jueves, agosto 23, 2007

Fantasmas eran los de antes

En Cinecanal han estado dando White Noise (Voces del más allá, 2005), un film nada trascendente (en rigor es malo) basado en una atenta producción, un alto presupuesto y la solvencia actoral de Michael Keaton. La cosa es más o menos así: Anna y Jonathan Rivers son un matrimonio feliz hasta que ella desaparece y al cabo reaparece muerta tras un aparente accidente. Poco después el viudo se engancha en la captación de señales que la mina le manda desde el otro mundo exhortándolo a que vaya de acá para allá y arriesgue su propia vida en el salvamento de desconocidos. Y el tipo va. Finalmente unos fantasmas horrendos toman venganza contra él por hacer caso a su esposa muerta e interferir sus planes perversos.
Es difícil no asociar con Ghost (La sombra del amor, 1990). En ambos filmes, variaciones de unos viejos temas: el finado que no puede irse del todo, el alma en pena que clama justicia, el espíritu que no ceja en sus afanes de comunicar. Nada de muertos vivos que regresan como zombis de cuerpos mutilados o podridos sino típicos fantasmas que tienen unas tareas pendientes y regresan para hacerlas. En Ghost, Sam Wheat fue asesinado y persigue a su joven viuda, Molly, con prevenciones, advertencias y tardías declaraciones de amor. Como buen muerto, Sam carece de medios para los trabajos de la comunicación y debe recurrir a la anatomía de Oda Mae Brown, una medium entre las ánimas y sus deudos. Finalmente unos fantasmas horrendos hacen justicia con el criminal quien, para colmo, andaba cual lobo en celo detrás de Molly.
Sam, triunfante, se despide de su amada viuda y se retira en paz, bañado en luz, a disfrutar de toda la eternidad. Jonathan, ¿triunfante?, queda despatarrado y tieso en el fondo de una barraca, toma la posta de su insufrible esposa y promete romper las paciencias de quienes siguen vivos. No aprendió nada.
En Ghost el muerto deviene muerto definitivo y la sobreviviente sobrevive libre del acoso del mal: triunfo del amor y premio eterno. En White Noise la muerta sigue muertísima, el sobreviviente muere en pos de una justicia estéril y termina pidiendo perdón, desde el más allá y vía radio de FM, a su hijo huérfano de madre... y padre: culpa, disculpa y derrota en toda la línea.

Pero más allá de estos finales, otra diferencia. Anna no precisa servirse del cuerpo de ningún medium; basta que Jonathan se provea de unos sencillos equipos informáticos para que ella se le aparezca en pantallas y parlantes con sus "my love" y sus "go now!". No sólo ella: también otros espíritus fallecidos o por fallecer. Eso sí, con pésima calidad de imagen y sonido porque no es fácil producir buenos audiovisuales una vez que se ha muerto.
White Noise incluye separadores que semejan la imagen difusa que muestra el monitor de Jonathan y cualquier otro televisor que no capte o capte mal la señal emitida. A veces, unas figuras reverberan en sus equipos y Jonathan las graba, colecciona y reproduce en VHS. Esos registros respetan encuadres típicos del discurso audiovisual: el espíritu de Anna en plano pecho, los fantasmas malos en plano conjunto, unas letras de molde en plano detalle. Incluso coinciden con las que veremos en pantalla: la mujer que suplica por su bebé desde el interior del auto accidentado, el fragmento de cartel que indica el sitio del último salvataje, aparecen en los planos del filme tal como los habíamos visto -también en el filme, por supuesto- en el monitor de Jonathan, junto con Jonathan.
No pude dejar de recordar The Ring (La llamada, 2002) en la cual Samara Morgan, una niña asesinada por su madre demente, distribuye en VHS un fatal film de su supuesta producción independiente. El curioso video es de un cabal interés poético y llama la atención esa artística y esas técnicas pergeñadas por una niña, medio loca, muerta y abandonada en el fondo de un pozo: muchos cineastas no le llegan a los talones, adultos, medio sanos, vivos y rodeados de costoso equipamiento.
Por si esto fuera poco, al día siguiente veo The Mothman Prophecies (Mensajero de la oscuridad, 2002) en la cual el viudo John Klein recibe y graba llamados de su querida esposa fallecida y de un tal "hombre polilla", un fantasma que la tiene clara respecto de lo que va a pasar y se comunica por teléfono con decenas de mortales sin responsabilidad alguna por la facturación del servicio.
Parece que aún hace década y media, los espíritus vagaban sin ton ni son hasta encarnar transitoriamente en un cuerpo que les permitiera interactuar con el mundo de los vivos: un medium. En estos tiempos, ya no: las ánimas se las arreglan para comunicarse a través de los medios técnicos que utilizamos a diario.
¿Resulta que los fantasmas nos dicen lo que dicen en lenguajes audiovisuales? ¿Hay en el más allá cámaras, micrófonos e islas de edición? ¿Hay tecnología para emitir señales por aire, cable o satélite? ¿Con qué cuerpos podrían operar los muertos tales dispositivos mediáticos?
Tal vez un segmento de la discursividad mediatizada se haya naturalizado a tal punto que ya integra cierto verosímil junto a mitos de larga data: el del muerto que regresa, el del espíritu que reclama, el de la lluvia que va a caer.

9 comentarios:

Patricio G. Bazán

En el libro "Legión", de W.P.Blatty (continuación de "El Exorcista"), un neurólogo queda viudo y tras descubrir la existencia de la EVP (Fenómeno de Voz Electrónica) empieza a contactar a la muertita, grabador Geloso de por medio.
Esto de oír a los muertos viene de un libro del Dr. Konstantin Raudive ("Breakthrough: An Amazing Experiment in Electronic Communication with the Dead", 1971). Todos los experimentos eran con audio, no video. Con respecto a la peli, es interesante HASTA que el tipo empieza a ver las imágenes que le enviaba la finadita (quien, efectivamente, filma con el mismo ángulo que el cameraman).
Aparentemente, los difuntos necesitan para comunicarse un medio neutro: ruido entre dos estaciones de radio, o la nieve u "hormigas" de un canal de TV sin señal. No sólo así se puede ver u oír cualquier cosa, sino que se parece bastante a buscar caras en las nubes. O a oír mensajes satánicos (Aserejé = A ser hereje!).
Como siempre, excelente blog!
Saludos.

Carnicero en Pompeya

Si mal no recuerdo en Gost también se sirven de unos sencillos equipos informáticos. Sam Wheat, encuentra a otro fantasma en el subte y comienza a aprender a manipular objetos (¡y a usar computadoras!) desde el más allá. Recuerdo que es Sam quien escribe en todas las computadoras de la oficina: “Killer”, al malvado que se ha quedado con su dinero y anda consolando a Molly. Pero eso si, para hacer transacciones bancarias todavía se sirve de la médium Oda Mae Brown. Y menos mal que la luz se lo lleva porque sino seguramente terminaría filmándole videos en lenguaje audiovisual.
Muy buen post, como siempre.

Maun

Está cumpliendo alguna condena que lo manda a ver esas películas???
Aquí es una plaga la cantidad de series policiales que utilizan mediums, videntes y demás para resolver los casos, y ya nadie se asombra, ni se asusta como corresponde con un buen fantasma!!
Nada nos asombra y aceptamos sumisamente lo que hace 50 anios hubiera sido parte solo de una película de miedo.
Hasta hay algunos que no se han enterado de la tormenta que se viene.
Saludosss!!

Gabriel Báñez

Esa videoteca, cinzcéu, casi casi un castigo bíblico. Los muertos sicofónicos están entre nosotros. Hablan, son grabados, se propalan sus discursos y -lo más patético-, van a ser votados. Hollywood, por lo demás, manipula solventemente esta democracia vocinglera del más allá. El abrazo.

Fede / Billie

Cuando tenía doce años y era todavía más boludo me compré un libro que hablaba de todas las gansadas paranormales. A nivel teórico o científico era la misma paparruchada que vemos a diario en el canal Infinito, pero la edición estaba bastante ciudada y los mercaderes esotéricos se habían gastado en poner un dossier con fotos y dibujos.
Uno de los capítulos de dicho libro -cuyo título no recuerdo- estaba dedicado al "hombre polilla" de West Virginia, lo cual me parecía lo más destacado del libro, lejos. Le escapaba al cliché de OVNIs, fantasmas y tipos de tres metros: este era un HOMBRE POLILLA, y venía con dibujos incluidos.
Asíque cuando salíó en video la peli polilla con Richard Gere fui el primero en alquilarla. Resultó pésima, claro.

1+

Sí, la tecnología ya se ha naturalizado por completo, al menos para la porción de la población a la que está dirigido el cine. Además a los mensajes de un difunto que no tuviera acceso a esos medios de comunicación no valdría la pena atenderlos... al igual que a los de un vivo; no entiendo por qué la muerte debería variar esa consigna.
Por otro lado preguntás "con qué cuerpos podrían operar los muertos tales dispositivos mediáticos" pero ¿con qué ojos y oídos ven y oyen, atributos que poseen desde el principio de los mitos? Ah, por cierto: el que me boleteó fue Cadorna, haceme el favor de ir a buscarlo al bar del Tito y ponerle los puntos. Un abrazo.

Cinzcéu

Padre Tiempo: Gracias por la lectura y los interesantes aportes histórico- bibliográficos de la cosa. Las caras en las nubes y ese fantástico "A ser hereje" me recuerda a tanta virgen constatada en una mancha de humedad. La fe mueve de todo. Saludos.

Carnicero: Recordaba la telekinesis aprendida en el subte pero no ese "Killer" escrito por Sam en la intranet de la empresa. Ahora que lo pienso no sé por qué recurría a la negra en lugar de mandarle un mail a Molly. Y sí, suerte que se lo llevó la luz. Saludos.

Maun: No es una condena, sólo hago zapping por los canales de cine y me quedo mirando lo que me enganche por razones muy diversas. He visto que hay series de médiums de lo más naturales, pero nunca me engancho porque las cortan cada 10'. Un beso.

Gabriel: ¿Te referís a aquello de que "los muertos que vos matáis gozan de buena imagen y mejor intención de voto? Me has inspirado una idea de miniserie sobre una senadora que sintoniza la voz de Eva Perón en una Spica sin pilas. Otro abrazo.

Fede: Leído así, de corrido, "El Hombre Polilla de West Virginia" suena más bien a luchador de catch. Lamento que te hayas clavado con esa gansada fílmica: es la distancia entre leer a los 12 y alquilar a los 18; igual he visto a Gere en cosas mucho peores. Saludos.

1+: Muy oportuna tu apreciación, las ánimas tienen cuerpo desde siempre y, para ser justo, ya el fantasma del viejo de Hamlet se le aparece y le habla sin mediación alguna. Acerca de Cadorna, no te preocupes, ya te vengamos, pero en cuanto reaparezca por el Messenger, lo borramos para siempre. Un abrazo.

Grismar

Para hacer justicia no debemos olvidar a la pequeña Carol Anne que en el 82 hablaba con la madre desde el televisor, en aquel primer Poltergeist de Hopper y Spielberg (extraña pareja). La explicación lógica de los cazafantasmas suena coherente (como un discurso político), si el alma es energía y posee carga electromagnética, puede ser captada por cualquier receptor, como una radio, o la maldita interferencia de taxis o patrulleros. Algún espíritu con más neuronas que otros pueden usar eso para comunicarse, otros en cambio son torpes y sólo logran que se escuchen sus pasos en el desván. Eso también explicaría la existencia del famoso infierno, deben ser las almas que se chupa el polo magnético de la Tierra, y como, según otros, la Tierra es hueca, ahí andarán, nadando en magma.
La frase más inteligente que escuché en Ghost se la dice una mujer policía a Molly, "si estamos rodeados de fantasmas que nos están mirando tendré que tener más cuidado cuando me ducho".
Un beso.

Cinzcéu

Grismar: La referencia a Poltergeist del 82 cuestiona todas las fechas: parece que la cosa es anterior. "Si el alma es energía y posee carga electromagnética, puede ser captada por cualquier receptor": eso lo entiendo. Lo que me cuesta comprender es cómo el alma produce sonido fónico que está físicamente condicionado por la constitución específica del aparato fonador del cuerpo humano. Pero, ya sé, no es un tema pertinente: se trata de fantasmas. Un beso.