What a fucking body
Pese a que intuí que se trataría de un bodrio, vaya uno a saber porqué tuve interés en ver el film The body (El cuerpo) que esta noche emitió el casi siempre predecible Hallmark Channel. Quizás sólo para confirmarlo: es un bodrio.
La cosa es más o menos así. Un comerciante palestino decide hacer un sótano detrás de su local en Jerusalem y pozo va, pozo viene, exhuma un aparente sepulcro que una arqueóloga israelí se pone a investigar sólo para descubrir unos restos mortales que bien podrían ser los del Nazareno. La primera extrañeza es puramente arquitectónica pues el tipo pretendía hacer un sótano en una suerte de patio descubierto y, que yo sepa, los sótanos siempre tienen alguna cosa arriba del orden de la construcción. Quizás sea sólo un problema de traducción y lo que el tipo quería era una piscina o un lago artificial.
A partir de allí se abren los dos planos esperables de la historia: el de las transas e intrigas políticas y el del periplo del héroe, un curita salvadoreño que confiesa no estar calificado para la tarea que se le encomienda y, en efecto, no lo está. Pero es íntegro y para héroe de un film malo, alcanza.
Así las cosas, desde los primeros minutos desfilan decenas de estereotipos de la peor calaña, de esos que en escasos tres segundos uno prevé qué harán o qué dirán un ratito después; esquemáticos personajes salidos de la síntesis del resumen del digesto de la revista Selecciones, a saber:
-La judía liberal, sensible y atractiva que dejó el ejército por la ciencia y cría amorosa a sus hijos tras enviudar de...
-El judío poeta (de éste sólo hay retrato, recuerdo y explicación) que vestido de militar cayó asesinado en el Líbano.
-El cura hispanoamericano que hizo inteligencia militar (¡...!) contra los supuestos malos de El Salvador y fue herido en (¿por?) la espalda.
-El comerciante palestino (el del sótano) que no se mete en política, un poco honesto, un poco cobarde (al final se reivindica), víctima de...
-El terrorista palestino (hay dos o tres, uno parecido al Chicho Serna con unos diez kilos menos) morocho y ladino, callado como hielo, que comete atentados y secuestra niños con fines extorsivos según le indica...
-El palestino terrorista en jefe, un ex-maestro de fríos ojos azules obnubilado por lo que él llama política que no es más que su capricho de recuperar Jerusalem como capital caiga quien caiga.
-El cardenal católico, italiano, hipócrita, insensible, transero, interesado, aferrado a los privilegios políticos y materiales de su Iglesia pero sin la clase del que finalmente asesinan los Corleone.
-El cura científico, pero cura... y científico, primero amablemente desplazado y un poco más tarde en crisis tremenda y terminal.
-El judío ortodoxo (de estos hay una banda) un poco pelotudo, obtuso, capaz de robar un jarrón y apedrear al cura pero al fin disciplinado a...
-El judío ortodoxo en jefe que también es un poco pelotudo pero al que la vejez le ha dado un mínimo de prudencia, equilibrio y sabiduría (no mucha porque confunde a Antonio Banderas con un rabino).
-El político judío que tiene línea directa con el cardenal, transa, negocia y decide a fin de quitarse problemas de encima y no precisa andar invocando el nombre de dios ni otras mariconadas.
Esta troupe previsible encabezada por Matt Gutiérrez, el cura y Sharon Golban, la arqueóloga (sí, hasta los nombres son demasiado previsibles) se dedica a recorrer durante insufribles casi dos horas todos los lugares comunes, todos los chistes malos, todos los clichés obvios e incluso un poquito más. Es el único placer que brinda el film: el juego de anticipación respecto de cuándo y cómo ocurrirá lo esperado.
Así, cuando la bella arqueóloga le pone una curita al bello sacerdote (por no redundar con "curita" que quedaría medio feo) pueden levantarse apuestas sobre si se besarán en 1, 5 ó 10 minutos. Cuando el cura en crisis vital pide que lo dejen solo puede jugarse a acertar la vía que optará para su inminente suicidio. Cuando la madre judía le pregunta al árabe del sótano si su familia es prescindible por ser israelí puede apostarse si el tipo le dirá que sí, que se caga en ella y en la madre que la parió o si le dirá un culposo y vergonzante "of course not". Cuando el mismo palestino se exalta ante los terroristas en defensa de la vida de los niños y de su palabra de honor puede jugarse a adivinar de qué modo lo matarán.
Y la esperable carrera de autos por las callejas de la vieja Jerusalem (porque no es cosa de gastar tal dinero en producción y no rodar unas picadas entre los paredones) y el duelo final que tenía que ser entre el más maquiavélico sujeto sin creencia ni valor moral y el hombre más entero cuyo amor y cuya fe no ceden a la política. Cuando Abu Yusef (el terrorista en jefe) le dice al Padre Matt que "God does not place in politics", todos sabemos de qué lado está la verdad, quién va a explotar en pedazos y que el suplicio está por terminar. Gracias a dios.
Después sólo el epílogo: el curita le canta las cuarenta al cardenal y parece que se va nomás de la Iglesia (rengueando, ya que la granada suicida del jefe palestino lo dejó medio tullido) porque ha reforzado su fe divina; la israelita le explica a su hija (y siempre queda la incómoda sensación de que todo se nos explica a todos) que los cristianos son buena gente y que un dios crucificado no es menos ni más que el invisible de los judíos. Matt y Sharon se escriben porque el amor al prójimo es más fuerte y the end.
¿Y el famoso cuerpo? ¿Era o no el del Cristo? No se sabe ni se sabrá porque los huesos volaron a la mierda y los judíos un poco malos pero prudentes, en acuerdo con el Vaticano, implosionaron las ruinas fúnebres. Pero quizás sí porque un experto británico se había dado una vuelta por ahí y de un único vistazo al esqueleto determinó un lanzazo sobre una de las costillas, huellas de una plausible corona de espinas y un oficio de carpintero por el desarrollo del antebrazo derecho (¿...?).
¿Qué importa? Al fin de cuentas aprendimos qué está bien y qué está mal y es todo lo que necesitamos para cuando se ponga a llover.
10 comentarios:
Esta es la clase de películas que cuando vas al cine a ver (otra) y te presentan el correspondiente trailer a un ritmo vertiginoso -no se sabe si para que te resulte más atractiva o para esconder sus evidentes defectos- me hace decir a mi acompañante de butaca (si es que voy acompañado; claro): "¡Obra maestra; no me la pierdo!"... ;)
Vi unos 15' (digamos que ver a Banderas ameritaba verlos) y me cansé (para qué más si después leía tu post). El curita me hizo recordar de inmediato otros tantos curas famosos del cine (salvando la distancia) con los mismos lugares comunes: religión + ciencia - situación límite-crisis de fe- triunfo de la fe sin negación explícita de la ciencia, como los de La aventura del Poseidón o El exorcista.
Que hayan volado el cuerpo no es casual, prepara el regreso, con Warren Beatty en el rol del cura, en "The body 2, Holy puzzle".
Dicen que Holywood perdió el 9% de espectadores el año pasado. El fiasco de taquilla le hace volver a los antiguos éxitos como fórmula segura. van a hacer la quinta parte de Superman... Esperemos que esta cinta de el bello banderas no tenga secuelas, por lo que cuentas. mi mala película favorita es "The haunted house" Tiene un montón de efectos especiales que cuando la ví, hace ahora ya unos años, me deslumbraron. Trata de un experimento psicológico semejante a "El Gran Hermano", durante el cual unas personas "normales" han de convivir en un caserón sometidos a la vigilancia de un reductor de cabezas. es gente que tiene problemas con el insomnio, o con los hermanos por la herencia etc. y todo eso se mezcla con una vieja historia sucedida en la mansión de maltrato por parte de un millonario enloquecido a su tierna y dulce mujer y a sus hijos etc. Se la recomiendo. Disfruté mucho con lo mala que era.
Muy buena sinopsis: es como si la hubiera visto (aunque deben influir en eso todas las "The Bodry" que sí vi)
Vitore: Sí, el trailer es veloz y el film es lento, una obra maestra que mejor perderla que encontrarla.
Grismar: Para ver a Banderas es mejor El mariachi o La máscara del zorro sin contar las buenas como Átame. ¿Beatty no tiene ya edad para cardenal o papa?
Maun: ¡¿Cuál es el lío y cómo que no entendió nada?! Es fácil: hay buenos y malos y listo. Véala pero después no se queje.
Emilio: Supongo que te referís a The haunting del '99 (descubro que hay decenas de versiones) que varias veces soporté sólo 15 ó 20'. ¡Qué bodrio!
1+: Gracias y sí, deben influir las anteriores... es que ya vamos por The bodry MCCCLXIII y continúa.
mais um filme, tal como outros de consumo rápido,
festas felizes, desejos de lisbia antes que llove
Cinzcéu :
Siempre con esa vocación de soportar bodrios hasta el final. Díganos, es Ud masoquista??
Mixtu: Mais um filme... ¡horrível!
Filomena (o Filomena II, el regreso): Los bodrios hay que verlos hasta el final porque siempre puede aparecer el director avisando que era una joda para Showmatch.
Vi ayer The Bodry, todo es tal como dijiste, excepto un detalle: hacia el final, cuando se hace explotar la cueva donde se encontró el cuerpo, aparece un primer plano de un fragmento de roca con una inscripción transcripta como: "Te entrego el cuerpo de mi hijo, David, para que lo recibas tal como recibiste el de Tu Hijo". No sé si entendí mal, pero eso parecería indicar que se establece que el cuerpo no era el de Jesús sino el de alguien "tal como" quedó Jesús después de ser crucificado. Es un primer plano rápido, que corta a la escena en la cual Banderas le responde al cardenal que él "sabía" que no era el cuerpo de Cristo (por su fe, ya se había ido cuando filmaron la inscripción) y concluye con la cita bíblica "Bienaventurados los que sin ver, creen". O sea, es un bodrio, pero peor que el que suponía. Un beso.
Oportuna precisión, Grismar: a worst bodry (debo observar mejor).
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