lunes, diciembre 26, 2005

Blanco sobre negro

En el verano del '47, en un pequeño pueblo austríaco llamado Thal, nace un niño. Su padre ha sido jefe local de la policía, ha adherido al nazismo tras la anexión del '38 y ha revistado como oficial del ejército; su madre es ama de casa. El pequeño Arnold crece en el corazón de una Europa devastada e inyectada por el Plan Marshall. A los 6 años su padre lo lleva a Gratz a ver una exhibición de Johnny Weismüller, viejo campeón olímpico de natación y famosa estrella de Hollywood en la piel de Tarzán de los monos. Quizás maravillado por aquellos galardones y obsesionado por el poder y la gloria, Arnold comienza una precoz carrera deportiva y otra de admiración por el carisma de Adolf Hitler, tal vez al calor de anécdotas paternas. Desde adolescente se dedica con tenacidad al fisicoculturismo y alcanza 7 veces el título de Mr. Olympia, 3 el de Mr. Universe y 1 el de Mr. World. Hacia el '69 su multipremiada musculatura lo conduce a EE.UU. y un año después hace sus primeras armas en la meca del cine mundial. El éxito lo envalentona y confiesa a un cronista que quisiera ser un dictador para que se lo recuerde por siglos. Entretanto, manosea, abusa o amenaza con violar al menos a 15 compañeras de set a lo largo de 30 años. La industria del cine lo hace millonario; las circunstancias políticas y algunos turbios negociados lo llevan a competir por la gobernación de la poderosa California. Frente a las denuncias de acoso sexual hechas públicas en ocasión de la campaña, reconoce haberse portado mal algunas veces, alega haber sido travieso y juguetón y no haber sabido que ofendía a aquellas mujeres: "estoy profundamente arrepentido y pido disculpas", dice. Respecto de algunas opiniones juveniles afirma: "hice declaraciones obscenas y locas y terribles, pero así era yo". Arnold gana la elección y asume el cargo en 2003.

En el invierno del '53, en un hospital público de New Orleans, nace un niño. Su madre es una joven de 17 años a quien le practican una brutal cesárea sin anestesia ya que ese derecho se reserva a los blancos. Nace negro en una ciudad racista y en medio de lo que él mismo llamaría un "ritual de sangre y escalpelos". El pequeño Stanley, para todos Tookie, crece en ese ambiente crudo, hostil y miserable. A los 6 años emigra con su madre a Los Ángeles lo cual no supone un cambio relevante. Hacia el '71 y con escasos 17 años co-funda los Crips, una pandilla con el primitivo fin de autodefensa en la jungla suburbana. Por supuesto, la banda se violenta, delinque y se extiende a toda California. A principios del '79, es asesinado el otro líder de los Crips y Tookie es detenido e imputado por un cuádruple homicidio en ocasión de robo. Tookie niega toda participación en los crímenes pero 2 años después es condenado en un proceso que a pedido de la fiscalía excluye a todo negro del jurado. Se ocultan pruebas relevantes y se atiende a evidencia circunstancial y a testimonios de otros imputados por delitos graves que -según admitió mucho más tarde la Cámara de Apelaciones- pueden haber mentido a cambio de reducir sus propias condenas. Tookie es sentenciado a la pena capital y queda recluido en San Quintín a la espera de su ejecución. No es un preso modelo y tras algunos años y varias reyertas es aislado en una celda de confinamiento. Solitario y final, Tookie piensa, reflexiona y cambia. Inicia un nuevo camino, repudia su pasado violento, reniega de sus propias opciones, escribe 9 libros dirigidos a niños y adolescentes en función educativa y preventiva. Desde la prisión utiliza su mítico liderazgo para intervenir en las guerras de pandillas con una política de antiviolencia. Su experiencia, su trabajo y su prédica alcanzan repercusión mundial y es varias veces nominado para el Premio Nobel de la Paz. En 2005, una institución oficial de los EE.UU. le otorga un galardón reservado a quienes han dedicado más de 4000 horas al servicio voluntario a la comunidad.

Hacia fines del otoño del '05, casi 27 años después de los crímenes que le valieron su sentencia y que siempre negó haber cometido, Tookie es un hombre distinto al joven que ingresó al corredor de la muerte de San Quintín. Millones de voces en todo el mundo claman por su vida: la ejecución depende de que Arnold conmute su pena por la de cadena perpetua. No obstante, Arnold decide que Tookie no está arrepentido, no está reformado, no está redimido y que la ley debe ser aplicada en todo su rigor. Arnold decide que Tookie es el mismo tal vez porque el propio Arnold es el mismo.
Aquel Tookie, este Tookie, todos los Tookies, son asesinados por aquel Arnold, este Arnold, todos los Arnolds, en los primeros minutos del último 13 de diciembre, bajo un cielo oscuro que amenaza largarse a llover.

11 comentarios:

Grismar

Imagino el placer de Arnold, al fin había logrado su momento de verdadera gloria, al fin tenía en sus manos el poder de vida y muerte, no anónimo, no privado, no ficticio, el mundo pendiente de su decisión. Imagino que por su cabeza habrán pasado las palabras de Liam Neeson en su Oskar Schindler: decir "vete, te perdono" es poder. Pero como digno hijo de su papá, el "nazi bueno", debía dar un castigo ejemplificador. ¿será reelegido por este "gesto de grandeza"? no me sorprendería.
Excelente post, Cinzcéu.

1+

Sólo algo puedo agregar: Es increíble que con el cielo así, tan oscuro como está hoy -y el que no lo ve es porque no quiere verlo-, todavía no se haya largado a llover...

PD de último momento: ¡La palabra de verificación termina con "SS"!!! ¿Casualidades? Oigo relámpagos.

1+

Qué bestia soy: Lo que oigo son truenos, por supuesto.

Anónimo

si este es el post,: ¿como será la lluvia?

excelente post

mixtu

Pois... pouco há mais a dizer...e isso porque, com a tua escrita,disseste tudo ou quase tudo, pareceu-me que tiveste vontade de dizer algo mais, mas não é necessário.
Até já.

Anónimo

He disfrutado leyendo te lo aseguro.. yy poco puedo decir que no hayas dicho tú, salvo que estoy y siempre lo estaré, en contra de la pena de muerte

Anónimo

Muchas veces usamos el término blanco sobre negro refiriéndonos a clarificar las cosas, ponerlas en su lugar.
Cuando terminé de leer el post tuve la imagen de un hombre blanco parado sobre el cuerpo de un hombre negro y sentí escalofrios.
Será por eso que prefiero el cielo qris a que llueva....

Anónimo

Si se hubiera quedado en Austria, imagino que trabajaria para el Partido Socialdemocrata de Austria (SPÖ)..es igual donde vivan, llevan el mal con ellos. Una pena que la gente que tiene la opcion de no elegirlos no vea la terrible amenaza que significan...lo toman como lluvia pasajera cuando son terrible tormenta. Excelente el post Cinzceu.

Anónimo

Comparto en todo lo dicho por 1+, pero mezclándolo con lo dicho por filomena quizás debieramos decir: Es increíble que con el cielo así, tan blanco como está hoy, todavía no se haya largado a llover...
Por otra parte, uno de tus mejores artículos, con la fuerza de un rudo montaje cinematográfico, superada, como siempre, por la implacable actuación de la realidad.

Cinzcéu

Muchas gracias Grismar, 1+, Peperina, Mixtu (bemvindo o primeiro comentarista lusitano neste blog), Azzura, Filomena, Claris y el Mono por elogios y aportes. Varios han dicho que el post no deja mucho más para decir y me pasa algo semejante con los comentarios (no voy a fomentar un debate sobre el color del cielo...jajaja). Así que sólo gracias por la lectura, que tengan un buen 2006 y que por ahora no nos llueva.

Anónimo

El post es magnífico y es verdad que no deja mucho que decir, sin que eso sea bueno o malo.

Feliz 2006 a ambos. Cuidado con los excesos, niños ;)