las patas y no me ensucio allí.
No sé si es mejor o peor que tu opción. A mí (también), me resulta inevitable.
Abrazo.

Anónimo

Cinzcéu:
Después de tanto tiempo, leo tu blog. Me diste la dirección hace como dos años pero no soy afín, qué le va a hacer. Ahora que mi esposa tiene un blog y aprendí a entrar a eso probé entrar el tuyo y aquí estoy, escribiendo semipúblicamente cosas que aunque no sean nada me ponen nervioso, me dan vergüenza, no sé para qué las escribo pero lo hago, tipo como cuando uno es paciente en una terapia grupal y se anima a hablar movido por vaya a saber qué impulsos inconcientes. Eso! El inconciente! Ese es mi tema , te acordás que soy psicoanalista, bueno al menos a vos te consta que lo soy por lo que te cuento aunque en el fondo desconfíes de lo fundado y real de mis afirmaciones.
Movido por impulsos inconcientes, intento comentar algo sobre el queso, algo sobre Silvia y algo sobre libros. O sea lo jugoso y hedonista de esta historia que dejará de lado a todos los políticos y funcionarios que se enhebraron vos y los amigos comentadores. Todo eso me hace acordar al odioso e infaltable momento en que antes del partido o en el entretiempo, en la tribuna, comienzan a cambiar figuritas gloriosas de ayer y de atiayer los memoriosos de siempre e inevitablemente nos terminan conduciendo a todos lo que los oímos a la puta melancolía de que ayer fuimos una grande de verdad y hoy misereamos en primera como la Rubia Mireya. Siempre faltan cinco pal queso! Qué falta de alegrías!
Por eso voy al tema Silvia, ¿Qué fue de esa historia no contada con esta dama literaria que fumaba tomando café con ojos húmedos y concentrados en lo que vos decías? ¿Qué ofrecía esta dulce María del tango de Homero con su préstamo eterno y tan abierto? ¿Cómo masticar la pena de no tenerla ya entre mis manos? ¿Qué tan rico estaba ese quesito con un buen vino del mejor? El libro, con su título sólo invita a usarlo pal fueguito del asado, pero habrá que ver si no será un puente para un viejo sueño, una acercamiento a París, una insólita usina de ilusión (yo compro todos los lácteos en una quesería que se llama "El puente" y no se atodefine com quesería sino como "Usina láctea").
Entonces propongo eso, de noche (siempre de noche) tomarse un vino, con un quesito piola, viendo el partido sin volumen y escuchando a Bill Evans, escribir una carta a París con la consigna secreta irrevelable (la teoría literaria de la punta del iceberg) de que "te devuelvo el libro si logro morder ese quesito". Y recuperar una ilusión. Si cada domingo yo te vuelvo a ver, yo soy desde pendejo hincha de ....
Hecho este comentario onda mail largo te mando un abrazo grande y te veo mañana en el laburo para hablar claramente sobre este campeonato y el futuro negro de la humanidad. Salute
AM

Cinzcéu

AM:
Quien tarda largos dos muy años en leer y recién lo hace cuando su esposa tiene un blog... Desconfío de lo fundado y real de todas las afirmaciones. De hecho creo que lo real no es afirmable, decible, simbolizable, y así estamos.
Celebro que no te sumes al intercambio de figuritas gloriosas del ayer ni de troncos que habrían signado el presente. Lanata y Caparrós acaban de intentar decir algo así y los crucificaron mal. Faltan cinco pal queso, cinco pal tiempo y cinco pal libro también. La falta es constante, ya se sabe. Y las alegrías, pocas, también se sabe.
La historia no contada con esa dama, Silvia, está contada en toda su breve extensión. Fumaba, pero no la recuerdo tomando café y muchísimo menos "con ojos húmedos y concentrados" en lo que yo decía. Su préstamo no era eterno ni abierto sino acotado y cerrado: "¡Me lo devolvés!, ¿ok?". "Masticar la pena de no tenerla ya entre mis manos" (jamás me pasó por la cabeza y/o el corazón ni la pena ni la cosa de las manos) o "¿Qué tan rico estaba ese quesito con un buen vino del mejor?", son expresiones que nada tienen que ver conmigo y Silvia, una de las muchas mujeres cuyos ojos y quesitos (???) jamás deseé tener entre mis manos.
Sólo que hace tres décadas prometí devolverle ese puto libro que me encomendó y nunca pude.
Ni el libro ni otra cosa resultan un acercamiento a París, de donde estoy y estaré geográficamente lejos el resto de mi vida; y también pasionalmente, para reconocer tus senderos. Yo compro los lácteos en "Coto" que es un espacio circunscripto o en "Día" que circunscribe el ahora.
Recuperar alguna ilusión es muy difícil. De noche (siempre de noche), cada domingo yo te vuelvo a ver... pero cada domingo uno ve cosas distintas. Yo soy desde pendejo... un tipo que maduró lo suficiente para malaprender a ver un mundo francamente triste y horrible.
Este campeonato está claramente perdido y el futuro negro de la humanidad es, casi, un hecho.
Un abrazo optimista, jajaja.

Anónimo

In plus to" perplexing" thе annοyancе sіgnals received by the mentalіty tο modifiсаtion how it pегceives
the ace.

Mу blog Aurawavereview.Com

Cinzcéu

La tarde del 29/08/12, finalmente, devolví en mano aquel viejo libro en un bar céntrico de Buenos Aires a su única y legítima dueña. Fueron arduas investigaciones vía web hasta dar con una dirección de mail, proponer una entrega en París por un tercero y, luego, hacer una cita cara a cara en la ciudad de origen.
Algo pendiente resuelto tras casi 30 años: quizás nos haga falta empeño de la palabra, constancia y sobre todo paciencia. Así, en 300 años podríamos ser felices y/o vivir un poco en paz.