No pensar/ vivir hoy/ disfrutar
Posicionar una marca comercial implica materializar una serie de operaciones variadas y complejas que apuntan a ubicarla en un lugar específico y diferenciado del de su competencia. O quizás así fuera antes, porque de un tiempo a esta parte he notado una fuerte tendencia en el posicionamiento de cada vez más y más diversos productos: el de agente de disfrute y nada más.
De más está decir que el placer está históricamente asociado a ciertos productos de la gastronomía, el turismo, el espectáculo y el tiempo libre, pero últimamente parece que la vida social hubiera devenido pura búsqueda de jolgorio y lo que no se disfruta carece de objetivo o función alguna, porque ¿acaso qué otra cosa importaría además de disfrutar al máximo?
Los zopencos de Telefónica me envían todo el tiempo un folleto intitulado "Usted y nosotros" que debe traducirse como "Usted nos paga y nosotros cobramos" ya que sólo ofrece más y más caros servicios de dudosa utilidad.
Por ejemplo, "Le proponemos contar con una Línea adicional y comenzar a disfrutar de los beneficios". O bien la posibilidad de saber qué me facturan (lo ocultan y/o cobran por separado) vía internet que destaca: "¡Empiece a disfrutar de este beneficio...!". ¿Me estaré perdiendo el incomparable disfrute de saber a qué número llamé la semana pasada y cuánto gasté en la comunicación?
Al dorso y complementaria, una oferta de conexión de banda ancha: "Speedyficate es el concepto que va a cambiar su manera de ver las cosas" (¿es un concepto o un servicio?, y además... ¿no será demasiada promesa?) que remata con la esperable y antipática orden: "¡No lo piense más y disfrútelo!". Claro que al pie, en letra chica, hay una serie de cauciones que ameritan ser pensadas (e incluso investigadas pues mucho no se entienden) por más que el análisis postergue el anunciado disfrute.
Es que sin la inclusión general, inespecífica, enrasadora, pobrísima del verbo "disfrutar" pareciera que ya no puede publicitarse casi nada. En la última semana, prestando apenas atención y sin un relevamiento exhaustivo de la pantalla televisiva, me encontré al menos con las siguientes modalidades e imperativos del disfrute:
- Una campaña de la Secretaría de Turismo de Presidencia de la Nación. Por ejemplo, la secuencia de diversas postales de paisajes patagónicos con un cierre que me ordena: "Disfrutá Río Negro. Disfrutá Argentina". De acuerdo, es una promoción turística, lo admito.
- "Preparate a disfrutar el sabor de Clight", un polvo para fabricar un sucedáneo de jugo de fruta. La idea es prepararlo en casa, portarlo en una botellita y beberlo en un andén del subte. Por lo tanto: "Disfrutá donde vos quieras". Déjense de joder, che.
- Siguiendo con los jugos, un tipo abre la heladera, extrae un envase y bebe con placer porque "Cuando comprás con confianza, disfrutás más". No se trata del jugo sino de la heladera que compró en Garbarino. Si comprás confiado en Garbarino... ¿disfrutás más del jugo?, ¿de la heladera?, ¿o de qué? No lo comprendo.
- Un banco solía ser sólido, serio, seguro pero ya nadie cree en esas patrañas; solía disputar clientes ofreciendo un punto más de interés y fomentar el ahorro y la inversión, es decir, los planes a futuro.
"¿Querés disfrutar la vida hoy?", dicen ahora los piratas del BBVA y cierran con un "Adelante" inequívoco puesto que la imagen de la puerta de una sucursal se abre seductora para nosotros. Es decir, si querés disfrutar aprovechá ahora porque mañana te volveremos a esquilmar; una suerte de no future que en 25 años pasó de la rebelde desesperanza del movimiento punk a la comunicación masiva de la banca internacional.
- Por último, Bayer, que cual dealer suburbano hace tiempo insiste en que no hay modo de pasarla más o menos bien sin tomar a diario los ácidos que trafica.
El slogan de Bayaspirina es demasiado parecido al del BBVA: "Disfrutar la vida". Su prima hermana cafeinada no le va en zaga y en sus spots el protagonista explica: "Era yo el que quería disfrutar de las cosas, por eso ahora tomo Cafiaspirina". Fenómeno (y para disfrutar más, mucho más, digamos al máximo, ¿no hay algo que pegue mejor? ¡Ah, sin receta no! Ok, ya vuelvo...).
La publicidad es la publicidad. Lejos estoy del ejercicio reduccionista que aisla un aparente fenómeno y lo eleva a causa o efecto de todo lo que pasó, pasa o pasará. No obstante, esta extensión del disfrute como fin excluyente, fetiche y comodín, esta noción de la vida como lugar para el goce urgente y continuo, esta relativa pobreza en la producción social de chatos posicionamientos, creo que se articula a otros varios fenómenos de época, se alimenta de ellos y también los realimenta.
Quiero decir que el riesgo, quizás, es que haya demasiada humanidad abocada al publicitado disfrute de la vida (y sería una pena que se aguara tan bonita fiesta) en el preciso momento en que se largue a llover.
De más está decir que el placer está históricamente asociado a ciertos productos de la gastronomía, el turismo, el espectáculo y el tiempo libre, pero últimamente parece que la vida social hubiera devenido pura búsqueda de jolgorio y lo que no se disfruta carece de objetivo o función alguna, porque ¿acaso qué otra cosa importaría además de disfrutar al máximo?
Los zopencos de Telefónica me envían todo el tiempo un folleto intitulado "Usted y nosotros" que debe traducirse como "Usted nos paga y nosotros cobramos" ya que sólo ofrece más y más caros servicios de dudosa utilidad.
Por ejemplo, "Le proponemos contar con una Línea adicional y comenzar a disfrutar de los beneficios". O bien la posibilidad de saber qué me facturan (lo ocultan y/o cobran por separado) vía internet que destaca: "¡Empiece a disfrutar de este beneficio...!". ¿Me estaré perdiendo el incomparable disfrute de saber a qué número llamé la semana pasada y cuánto gasté en la comunicación?
Al dorso y complementaria, una oferta de conexión de banda ancha: "Speedyficate es el concepto que va a cambiar su manera de ver las cosas" (¿es un concepto o un servicio?, y además... ¿no será demasiada promesa?) que remata con la esperable y antipática orden: "¡No lo piense más y disfrútelo!". Claro que al pie, en letra chica, hay una serie de cauciones que ameritan ser pensadas (e incluso investigadas pues mucho no se entienden) por más que el análisis postergue el anunciado disfrute.
Es que sin la inclusión general, inespecífica, enrasadora, pobrísima del verbo "disfrutar" pareciera que ya no puede publicitarse casi nada. En la última semana, prestando apenas atención y sin un relevamiento exhaustivo de la pantalla televisiva, me encontré al menos con las siguientes modalidades e imperativos del disfrute:
- Una campaña de la Secretaría de Turismo de Presidencia de la Nación. Por ejemplo, la secuencia de diversas postales de paisajes patagónicos con un cierre que me ordena: "Disfrutá Río Negro. Disfrutá Argentina". De acuerdo, es una promoción turística, lo admito.
- "Preparate a disfrutar el sabor de Clight", un polvo para fabricar un sucedáneo de jugo de fruta. La idea es prepararlo en casa, portarlo en una botellita y beberlo en un andén del subte. Por lo tanto: "Disfrutá donde vos quieras". Déjense de joder, che.
- Siguiendo con los jugos, un tipo abre la heladera, extrae un envase y bebe con placer porque "Cuando comprás con confianza, disfrutás más". No se trata del jugo sino de la heladera que compró en Garbarino. Si comprás confiado en Garbarino... ¿disfrutás más del jugo?, ¿de la heladera?, ¿o de qué? No lo comprendo.
- Un banco solía ser sólido, serio, seguro pero ya nadie cree en esas patrañas; solía disputar clientes ofreciendo un punto más de interés y fomentar el ahorro y la inversión, es decir, los planes a futuro.
"¿Querés disfrutar la vida hoy?", dicen ahora los piratas del BBVA y cierran con un "Adelante" inequívoco puesto que la imagen de la puerta de una sucursal se abre seductora para nosotros. Es decir, si querés disfrutar aprovechá ahora porque mañana te volveremos a esquilmar; una suerte de no future que en 25 años pasó de la rebelde desesperanza del movimiento punk a la comunicación masiva de la banca internacional.
- Por último, Bayer, que cual dealer suburbano hace tiempo insiste en que no hay modo de pasarla más o menos bien sin tomar a diario los ácidos que trafica.
El slogan de Bayaspirina es demasiado parecido al del BBVA: "Disfrutar la vida". Su prima hermana cafeinada no le va en zaga y en sus spots el protagonista explica: "Era yo el que quería disfrutar de las cosas, por eso ahora tomo Cafiaspirina". Fenómeno (y para disfrutar más, mucho más, digamos al máximo, ¿no hay algo que pegue mejor? ¡Ah, sin receta no! Ok, ya vuelvo...).
La publicidad es la publicidad. Lejos estoy del ejercicio reduccionista que aisla un aparente fenómeno y lo eleva a causa o efecto de todo lo que pasó, pasa o pasará. No obstante, esta extensión del disfrute como fin excluyente, fetiche y comodín, esta noción de la vida como lugar para el goce urgente y continuo, esta relativa pobreza en la producción social de chatos posicionamientos, creo que se articula a otros varios fenómenos de época, se alimenta de ellos y también los realimenta.
Quiero decir que el riesgo, quizás, es que haya demasiada humanidad abocada al publicitado disfrute de la vida (y sería una pena que se aguara tan bonita fiesta) en el preciso momento en que se largue a llover.
12 comentarios:
En ese caso algún creativo bilioso te incitaría a disfrutar de la lluvia...
se bem feita a publicidade é arte,
abraços com libertad de lisboa
Cinzcéu, tenés que aprender a (sobre)vivir en este mundo bipolar, disfrutable-descartable.
Un derive al margen: el disfrute de la vida existía como consigna publicitaria hace años, pero limitada a productos de consumo minoritario, disfrutar la vida era comprarse una Ferrari, viajar a Miami y tener tarjetas VIP, hoy lo es tomar una aspirina o un jugo. Parafraseando a uno que sabía algo "el disfrute es el opio del pueblo".
(Sospecho que no disfrutarás mi comentario). Un beso.
Muy bueno el post.
Saludos.
...y bueh, la filosofía del momento parece ser irremediablemente el disfrutar.Y en lo posible, yaaaaaa.
Tal vez de esa forma, se logre adormecer del todo el espíritu crítico de la realidad. Por eso yo, me voy a pasar un finde inolvidable con Bayaspirina y un jugo sintético refrigerado en una heladera de Garvarino. Después les cuento.
Saludos!
Muy buen post
Hang: ¿Por qué no? Me acabo de acordar de la publicidad de Iguana protagonizada por gente que disfruta mucho (hace literalmente "lo que se le cantan los cojones"). El otro día me hicieron notar que en medio del disfrute, cuando la canción dice "a mi amor encontraré en Irak o Puerto Madryn", unos aviones arrojan bombitas que estallan de... ¿disfrute?
Mixtu: Saludos.
Grismar: Ya veremos a tipos que revuelven la basura y dicen "Cuando cartoneás con un carrito de Carrefour, disfrutás mucho más del cartoneo. Carrefour, el carro más bajo" (y el disfrute más alto).
Leonardo: Gracias y saludos.
Gaby: ¡Que disfrutes a full tu fin de semana, tomes aspirinas con jugo y saques muchos créditos del BBVA! Jajaja. Saludos.
Maun: Muy lúcido comentario, me encantó, así es la discursividad social y lo que hoy es vida mañana mata y viceversa. Ahora bien, la veo obsesionada con los Pasotti, ¿quiere uno? Veremos si por canje le conseguimos uno... jajajaja. Saludos.
Disfrutopía. Disfrutamadre. Disfrutería... Perdón, vengo de disfrutar una disfrucena y varias disfrucervezas.
Salud.
Lo que todavía no entendí es que quieren decir con "Asegúrese ahora una parcela y disfrute tranquilo..."
PD: Es el slogan de un Cementerio Privado
Hay que ser miserable, pobre de espíritu, escaso de recursos técnicos y de los otros, carente de imaginación y subdesarrollado de papilas gustativas para terminar disfrutando del arenoso sabor mugriento de una aspirina. Prefiero el Mejoralito. ¡Toda la vida!
Vitore: Veo que la disfrucerveza se le subió a la disfrucabeza. ¡Que la haya disfrutado!
Filomena: Buena pregunta... ¿Habrá disfrute más allá de la muerte con parcelas de disfrute eterno?
Mono: El Mejoralito se disfrutaba más por su sabor a disfrutilla. ¡Miserables los que se lo pierden!
Ahora por tu culpa; cinzcéu; me estoy fijando en los anuncios televisivos y ayer mismo me sorprendieron dos disfrutes: El primero es de un nuevo modelo de Peugeot que se disfruta mucho más que cualquier otro y el segundo de unas natillas de Danone; las Danet de las que el mismisimo Ronaldinho dice que disfrutas como un campeón si te las tomas... Curioso todo esto del disfrute...
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