Medios vivos

El primer juego de la noche consiste en acertar "la suma total de los números representados" en una figura que, no sin torpeza, he tratado de reproducir. Es un cubo en perspectiva isométrica en cuyas caras visibles hay un 13 en números arábigos, un III en romanos y los seis puntos que, en los dados, representan al 6.
Recordé que hace unos meses en "Medios tontos" había comentado ese programa y sentenciado que era "un programa para infantes noctámbulos o adolescentes retrasados", no para mí, un vivo del año cero capaz de sumar mentalmente tres números y al mismo tiempo deglutir un bife y tomar apuntes. Para un vivo como yo, 6 más 3 más 13 es casi siempre 22.Los tres conductores no paran de hablar, exhortan a llamar ya y repiten mil veces que "llamado que entra, llamado que sale al aire".
Llama Florencia, otra viva, que canta el 22. No, no es 22, qué pena. Vuelvo a mirar el dadito y hago la cuenta sobre papel: 22. Por las dudas, una conductora explica que hay un 13, un 6... y 3 palitos. Hago la cuenta en mi calculadora: 22. He de carecer de pensamiento lateral, en el mejor de los casos.
Llama Alejandra que, curiosamente, primero marca, después piensa y al fin arriesga otro 22. ¡No! Los conductores la retan y dicen que hay que anotar los números errados para no repetirlos. Llama Víctor pero se corta la comunicación. Llama Karina y se juega por el 26. ¡No!
A la 1:25 y con apenas cuatro comunicaciones, ¡cambia el desafío! Pero ¿no dirán cuánto sumaba la suma total? Pasan a verse otros dados cuyos números sumarían 19 pero ya no tengo ni remota idea.
No hay más llamados hasta la 1:42:
-¡Hola! ¿Cómo te llamás?
-Jesica.
-Jesica, ¿cuál es la suma total de los números representados?
(Silencio.)
-¿Jesica?
-No sé, estoy dormida.
-¿Cómo que estás dormida?, dale, rápido, ¡arriesgá un número!
(Silencio.)
Le cortan con premura. Yo me quedo un poco inquieto ante la idea de que Jesica llame en sueños a Vas a ganar. Sonámbulas eran las de antes que caminaban por las cornisas con los bracitos para adelante; ésta habría gastado 90 centavos más impuestos al sólo efecto de decir al aire que está dormida.
A la 1:53 llama Juan Cruz y se juega por un 25. ¡No! Una conductora llama a la reflexión, pide que se busque una lógica y comenta que en internet hay un foro que explica cuál es la onda. Empiezan con la cantinela de que se va a acabar el programa y quieren entregar ese dinero que aumenta a cada rato.
De pronto, ¡cambia el desafío! Ahora ya son dos los resultados que nunca sabremos y el nuevo juego consiste en descifrar "la palabra oculta" tras una serie de letras apenas desordenadas. Yo leo con claridad AEROSOL pero es posible que la respuesta correcta sea cualquier otra.
Ya levanté la mesa, lavé la vajilla y estoy abocado a la lectura del manual de una radio- reloj que acabo de comprar. Son las 2:20, nadie ha vuelto a llamar y de pronto, ¡cambia el desafío! y vuelve el dadito inicial que a los giles nos da 22.
Llama una chica cuyo nombre no entiendo y lanza su respuesta: 3. El 3 tiene cierta lógica porque es la suma de la cantidad de números representados y no de los valores representados por cada uno. Sin embargo... ¡No!
A las 2:26 entra otro llamado que se corta. La caradura de la conductora dice que "hoy muchos están saliendo al aire". A mí la cuenta me da ocho llamados en hora y media incluidos los dos interruptos y el de la sonámbula. No parecen muchos para un programa sólo basado en las supuestas comunicaciones entrantes.
No obstante, en esta hora tardía, la cosa se mueve. A las 2.27 llama Alan y dice que 16. ¡No! A las 2:29, Sabrina repite el 22. ¡No! Una conductora pregunta "¿qué pasa con el 22?, ¿será que a simple vista parece 22?". La verdad que sí, parece bastante 22.
A las 2:31 llama Juan Cruz:
-¿Juan Cruz? ¿Vos no llamaste hace un rato?
-No, el que llamó es otro que ya se fue a dormir.
-¡¿?! ¿Y se hizo pasar por vos?
-Eh...
-Bueno, decime, ¿cuál es la suma de los números representados?
-16.
-¡No!
No se entiende el juego, nadie caza un fúlbo y ya me siento parte de la troupe de idiotas que estamos perdiendo un montón de plata de puros tontos que somos.
La conductora juega su última carta y nos provee de una ayuda enorme: el resultado es 30, 40 ó 50. Ahora hay una chance de tres de ganar un pozo que ya está en los mil pesos. Pero justo ahora que el gol está servido, la pelota huérfana picando en el área, por largos minutos no llama nadie.
A las 2:40 ya leí el manual de la radio, probé todas sus funciones, la instalé junto a mi cama, descolgué y guardé una ropa y lo único que me falta es saber cuánto suma la maldita suma pero... ¡cambia el desafío! y regresa la palabra oculta que en mi necedad supongo es AEROSOL.
Los conductores se desesperan porque ya termina el programa y nadie ha ganado un peso excepto el Grupo Clarín, Canal 13, Prima SA, Ubbi y Movifun. Esto último no lo dicen ellos sino que lo infiero yo, aunque está visto que no es mi mejor día para inferir nada.
A las 2:54 llama Blanca y dice que la palabra es AEROSOL. ¡Sí, es AEROSOL! Qué bien, Blanca se ganó una luca justo cuando yo empezaba a considerar que todo esto fuese una mera patraña.
Y los conductores celebran a los gritos y se despiden hasta mañana y finaliza ahí el envío y termina la programación y en el televisor sólo se ve y se oye una monótona e incesante lluvia.