lunes, mayo 29, 2006

Living on the edge

El nuevo terremoto en Indonesia no es primera plana. Pasaron sólo 24 hs. y, aunque aún hay más de mil personas atrapadas bajo los escombros, para los medios, al menos los locales, no parece ser noticia de interés.
Indonesia sufrió en apenas un año y medio un tsunami, dos terremotos y tres erupciones volcánicas. En total más de 200 mil víctimas, y más afectados que la mitad de la población argentina, toda la chilena o seis veces la uruguaya.
Qué significa vivir entre la destrucción, la supervivencia, el dolor y el miedo es algo que me supera. Imagino que yo simplemente no me quedaría a vivir en esa zona volcánica y geológicamente tan inestable, pero nada más fácil de decir desde la comodidad de mi casa en la cual no puedo siquiera acercarme a comprender las razones socioculturales, económicas y afectivas de cada uno de los indonesios.
El sultanato de Yogyacarta, un centro cultural y universitario del que poco se habla en occidente, con una enorme densidad de población (más de mil habitantes por km2), es una de las zonas más afectadas. Su gobierno pidió diez millones de dólares para enfrentar la atención y recuperación de las víctimas. La ayuda llegó casi de inmediato desde diferentes puntos de Asia y Europa. Hasta ese peligro mundial que es hoy Irán envió su apoyo.
EEUU, nuestro guardián y salvador, el que debe controlar qué armas pueden tener los demás y dónde deben invadir para que estemos todos más seguros, hasta este momento no acusó recibo de la tragedia indonesa. Sabemos que hay que darle tiempo, si tardó tres días en darse cuenta que las víctimas de Katrina eran de su propia tierra, qué esperar de unos seres extraños que viven allá lejos.
En 2001 la administración Bush incrementó el presupuesto para seguridad en casi un 40% (sólo una parte blanqueada, el resto en caja chica). El presupuesto 2007, que cierra en octubre de 2006, vuelve a aumentarlo en un 6,9% (todos sabemos lo que cuesta pinchar teléfonos), llevándolo a 439.300 millones de dólares. Un anticuado misil Tomahawk cuesta dos millones de dólares, un mes de ocupación yanqui en Irak entre dos y cuatro millones. Yogyacarta pidió diez, de los cuales cuatro ya fueron enviados por sus vecinos árabes y un par más por la CE. Miles de personas tendrían un poco de alivio y una vida con un mínimo de dignidad que le permita superar lo insuperable por el costo de un par de viejos misiles.
No es una comparación políticamente válida, pero a veces la lectura política me resulta complicada, sobre todo cuando sé que miles están en este momento sufriendo lo indecible y rogando en silencio que no se largue a llover.

10 comentarios:

Gaby

Y si, grismar, cuando los damnificados son la población que menos interesa en un país como EEUU o las de un país como Indonesia, para qué preocuparse, ocuparse o simplemente, detenerse en el tema? NO es negocio, ya se sabe, hacer algo por los más pobres y los menos poderosos.Y mucho menos, si quien podría hacerse cargo es ese país tan "querido" que tiene a Bush en la cabeza.

Vitore

Y es que encima; por desgracia; ya nada es portada durante dos días seguidos. A mi es que me hablan de lo que cuesta el gasto militar de cualquier país (no digamos EEUU) y me desquicio por la idiotez de la raza humana. Besos.

Pardal (Emílio)

El gasto en armamentos tuvo un retroceso pequeño durante los años posteriores al final de la guerra fría , pero repuntó al poco tiempo, sólo que en esta ocasión la parte de ese aumento correspondiente a EE.UU. es mucho mayor que la del resto de los países. Hubo una concentración de los grandes fabricantes americanos. Se tragaron a los grupos más pequeños y hoy son monopolios con la suficiente musculatura como para dominar el mercado mundial sin que nadie pueda medirse con ellos. Así, abastecen a todos los países del mundo con las armas más modernas a cambio de grandes cantidades de dinero.

Anónimo

Al parecer, los desastres naturales son cada vez más calamidades políticas o sociales. Y, quizás, el repunte del militarismo sea la peor de esas catástrofes.

Cinzcéu

El otro día encontré (no sé dónde) unas curvas demográficas de países europeos durante el siglo XX. Como soy jodido y obtuso, sólo pude leer una cosa: las guerras mundiales (más la 2da) fueron medios de freno al crecimiento exponencial de la población. Si la humanidad es capaz de eso, bien puede no ser noticiable la muerte de miles de indonesios ni ameritar ayuda económica otros miles de desesperados: al fin de cuentas, viven lejos y son raros...

1+

La administración Bush está analizando si ayudar a un pueblo musulmán no perjudicaría su "cruzada"...
En cuanto a la cobertura de los medios: faltan 10 días para el Mundial, hay demasiados compromisos comerciales tomados con anticipación y no queda espacio para estos imprevistos.

Grismar

Gaby: y no, no es negocio. En el caso de Nueva Orleans no fue siquiera negocio político (lo que demuestra la estupidez) y les valió la pérdida de unos cuantos puntos, pero ni eso parece importar demasiado.
Vitore: cuando escucho hablar de los gastos en la reconstrucción de Irak como un gesto humanitario por los mismos que lo destruyeron (obviamente no pueden reconstruir a los miles de muertos) me pregunto si todos escucharán lo mismo que yo.
Emilio: me hiciste recordar, no por el monopolio sino la otra cara de esa misma moneda, una muy interesante película del 98, con Kevin Pollack: "Deterrence" (traducida aquí como "Minutos extremos"). No sé si la habrás visto, pero a mí me provocó un cierto nerviosismo.
Mono: la relación entre desastre natural y mortandad suele ser directamente proporcional al nivel económicosocial de las víctimas. Y aún tengo serias dudas respecto a la naturalidad de esos desastres naturales.
Cinzcéu: los desastres naturales también parecen ser un freno muy localizado al crecimiento exponencial de la población. Jodidos y obtusos somos varios.
1+: si te soy sincera, sólo leer "la administración Bush está analizando" me pone nerviosa.
Maun: la información, como siempre, es sesgada y parcial, leí respecto a los envíos médicos, no en ese número, y muchos enviados por la Cruz Roja Internacional, no EEUU, pero no sería rara la reacción pasados tres días (aún cuando tenían tropas e insumos lo suficientemente cerca como para haber estado allí en menos de 24 hs). No leí en ningún lado que el ánimo de la población indonesa hubiese cambiado, me resulta un poco extraño que alguien se haya puesto a hacer una estadística al respecto en medio de la destrucción y el dolor, y que los indonesios de repente apoyen a EEUU contra el terrorismo musulmán porque varios días después de un sismo (¿habrá sido un ataque terrorista?) mandasen ayuda (después, justamente, de la que llegó de inmediato desde pueblos musulmanes). A mí no me sorprende que el pueblo indonesio haya cambiado de esa manera, lo que me sorprende es que alguien crea que cambió (pero no tanto que usen hasta el dolor más profundo para hacer campaña política).
besos a todos

Marcos Bauzá

Grismar, la verdad que tanta devastación deja mudo a más de uno.

Este post y todos sus comentarios son muy interesantes, la verdad no sabría que aportar al debate más de lo que se dijo.

Creo que la información más relevante llega retaceada a la gente y creo que el poder político y los empresarios dueños de los multimedios tienen gran responsabilidad en ello, por eso son necesarios este tipo de posteos que actúan como despertadores de la gente que sólo espera el mundial y ver pasar la vida sin preguntarse siquiera cual es su sentido.

Hablando de cosas importantes: ¿Alguien ha visto que se hable en los medios locales sobre la revolución educativa que se está dando en Chile?

Poco, muy retaceado.
Se ve que hay información que no merece llegar a la población general.

Pardal (Emílio)

Yo he leído que la policía ha reprimido duramente a los estudiantes de secundaria, aunque creo que el ministro del interior ha mostrado un cierto "arrepentimiento" por la misma.

Grismar

Marcos: respecto a lo que mencionás de Chile, en los medios locales se vio lo mismo que dice Emilio, la represión policial salvaje (no podía ser de otro modo) y el "arrepentimiento" del gobierno ("investigaremos hasta las últimas consecuencias", "los responsables serán enjuiciados" etc.). La base del reclamo queda bastante perdida, aunque ya lograron algunos cambios y la promesa de analizar los restantes (promesas comunes).