Yo vengo a ofrecer mi corazón
En las últimas 12 horas mi teléfono me informó que me convertí en la feliz ganadora de la adjudicación de un Volkswagen Gol 0 Km y de la instalación de un servicio de alarma y atención del hogar totalmente gratuito ofrecido por Telefónica en complicidad con vaya a saber una qué empresa. Por supuesto que el VW debía comprarlo y lo gratuito es la colocación de la alarma en comodato, las cuotas mensuales y un plus por gastos "administrativos" no son parte del premio, abuso de mi parte esperar tanto.
Volkswagen lo hace simple, una grabación dispara un "¡¡¡Felicitacionessss!!! es ud. ganador ..." y repite el mensaje casi deletreando (denumerando) el número al cual yo debería llamar para enterarme de la módica suma por la cual seré poseedora del Gol cuya adjudicación me gané. Telefónica en cambio apela al contacto humano directo y "buenas tardes, la llamo de Telefónica de Argentina, mi nombre es ... ¿con quién tengo el gusto de hablar?" es el preámbulo aprendido y repetido sin respirar por algunos cientos de empleados que aseguran que mi nombre fue seleccionado entre miles, aunque me resulta un tanto sospechoso que también hayan seleccionado el de mi hermano y un par de amigos. Y más sospechoso aún que eligieran mi nombre de una guía en la cual no figura ¿será algo personal?.
Hay que ser muy tonto para no comprar el pack de 6 paquetes de galletitas en el cual me informan que tendré "uno gratis", o el detergente que me regala 200 cc, ni hablar del set de cucharitas que viene con una linterna de regalo, o las revistas que traen una repisa para armar y completaré comprando sólo una docena. Tanto como no llamar en los próximos 15 minutos de cualquier momento en el cual esté al aire la publicidad de la aspiradora que si me apuro me regalará un cable para enchufarla en la moto. O comprar la cantidad necesaria de yogures o gaseosas que me permitan acceder a un plato o vaso con el logo del producto. Debemos admitir que los consumidores somos niños mimados.
Sacar la cuenta para descubrir que 6 paquetes de las mismas galletitas cuestan menos que el pack, que la docena de revistas es más cara que un placard de algarrobo, que el detergente de 500 cc que me regala 200 cc cuesta lo mismo que aquel de la misma marca de 700 cc, y el vaso con el logo más caro que una docena de vasos comunes, ya es mala fe de mi parte.
Asumo que soy una persona desconfiada desde muy chica, ya desde aquella época en la cual preguntaba qué ganaba Papá Noel, y no creo en premios, regalos ni ofertas. Pero también debo asumir que debe funcionar, ya que cada día es mayor la oferta en ese sentido.
Supongo que es difícil sustraerse de la seducción del "me gané...", si termino pagando por algo que no tenía interés en comprar es un detalle, lo importante es no desperdiciar el premio. Tampoco es importante que sólo quisiera un paquete de galletitas, no se puede perder el que gentilmente me ofrecen gratis.
La otra cara es el premio posible, una gaseosa puede significarme una cámara digital, una lata de tomates puede esconder un teléfono celular y en un kilo de yerba pueden estar mis vacaciones en Brasil o México (¿por qué será que nunca en Cuba?).
Quizás deba cambiar mi forma de pensar y ser más perceptiva a los beneficios inmensurables que el mercado pone a mi alcance, de hecho debería apurarme para adquirir uno de los 10 primeros paraguas con molotov de regalo que ofrece Antes de la lluvia S.A.
Volkswagen lo hace simple, una grabación dispara un "¡¡¡Felicitacionessss!!! es ud. ganador ..." y repite el mensaje casi deletreando (denumerando) el número al cual yo debería llamar para enterarme de la módica suma por la cual seré poseedora del Gol cuya adjudicación me gané. Telefónica en cambio apela al contacto humano directo y "buenas tardes, la llamo de Telefónica de Argentina, mi nombre es ... ¿con quién tengo el gusto de hablar?" es el preámbulo aprendido y repetido sin respirar por algunos cientos de empleados que aseguran que mi nombre fue seleccionado entre miles, aunque me resulta un tanto sospechoso que también hayan seleccionado el de mi hermano y un par de amigos. Y más sospechoso aún que eligieran mi nombre de una guía en la cual no figura ¿será algo personal?.
Hay que ser muy tonto para no comprar el pack de 6 paquetes de galletitas en el cual me informan que tendré "uno gratis", o el detergente que me regala 200 cc, ni hablar del set de cucharitas que viene con una linterna de regalo, o las revistas que traen una repisa para armar y completaré comprando sólo una docena. Tanto como no llamar en los próximos 15 minutos de cualquier momento en el cual esté al aire la publicidad de la aspiradora que si me apuro me regalará un cable para enchufarla en la moto. O comprar la cantidad necesaria de yogures o gaseosas que me permitan acceder a un plato o vaso con el logo del producto. Debemos admitir que los consumidores somos niños mimados.
Sacar la cuenta para descubrir que 6 paquetes de las mismas galletitas cuestan menos que el pack, que la docena de revistas es más cara que un placard de algarrobo, que el detergente de 500 cc que me regala 200 cc cuesta lo mismo que aquel de la misma marca de 700 cc, y el vaso con el logo más caro que una docena de vasos comunes, ya es mala fe de mi parte.
Asumo que soy una persona desconfiada desde muy chica, ya desde aquella época en la cual preguntaba qué ganaba Papá Noel, y no creo en premios, regalos ni ofertas. Pero también debo asumir que debe funcionar, ya que cada día es mayor la oferta en ese sentido.
Supongo que es difícil sustraerse de la seducción del "me gané...", si termino pagando por algo que no tenía interés en comprar es un detalle, lo importante es no desperdiciar el premio. Tampoco es importante que sólo quisiera un paquete de galletitas, no se puede perder el que gentilmente me ofrecen gratis.
La otra cara es el premio posible, una gaseosa puede significarme una cámara digital, una lata de tomates puede esconder un teléfono celular y en un kilo de yerba pueden estar mis vacaciones en Brasil o México (¿por qué será que nunca en Cuba?).
Quizás deba cambiar mi forma de pensar y ser más perceptiva a los beneficios inmensurables que el mercado pone a mi alcance, de hecho debería apurarme para adquirir uno de los 10 primeros paraguas con molotov de regalo que ofrece Antes de la lluvia S.A.
6 comentarios:
Hace unos años tenía un compañero de trabajo; argentino por más señas que se quejaba amargamente de las boludeces que ofrecían las grandes superficies comerciales tal y como las describes en este post, diciendo con razón que las cosas realmente necesarias (pan, leche, azúcar, etc.) nunca se ofertaban con el consabido compre 3 y pague 2. Y sí; nos engañan como a niños...
Un beso.
7/12/06 7:35 PM
Me pregunto en qué medida el mecanismo, por decirlo de alguna manera, que estas técnicas de venta ponen en marcha es similar al que se puede observar en las personas que padecen el síndrome de Diógenes.
Un saludo.
7/12/06 8:06 PM
"Cada día es mayor la oferta en ese sentido". Hace más de una década alguien que trabajaba en el rubro (ya entonces yo no) me decía que esto de las "promociones" recién empezaba y era el futuro de la publicidad por muchos años. No lo creí como no creo nunca nada y así es que me va.
Pero los 5 primeros que refieran a este post se harán acreedores de un Fiat 600 por el módico precio de 24 cuotas de 100 euros (a cómo dé lugar y en el estado en que esté, la casa no garantiza que ande, el flete corre por su cuenta, no hay reclamo de ninguna índole, me amparo en la 2da Enmienda y en la Virgen María y además tengo un abogado de la hostia y una troupe de matones, ¡ojo!).
"Pero también debo asumir que debe funcionar"... etc. Y, sí, lamentablemente sí.
Un beso.
8/12/06 6:06 AM
Tratar que no nos engañen en las compras que hacemos requiere cada vez un mayor entrenamiento en cálculos . Muchas veces conviene comprar 3 paquetes de 250 gr, que el de 750 gr.
Cada vez que compro algunas de las ofertas con regalo extras miro el resto de los changos, el 90 % de las mujeres tambien lo hicieron....si,si, ya se, mal de muchos, consuelo de tontos
9/12/06 1:05 AM
Libro virtual Seductiva Mente. La seducción es un juego de la mente.
Así que juega con tu mente... y con la de los demás.
Puedes bajarlo en
http://perso.wanadoo.es/ddragon/seductivamente.zip
Link interesante sobre seducción en
http://www.personal.able.es/cm.perez/estsexo.htm
y lista de correo en
http://es.groups.yahoo.com/group/elartedelaseduccion/
10/12/06 2:16 PM
Vitore: esos productos que mencionás también entran dentro de la competitividad, así que no sé cuál es la lógica de mercado. Y no sé si nos engañan "como a niños", hace poco un alumna de 10 años me dijo "no te compres esas lapiceras relindas que tapan el tubito, no traen nada de tinta". Quizás son más inteligentes.
Emilio: ¿te referís a esa compulsión por juntar y atesorar basura? No sé qué relación habrá, pero en ambos casos la consigna parece ser poseer.
Cinzcéu: te va como te va porque no sabés usar la letra chica, esas cosas no se dicen. Un beso.
Filomena: es verdad, hace un tiempo la idea era que a mayor tamaño menor precio, pero ya no, ahora hay que andar con la calculadora a mano.
Carlos: me sedujo tanto tu comentario que tuve que postear, eso sí que es control mental.
Besos a todos.
11/12/06 2:30 PM
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