miércoles, marzo 22, 2006

Tu nombre me sabe a figura

Es sabido que muchísimos apellidos derivan de profesiones ejercidas por los ancestros de los ahora así apellidados: los Taylor y los Sastre, los Ferrero y los Herrero, los Pasteur y los Pastor, los Schiffer y los Marino. Sagas familiares por décadas o siglos fijadas a una labor específica que devino nombre identificatorio del clan. Patronimias, toponimias y en general metonimias que apodan conforme al sentido instalado.
Ejemplos de elecciones personales, bautismos, rebautismos y literales nombres de pila hay cientos: baste el de un pescador Simón a quien uno renombró Pedro sólo porque sobre él pretendía construir algo y después parece que el tipo se vengó y repitió tres veces que al tal renombrador ni lo conocía.
En mi barrio de infancia, adolescencia y primera juventud también hubo unos Lavandina que vivían junto a una fábrica de artículos de limpieza, un Jorge Tevé que había tenido una moto de ese modelo, y unos metafóricos Ricardo Marrone que exhibía cierto parecido fisonómico con Pepitito y Jorge Poletti que bajo los palos imitaba a Alberto, el arquero del Estudiantes campeón intercontinental.
Hay también innumerables guiños humorísticos en discursos ficcionales, por ejemplo, en militares de historieta en retiro efectivo tales como el Capitán Metralla, el General Bazooka y el Coronel Cañones o en personajes televisivos como el altísimo Profesor Jirafales y el panzón Señor Barriga. Nicknames, apodos, alias, sobrenombres, seudónimos y nombres de guerra también hay miles optados a partir del sentido producido.
En este verdadero festín de figuras lo que no deja de sorprenderme es el vector aparentemente inverso, es decir, no del significado (la condición, la profesión) hacia el significante (el nombre o el apellido) sino del significante hacia el significado y su muy extensa aplicación. Alguna vez planeé hacer una prolija compilación pero mi inconstancia la abandonó y sólo quedaron retazos de mi frágil memoria:
- El caso canónico del Jefe de la Unidad Violencia Familiar de un Hospital de Niños, Norberto Garrote.
- El actual Secretario de Agricultura y Ganadería de la Nación, Miguel Campos.
- Un camarógrafo de cine y televisión argentina, Néstor Montalenti.
- Un titular de cátedra de otorrinolaringología, Fernando Spikerman.
- El propietario de un comercio de venta de semillas, Arturo Carozo.
- El actual arquero de Gimnasia y Esgrima de Jujuy, Luciano Palos.
- Dos profesionales dedicadas al tratamiento de trastornos de la alimentación, las licenciadas Caldo y Papa (se trata de un aviso publicitario serio en una revista seria y si constituye un chiste no hay ningún guiño que lo sugiera).
Hace unos cuántos años tuve oportunidad de participar del Censo Económico Nacional y de leer miles de nombres de propietarios de industrias y comercios. Junto a un coiffeur apellidado Cabello y un carnicero de apellido Baca, descubrí dos casos alucinantes debido a la articulación coherente de nombre y apellido:
- Una papelería comercial propiedad de Armando Block.
- Un salón de belleza cuya titular era Olimpia Cejas.
Y no quiero entrar en otras interpretaciones igualmente válidas: algún trepador apellidado Escalera que se queja de cierto mandato familiar, algún osado Valenti que se jacta de poder enfrentar lo peor con la mayor de las gallardías e incluso algún letrado Burlando especializado en hacer zafar a sus representados mediante finas argucias legales.
Parece tratarse, de algún modo, de la operación que sugiriera Humpty Dumpty o, si se prefiere, Lewis Carroll en boca de Humpty Dumpty:
"-¿Debe significar algo un nombre?- preguntó dubitativamente Alicia.
"-Por supuesto que sí -dijo Humpty Dumpty con una risita. Mi nombre significa la figura que tengo... una bien gallarda figura, por otra parte. Con un nombre como el tuyo, casi deberías tener alguna forma." (A través del espejo y lo que Alicia encontró allí).
Quizás para algunos se trate de encontrar la figura o la forma o bien de inventarla antes de que se largue a llover.

15 comentarios:

Anónimo

Lo suyo es impecable, lúcido y muy ocurrente, Grismar.

Que me cuelguen...

Gaby

Hola! Yo tengo otro: una de las salas de la Facultad de Letras donde te toman exámenes finales y coloquios y a donde, por supuesto, uno llega con un estado catastrófico de nervios y tensiones, se llama "Profesor Verdugo"
¿Quién no siente cuando va a rendir que está en camino hacia la guillotina? Besos,muy buen post!

Grismar

Hang Tucker: muchas gracias, pero esta impecable y lúcida ocurrencia le pertenece a Cinzcéu (podría decir que soy su musa inspiradora como para robar un poco de tu apreciación, pero tampoco).

Grismar

Recuerdo uno que descubriste hace varios años, Cinzcéu, el director de la Reserva Natural en Tandil, llamado Flores.
Tuve una profesora de matemáticas de la secundaria llamada Resta, conozco al peluquero Calvo y siempre me alucinó pasar frente a un cartel que dice: Pool "Villar".
Pero creo que lo que más me llamó la atención y consideré pura crueldad de sus padres es una colega llamada Josefa Rita Toma.

Vitore

Sí que es curiosa la relación invisible en teoría; pero tan visible como ha expuesto cinzcéu en la práctica; entre nombres y apellidos y profesiones o actividades. Sin ir más lejos, tengo un compañero de trabajo que es Ingeniero Agrónomo y que se llama José Flores.
Saludos.

Inconclusa

hay nombres y apellidos que nos demarcan cierto recorrido que a veces parece insoslayable...

1+

Mi granito de arena: en mi laburo, en el sector de mantenimiento, trabaja el plomero Griffo.

circes

es mi primera visita. Mis compañeras de colegio se llamaban Marijó Temprano, Claudia Pimienta, y mi apellido es Cena, y nos solíamos sentar juntas, eso era lo más ocurrente, cuando nos llamaban la atención en grupo...
cena, pimienta Temprano!
excelente artículo :P

Vitore

Sepan señores de antes de la lluvia que hay un meme circulando por ahí. Se me ha ocurrido invitaros. Veniros a mi blog y veréis de que va y si os interesa seguirlo.

Un beso.

Pardal (Emílio)

Yo tenía un amigo en el colegio que era un alfeñique y se llamaba Hércules. Otro se llamaba Cesar Augusto. Hacía tiempo que no sabía de él. Lo vi el otro día dirigiendo el tráfico. A otro amigo le pusieron Juan Domingo y de grande era radical.

Cinzcéu

Hang: Gracias y (como ya ha sugerido Grismar en su respuesta) ¡Ud. es un colgado!
Gaby: La sala "Profesor Verdugo" es tan buena como el servicio a cargo del Dr. Garrote.
Grismar: No recordaba al tal Flores... supongo que la tal Farrita Toma vivirá de joda en joda.
Vitore: Preguntale a José por su apellido materno, no sea cosa que se llame Flores del Campo... (ya iré a ver de qué trata ese meme).
Inconclusa: Así parece nomás, demasiadas casualidades como para no ser causalidades.
1+: El plomero Griffo debería hacer el mantenimiento en la embotelladora del señor Aguado.
Maun: ¿Schumacher es el que hace los zapatos?, ¿no pilotea un F1? Muy bueno el policía Botón.
Circes: Con tal apellido supongo que habrá hecho carrera en la gastronomía... Saludos.

Cinzcéu

Emilio: Buenos sus ejemplos por inversión que, en definitiva, condicionan igual. Claro que en el caso de nombres hay una evidente elección y decisión paterna.

wallychoo

Te vengo siguiendo del blog de Gaby, Alli tuvimos una linda discucion, Me gusto tu blog, Muy Interesante este Post en particular, Un abrazo.

mixtu

hay nombres que son muy estranhos e que se relacionam com la profissões, aqui em portugal hay una region, alentejo, que se passa iso,
abraços

Isa

Yo creí que había comentado el jueves, pero parece que no... Va de nuevo. Era más o menos así:

Sumo al listado, de prestado. Hace algunos años, allá por el '94, compré Los argentinos por la boca mueren, una recopilación de Ulanovsky que en una suerte de movimiento anti-saussureano se preguntaba cómo hablamos... Allí se cuenta que Bibi Andersen se llama Manuel Fernández Chica y que un ministro de Defensa uruguayo se apellidaba Batalla. También se menciona al economista argentino Daniel Marx. Y agrego: mientras éste último era Secretario de Finanzas, durante el gobierno de de la Rúa, fue mencionado por el gran diario argentino como "Carlos" Marx (ese es un cambio de política económica, vea...)

De ese libro cito la cita a Esteban Peicovich y su lectura de la guía telefónica (en Introducción al camelo, 1967):

"Entre mis vecinos de Buenos Aires hay miles de Pérez pero también tres Chaplin. Hay uno que se llama Bueno, otro que se llama Casanova y en el medio uno más que firma Malo. Entre mis vecinos de Buenos Aires hay cien Cordero, treinta Novillo y veinte Vaca. Hay treinta Carpintero, algunos Kennedy, una señora que se llama Guía y un Doctor Frankestein, que es de niños. Entre mis vecinos de Buenos Aires hay un Papa, pero también seis Cristo."