lunes, mayo 22, 2006

Who wants to live forever

El pasado 4 de mayo en Valladolid murió Jorge León Escudero, pentapléjico desde hacía años, por desconexión del respirador artificial sin el cual, lógicamente, le resultaba imposible vivir. Podría no tener más trascendencia que la que tenga para sus seres cercanos, aún cuando se haya abierto una investigación policial para averiguar quién lo desconectó, pero este hombre joven (53 años) con plena conciencia y sus facultades mentales intactas pedía desde su blog ayuda para morir.
No conocía su blog, Destilados pentapléjicos, y entré por curiosidad (en él niega ser JL por comprensibles razones). Leí sus palabras del 2 de mayo, sólo 48 hs antes de su muerte, y me sumergí en una mezcla de sensaciones, algo de angustia, algo de tristeza, pero sobre todo un enorme respeto por la dignidad que tenía frente a mis ojos.
No pude evitar relacionarlo con otra noticia escuchada en CNN pocos días antes, padres chilenos de un chiquito de 6 años cuya vida se sostiene artificialmente desde hace más de 4, y sin esperanzas de recuperación, que pidieron legalmente que se desconecten sus máquinas de supervivencia, pedido que les fue negado. CNN, por supuesto, emitió la nota junto a las opiniones de los detractores de la eutanasia por razones "morales y cristianas".
Dejando de lado los valores cristianos, que en todo caso sólo son de competencia de los cristianos y no tienen derecho a ser considerados valores universales, el juicio moral es un tanto controversial.
Legalmente se reconocen tres tipos de "muerte buena", (de "eu", bien y "tanatos", muerte) la eutanasia activa, la pasiva y el suicidio asistido. En todos los casos refieren a enfermos terminales o con discapacidades que impiden una vida sin sufrimiento y son irreversibles. Eutanasia activa es provocar la muerte de esa persona a pedido de ésta, pasiva cuando se quitan o no se permite acceso a los medios artificiales que la mantendrían viva, y suicidio asistido cuando se facilitan los medios por los cuales alguien puede quitarse por sí mismo la vida. Aquí, en Argentina, el suicidio y la eutanasia son ilegales, sin embargo la Ley Nacional 17132/67 de Ejercicio de la Medicina dice en su art.19 que todos los profesionales médicos deberán "respetar la voluntad del paciente en cuanto a la negativa de tratarse o internarse", y eso se parece demasiado a una eutanasia pasiva si esa negativa termina con la muerte del paciente.
Entre sus detractores encontré argumentos tan válidos como el estado de desesperación del paciente, el cual se supone que lo invalidaría para tomar decisiones, la posible evolución de la medicina encontrando curas para lo que hoy no lo tiene y la eutanasia sin pedido ni autorización de quien la recibe. Todos ellos discutibles, el estado de desesperación como consecuencia de no poder librarse de una vida de sufrimiento no puede descartarse como base fundamental para querer salir de ella, la posible evolución de la medicina cuando supone años de dolor que se viven día a día no parece ser un buen calmante y la autorización de quien tiene muerte cerebral no es esperable. Pero uno de los argumentos más difundidos (y organizados) es el de la "muerte digna". Según parece la dignidad supone resignación hasta que el cuerpo, la medicina o algún dios decida, y la función de los demás es tratar de asegurarle al sufriente el mayor bienestar posible, incluyendo enfrentar la idea de su cercana muerte del modo que a esos demás les parece que debe enfrentarla. Decidir encararla por propia voluntad no entra en el concepto de dignidad. Mucho más indigno me parece que Escudero se haya visto obligado a recurrir a un blog para pedir que alguien lo ayude a llevar a cabo la elección de vida (y no vida) que quería. Como él mismo dijo: "Quede en la conciencia de quienes impiden la legalización de la eutanasia la carga de los sufrimientos innecesarios."
Paradójicamente los que más sostienen esta posición son quienes creen en vida después de la muerte, pero unida a cielos e infiernos, y un dios con decisión unilateral sobre nuestras vidas y muertes. Según parece ese libre albedrío que explicaría todo se limita a la decisión de ser o no un buen creyente. ¿No suena un tanto perverso que un accidente que nos deje pentapléjicos sea decisión de dios y buscar la muerte que nos liberaría del sufrimiento sea una ofensa a ese dios? (sí, ya sé, no debemos cuestionar razones que están por encima de nuestro entendimiento...¿para qué nos habrá dado el poder de razonar entonces? sigue sonando perverso pero es otro tema).
Según otros no se puede permitir que alguien tome sobre sí mismo una decisión tan irreversible, aunque sabemos que no podemos meternos ni permitimos que se metan en miles de otras decisiones irreversibles con las que vamos construyendo la vida.
El último post de Escudero tiene cien comentarios (comentarios póstumos), en su mayoría sólo un reverente saludo, pero algunos no pudieron evitar, sin correrse demasiado de la onda general, hacer una crítica basada en el "se rindió". ¿Se rindió ante qué?, ¿ante lo inevitable? No comprendo qué es lo que debería "pelear", ¿la continuidad de una vida que no toleraba? Sin ninguna esperanza de cambio, siendo él el único capaz de saber lo que sentía y tratándose de su vida, no comprendo la soberbia de quienes exigen una continuidad en nombre de una vida que no significa algo deseable. Lo temporalmente cuantitativo en detrimento de lo cualitativo no parece un buen parámetro de vida.
No tengo idea de lo que es vivir en ese límite, tampoco si yo tendría los ovarios necesarios para tomar esa decisión, y mucho menos para ser quien ayude a otro a llevarla a cabo, sólo sé que ambos tienen que tener absoluta certeza de estar haciendo lo correcto porque de otro modo no podrían enfrentarlo.
Y que quienes se consideran con más derecho a decidir sobre vida y muerte de los demás son los mismos que están por hacer llover.

10 comentarios:

Anónimo

¡Que temita!
Respeto la decisión de Escudero aunque no consigo imaginar en mí mismo un grado de dolor y desesperación semejante para optar por mi propia eliminación. Cuesta dejarse ir. No le temo a la muerte sino a ese momento en que tenga que abandonar concientemente todo aquello que tanto amé. Me horroriza pensar que voy a aferrarme como una boa constrictora, tratando de permanecer de este lado de las cosas. Por eso uno desea morirse durmiendo, supongo. Momentos antes de morir, mi padre se despertó después de tres meses de inconciencia en el hospital. Estábamos solos, yo le acariciaba su mano, él abrió los ojos, se incorporó a medias y lúcida y sorpresivamente me preguntó "¿voy a morir, no?". Yo le dije que no, que lo estaba cuidando, que dencansara... El sonrió y siguió durmiendo. Horas después falleció, aunque esa opción no estaba en mis cálculos. La muerte siempre es indigna. Dan ganas de matarla a palos para que aprenda. Lo terrible es la agonía, el dolor innecesario, el capitalismo que no le alcanza con cagarnos la vida y mete sus aparatos médicos-comerciales para prolongar el más indeseable de sus negocios. Quedar en sus manos es lo que más me desquicia. ¡Que temita!

1+

Recuerdo el mediático caso de Terri Schiavo y las airadas protestas de ciertas voces, voces que ahora no he oído levantarse ante el intento de suicidio de los presos en Guantánamo o la muerte de cientos de nigerianos por la explosión de un oleoducto... Rara defensa de la vida la de quien condena con mayor énfasis a la eutanasia o el aborto voluntarios que a la tortura sistemática y el homicidio culposo masivo.

Cinzcéu

Impresionante, tanto este artículo cuanto los de Escudero.
Sólo quiero asociar con una entrevista televisiva de hace años que, perdón, apenas tiene que ver. Luis Majul (ya es un lugar común decir que es un pésimo entrevistador) encaró a Fernando Peña de quien por entonces se decía que siendo portador de HIV no se cuidaba lo necesario. Peña, inteligente, pescó al vuelo una mención al "morir de SIDA" y la trocó por "morir decida" (esto no tiene gracia en un medio escrito...). Majul no comprendía y Peña insistía con "morir decida" que, paradójicamente, hablaba de su "decido vivir".
Ser consecuente con el derecho de cada cual a vivir su vida debería incluir el derecho a no vivirla más, fuere cual fuere esa vida, que no es mía y entonces desconozco. Mis respetos a la enorme dignidad de Escudero.

Pardal (Emílio)

En la civilización romana el suicidio era una muerte honorable y aceptable por la moral social. También en el Japón tradicional era así. Muchos de los hombres que a lo largo de la historia hanelegido una muerte cierta o casi, lo han hecho no sólo en nombre de un ideal, sino también y sobre todo de un sentimiento de respeto hacia sí mismos, de lo que otros llamarían "dignidad". Muchos han dado su vida con un desprendimiento suicida por alcanzar ese estado de autoestima, por no soportar la intolerable humillación de verse menoscabados en su integridad humana. Es verdad que en esos casos, ¡cuantos cientos de miles de fusilados!, esa decisión era heroica y en el caso de los que necesitan asistencia para morir se trata de una súplica en la que el heroismo se le exige a un ser cercano, que por amor o simpatía arriesgue su bienestar y su honorabilidad... En fin el tema da mucho de sí. Saludos.

Marcos Bauzá

Había leído sobre la historia de esta persona y su deseo de morir en muchos blogs.

Creo que ninguna de esas lecturas pueden reflejar del todo el sufrimiento que debió pasar este hombre para llevarlo a pedir públicanmente la culimnación de su vida.

Personalmente creo que tiene todo el derecho a decidir sobre un cuerpo que lo único que hace es proveerle dolor y sufrimiento.
En fin, supongo que ahora puede descansar en paz...

Vitore

Nos tomamos tan en serio todo... Me he acordado de una cita (de no sé quien) que decía: "No sé por qué nos tomamos la vida tan en serio si ninguno salimos vivos de ella".

Y como dice maun; todo el mundo criticando el caso de T. Schiavo y ni nos inmutamos con cualquier criatura que no tiene ¿el derecho? ¿el deber? de seguir viviendo.

Muy buen post. Besos.

Grismar

Querido Mono: creo que nadie que no haya estado en ese lugar puede imaginarlo, razón para no tener derecho a decidir por quienes sí.
1+: no es defensa de la vida, es puro control.
Cinzcéu: recuerdo la cara desesperada de Majulito tratando de entender (cosa que nunca sucede). Debería incluir ese derecho entre otros, y tampoco sucede.
Emilio: ese desprendimiento suicida tiene que ver con el concepto de vida. El fatalismo musulmán que permite atentados suicidas aterra al mundo occidental que prefiere matar a distancia. El lugar de quien asiste a quien pide ayuda para morir (justamente porque su cuerpo no responde) debe ser tanto o más difícil que el de quien decide morir.
Marcos: yo no conocía la historia de Escudero, llegué a ella de casualidad. Es verdad que nada puede expresar del todo ese sufrimiento, pero leerlo a él, su lucidez, su análisis, su crudeza, deja sin argumentos a todos los que se oponen.
Maun: créase o no, si tratás de suicidarte más te vale que te salga bien, sino tenés que enfrentar cargos penales. En algunos casos es negocio, en algunos control, en otros puro egoísmo, a veces un amor egoísta que prefiere que el otro esté aunque sufra, porque nosotros lo queremos vivo.
Besos a todos.

Grismar

Vitore: no te había visto (estábamos escribiendo en el mismo momento, parece). Vos me hiciste acordar, andá a saber por qué, de palabras de la sabia Mafalda: "lo malo de la escuela de la vida es que la fiesta de graduación siempre es un funeral".
Ni nos inmutamos por quienes mueren o viven vidas miserables por unos cuantos que deciden que así será. Hace unos días veía en un documental el esfuerzo hecho por un grupo de médicos por salvarle la vida a un condenado a muerte en EEUU que había sufrido un infarto. Lo salvaron, para matarlo al día siguiente...
Besos

Anónimo

Vi una película sobre la eutanasia con Meryl Streep que está enferma de cancer y pensaba que cuando están en coma o vida vegetativa es una cosa porque es como que ya se murieron pero los cuerpos no, pero cuando están así, relúcidos, que te quieren, hablan, es mucho más jodido para el que los ayuda.

Grismar

as: vi esa película. Es verdad que debe ser mucho más difícil lo que en sí parece imposible, pero tiene una "ventaja", estás cumpliendo lo que te pide, algo que decide concientemente, no tomando una decisión vital por otro. Un beso.