viernes, abril 14, 2006

Lo que menos importa es mi razón

Hace unos días Vitore escribió un interesante post de esos que convocan pensamientos. Si bien el texto de Vitore apunta a la producción de posts me quedé en la dicotomía inspiración - obligación que aparece casi siempre que se habla de creación artística y en una frase de Picasso citada por 1+ (¿me habré inspirado en ellos o curré la idea nomás?).
Un vistazo general indica una doble lectura, ya que “inspirar” es tanto hacer nacer algo a partir de otro algo, una actividad voluntaria, como lo que surge espontáneamente, aparentemente de la nada, sin intervención del sujeto.
La oposición arte-exigencia, arte-trabajo, es tan amplia, supone en primer lugar que arte es aquello que se produce a partir de una inspiración en su segunda acepción, por lo tanto no se tendría ningún control en su creación.
Se le atribuye a Picasso la frase "pintor es el que pinta lo que vende y artista el que vende lo que pinta", una frase que da para varias lecturas. La primera y más obvia, que el sentido (no) mercantilista es lo que construye la obra como artística. Y ese sentido mercantilista a la hora de producir la obra sólo puede conocerla el artista, usar como parámetros de la subjetividad del creador el destino e incluso el origen de esa obra basados en su venta es casi imposible. El propio Picasso pasó gran parte de su vida, cuando aún su fama no lo hiciera millonario, comprometiéndose a cumplir con la entrega de pinturas (el mismo Guernica lo pintó por encargo de la República Española para la Exposición Universal de París) y ésto no lo convirtió en un "pintor" sino en un artista, demostrando que no sólo lo es quien produce por inspiración cuando ésta llega sino aquel que tiene el talento necesario para crear una obra de arte "inspirado" por su responsabilidad laboral en aquello de lo que eligió trabajar, o sea, de artista. Nadie se atrevería a decir que Miguel Ángel no fue un artista aunque vendió su Juicio Final para la Capilla Sixtina mucho antes de crearla, ni de ninguno de tantos pintores que se ganaban la vida pintando retratos por encargo que hoy cuelgan de los más famosos Museos del mundo. ¿Estaban inspirados a la hora de sentarse frente a quien retratarían?. ¿O su talento superaba ampliamente la necesidad de algo más que el saber que crearían?.
Cuando se habla de músicos o escritores no parece haber demasiada diferencia.
En otra lectura, pero complementaria, cuando autores como Rulfo llegaron a una obra famosa ya habían escrito gran cantidad de textos, por lo tanto un Pedro Páramo es la medida de su fama como artista, no de su arte. Y no es la fama lo que hace que lo que alguien produzca sea obra de arte.
¿Es una obra de arte antes de su reconocimiento como tal? Si lo es, independientemente de su calidad, basados en la intención artística, y ésta es imposible de determinar más allá de la obra producida, es complicado. ¿Cuando un escritor produce un texto literario con una consigna que va más allá de la inspiración deja de ser arte? ¿Cuándo lo hace llevado por su inspiración y queda guardado en un cajón lo es?.
Se supone que el artista siente una pulsión que lo lleva a la necesidad de expresar, y esa pulsión más que algo constitutivo de su ser parecería ser considerada una respuesta a momentos cuasi místicos de inspiración. El talento, el trabajo, la responsabilidad, parecen quedar afuera de la ecuación cuando se trata de arte. Sin embargo no conozco un contrato editorial que se base en "cuando lleguen las musas".
Y es esa pulsión lo que provoca algo a lo que también se refiere Vitore: la insatisfacción. La culminación de una obra puede ser orgásmica, pero pronto se vuelve a necesitar crear, está en la naturaleza del artista.
Cuando se dice que un jugador de fútbol es un artista, se habla de su talento, de su "arte", cuando se dice que un médico practica "artísticamente" su profesión, se habla de su dedicación, y aunque obviamente no se trata "arte" por definición, el uso que se le da al término habla del sentido que abarca: talento para producir una obra de calidad y dedicación. Pero el artista también debe crear belleza, y la belleza no parece que pudiera ser producida por encargo. ¿O sí? La Historia del Arte me dice que sí.
La exigencia del "deber crear" con un mínimo de calidad exigida (y autoexigida) sin duda es estresante, mucho más agradable sería poder dejarse llevar por momentos de inspiración que no dependieran de plazos, exposiciones, trabas internas o externas pero en ese caso habría que distinguir entre quienes “artistan” (Cinzcéu dixit) ocasionalmente y quienes lo hacen profesionalmente. Muchos conocemos la sensación de tener que escribir algo y estar horas frente a una hoja en blanco sin que nada surja, es como acostarse pensando que tenemos que dormirnos rápido porque en pocas horas debemos levantarnos, simplemente no se puede. O sí, como dice Alejandra, “es un cerrar los ojos y jurar no abrirlos… con los ojos cerrados y un sufrimiento en verdad demasiado grande pulsamos los espejos hasta que las palabras olvidadas suenan mágicamente”
No lo sé, quizás sea artista aquel que puede crear aún bajo presión, o quien siente esa pulsión que sólo podemos ver en su obra. Sólo sé que disiento con esa socialmente extendida opinión que opone la responsabilidad a la creación artística y que aunque jamás sepa si está creada por inspiración, mi obra de arte preferida siempre será la que anuncia la lluvia.

9 comentarios:

Pardal (Emílio)

Recordemos que muchas de las grandes obras de Diego Rivera fueron encargadas por Rockefeller y por Ford, quienes, uno se imagina, no lo conocían bien, pues al ver los murales acabados prescindieron de sus servicios.
Picasso pintó tal cantidad de cuadros en su larga vida que no cabrían en varios museos. No hay ningún otro pintor, vivo o muerto, con semjante producción. Y aquí es donde se desvanece el lugar común tan extendido que opone cantidad a calidad y dedicación a inspiración.”Que la inspiración te encuentre trabajando”, decía no recuerdo qué artista. Al talento hay que ejercitarlo. La calidad nace de la cantidad y ésta, con su fulgor, alista a millones para la emulación.

1+

Uf, qué temita... Coincido con vos, Grismar, en no contraponer la creación artística a la responsabilidad profesional pero creo que el asunto, más allá de la existencia de un encargo, apunta a la manera de cumplirlo (por ejemplo Rivera): Se me ocurre que si en la 2da mitad de los 60 los Beatles se hubieran limitado a "pintar" lo que vendían su producción hubiera sido muy otra. Algunos objetarán que ellos podían tomarse licencias creativas porque iban a vender CUALQUIER cosa que produjeran, pero hete aquí que hoy en día pasa algo similar con una tal Sra Rowlings y no tengo noticias de ningún proyecto de enviar a la imprenta algo distinto a lo ya publicado, a pesar de que tendría un gran volumen de ventas asegurado. Creo que este tipo de personaje, del que nadie negaría su profesión (como "ocupación") de escritor pero pocos se atreverían a calificar como artista, es el pintor de la cita... y también creo que ya me extendí demasiado. Un beso.

Cinzcéu

El tema da para libros más que para comments pero intentaré sintetizar. Me parece que el "arte" implica tres dimensiones necesarias (que hace unos años ensayamos en diálogo con alguien también preocupado por el tema):
1) La pulsional y subjetiva que fuerza la creación y fascina la lectura; el plus de lo indecible, lo que atrapa sin razón (como señala el título del post).
2) Lo bello compartido por una cultura, lo bien hecho en términos técnicos, el marco desde el cual se produce y consume (los casos, por analogía, del futbolista y el médico).
3) La etiqueta discursiva que define qué es Arte; la clasificación que habilita el Arte con su valor y su precio (y al rotulado Artista a vender cualesquiera cuatro letras, trazos y/o acordes).
"Artista" sería quien produce cosas que a partir de 2) se consideran 3)... pero no siempre (a veces nunca) cumplen con 1).
La inspiración quizás sea el nombre de eso otro que no se nombra pero fascina, que no se piensa pero estalla y que si hablamos de arte no debería faltar. Y "eso" no resulta exigible durante un contrato/ horario laboral aunque claro, sin trabajo ni destreza técnica tampoco se materializará.
Lo sé: me extendí mucho para aportar poco, qué se le va a hacer...

Anónimo

Estoy de acuerdo. Mi vieja me enseñó, cuando me dice que me toca cocinar a mi y le digo que no estoy inspirada me contesta: abrí la heladera y inspirate.

Vitore

La frase última de lalobo (la de la heladera) me recuerda a un profesor de Historia del Arte que tuve allá por mis años de bachiller. Al empezar la primera clase, la primera lección, el primer día, preguntaba solemnemente al alumnado: ¿Sabéis lo que es El Arte?... Cuando ninguno osábamos responder nos decía su viejo chiste: "Pues está bien claro; Helarte es morirte de frío"...
Saludos.

Grismar

Emilio: coincido, el talento hay que ejercitarlo, puede crearse una obra maestra única, pero también el ensayo y error perfecciona.
1+: es verdad, estamos rodeados de quienes se hicieron la fama y se echaron a dormir, pero nada puede darnos la certeza de que se trate de ser "pintor" o de que aún en su mejor esfuerzo no lograron crear algo que superase la calidad de su ópera prima (podemos inferirlo en algunos casos). Y en ese caso ya entraríamos a debatir si es artista aquel que no puede producir más de una obra de calidad (¿cuál calidad? ya es otro tema). Y daría, como dice Cinzcéu, para libros, no comentarios.
Cinzcéu: de acuerdo, con 1, 2 y 3, y con su relación, lo que no invalida que ante la exigencia el 1 pueda llegar a expresarse sin que necesariamente haya que dejar que "llegue".
lalobo: tu madre es una sabia mujer, recuerdo alguien que en tu mismo caso respondía: siento que llega a mí, me invade, dame el teléfono de la pizzería que necesito expresarme.
Vitore: cuenta la leyenda que ese chiste se lo hizo Cortez a Moctezuma, y aprovechando que el emperador se sumergió en sí mismo tratando de comprender qué era eso de morirte de frío, invadieron la capital mexica.

Anónimo

Hola grismar:

el tema dá para mucho.

la pulsión está en todos, el asunto es que en algunos se activa un ansia por crear, aunque duela, y en otros no...

Lo que yo me pregunto es que activa ese impulso, que inspira y por contra que impide que la creatividad tenga curso...

Winnicott decía que la creatividad está en todos, que la apercepción creativa es lo que dá sentido a la vida, pero yo me sigo preguntando ¿por qué a mi alrededor veo tan poca gente preocuapada por crear y mas dada a clonar?...

Creo que hay algo muy primitivo que se activa en los creadores, creo que un trauma profundo pone en marcha el deseo de crear belleza para salir de él, eso es así en algunos pero no sé si en todos...

Un saludo.
Pálpitos.

Grismar

Pálpitos: no sé qué es lo que lo activa, tampoco sé si está en todos ¿cómo saber lo que hay en quien no lo expresa? La misma pregunta se adaptaría a casi todo, ¿por qué hay quienes se involucran en el mundo, se preocupan, se interesan, mientras tantos otros sólo piensan en cambiar el auto o el partido del domingo? No tengo idea, pero sé que la educación tiene algo que ver.
Maun: supongo que hay una interrelación constante entre trabajo, inspiración y talento.
besos

Anónimo

No creo en la inspiración. Al parecer creo más en un estado de disposición o disponibilidad. Es decir, justamente si uno está firmemente concentrado en poner todo su empeño para comprar un automovil, dificilmente le quede espacio para mental para elaborar una obra artística. Del mismo modo, trabajar 12 horas diarias aleja (o más bien espanta) a las musas inspiradoras. Mi idea de la creación literaria (pa poner un ejemplo) se asemeja más al estado de disponibilidad que uno ejerce cuando se decide a anotar sus sueños dejando papel y lápiz junto a su cama. Los sueños comienzan a aparecer nítidos y aprehensibles cada vez con más asiduidad. Se trata de un entrenamiento, de dedicación y de posibilidades o ganas de dedicarse a ello. El resto es la magia propia de la genialidad. Eso/as tipo/as que, con o sin disposición, crean como cagan. Como una expresión vital.
¡Que se yo!